El maltrato animal ha llevado a una sentencia de prisión para Dayana Alejandra Pulgarín, condenada a cinco años y cuatro meses por la muerte de un perezoso que mantenía en condiciones deplorables en Pereira.
Además, deberá pagar una multa equivalente a 2.860 salarios mínimos mensuales legales vigentes, es decir, 3.718 millones de pesos, según informó la Fiscalía General de la Nación.
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El caso se remonta al 24 de enero de 2022, cuando Pulgarín, al notar el deterioro físico del perezoso, lo llevó a una veterinaria en la ciudad. Sin embargo, el animal falleció al día siguiente, lo que desencadenó una investigación por parte de las autoridades para esclarecer las circunstancias de su muerte.
La Fiscalía presentó pruebas contundentes que demostraron que el perezoso fue mantenido en cautiverio y tratado como una mascota, lo que contraviene las normativas de protección de la fauna silvestre.
El informe de la necropsia reveló que el perezoso sufrió de hipotermia y desnutrición, lo que llevó a un paro respiratorio. Además, se constató que le habían limado los dientes, lo que agravó su estado de salud.
Estos hallazgos fueron determinantes para que el juez dictara la sentencia, responsabilizando a Pulgarín del delito de aprovechamiento ilícito de los recursos naturales renovables.
La sentencia busca no solo hacer justicia por la muerte del perezoso, sino también enviar un mensaje claro sobre la importancia de proteger a los animales, especialmente aquellos que forman parte de la fauna silvestre. Las autoridades han enfatizado la necesidad de aumentar la conciencia sobre el bienestar animal y la importancia de reportar cualquier caso de maltrato.
Este caso resalta la urgencia de implementar medidas más estrictas para la protección de los animales y la necesidad de educar a la población sobre el respeto y cuidado que merecen. La Fiscalía ha reiterado su compromiso de perseguir y sancionar cualquier acto de crueldad hacia los animales, subrayando que estos actos no quedarán impunes.
El tráfico de especies: joven detenido con reptiles en Medellín
Un joven de 18 años fue arrestado en el barrio Santa Cruz de Medellín por tráfico de especies silvestres, según informaron las autoridades locales.
El arresto se produjo después de que la Policía Ambiental, junto con la Fiscalía y el Área Metropolitana, descubrieran que el joven convivía con cinco boas constrictor y una tortuga matamata, una especie endémica de la Amazonía en peligro debido a la caza furtiva. Los vecinos del área alertaron a las autoridades sobre las inusuales mascotas del joven, quien también tenía decenas de ratones para alimentar a los reptiles.
El brigadier general William Castaño Ramos, comandante de la Policía Metropolitana del Valle, destacó la importancia de este operativo para la protección del medio ambiente, subrayando que la desaparición de estas especies podría causar alteraciones irreversibles en los ecosistemas. El joven enfrenta cargos por tráfico de fauna y aprovechamiento ilícito de recursos naturales, y podría enfrentar hasta ocho años de prisión si es hallado culpable. Los animales fueron puestos bajo custodia de entidades ambientales para evaluar su estado y determinar si pueden ser reintroducidos en su hábitat natural.
En otro caso relacionado con el tráfico de fauna, la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) decidió el futuro de La Ñata, un caimán que vivió durante 54 años en el patio de una casa en Palmira.
El reptil fue decomisado a su cuidador, Jesús Leonardo Escobar, quien enfrenta un proceso penal por tener al animal como mascota. Según declaraciones recogidas por RCN Radio Cali, el caimán fue un regalo del comandante de la policía al padre de Escobar en la década de 1970.
La CVC informó que “La Ñata” se encuentra ahora en un espacio más adecuado y será trasladada a El Meta tras su recuperación completa. Marco Antonio Suárez, director de la CVC, mencionó que se han establecido contactos con la estación Roberto Franco de la Universidad Nacional en los Llanos para colaborar en la recuperación del caimán y su eventual reubicación en un entorno más natural.
Estos casos resaltan la problemática del tráfico de especies en Colombia, un país reconocido por su rica biodiversidad. A pesar de los esfuerzos por proteger la fauna y flora, actividades como la minería ilegal, la ganadería extensiva y el tráfico de especies continúan amenazando los ecosistemas del país. Las autoridades instan a la ciudadanía a seguir denunciando estos delitos para mitigar su impacto ambiental.