Liza Rule Larrea fue protagonista de una de las imágenes más recordadas de la celebración de la Década Ganada, cuando, representando a la Patria, voló portando la bandera argentina. En las últimas horas, Liza volvió a ser protagonista, pero de un video que deja en evidencia la brutalidad de la policía de Alfredo Cornejo, aliado de Javier Milei, contra quienes protestan contra la aprobación de un proyecto de megaminería que pone en riesgo el agua que consumen miles de habitantes de Mendoza. En la filmación, hecha por la cámara de control de la propia policía, se ve cómo Liza es llevada a la rastra a la Legislatura provincial y cuando empieza a ser golpeada alguien le indica al efectivo que filma que se retire. “A mí me fue a buscar el jefe de policía, me agarró del cuello y me dejó en el aire mientras decía ‘cuidado con la cámara’”, le cuenta a Página/12. Hay otro caso en el que se ve cómo la policía directamente tapa la cámara. El escándalo fue tal que el propio gobierno debió tratar de despegarse e instalar que se trató de un “exceso”. La represión de Mendoza –con detenciones prolongadas y malos tratos a manifestantes– aparece como un fantasma cuando desde la Casa Rosada se pretende avanzar con la reforma de la Ley de Glaciares.
El 23 de octubre pasado, hubo una manifestación en la Legislatura de Mendoza. Cerca de las 20.30, la policía decidió salir de cacería, como denuncia el abogado Alfredo Guevara, que suele intervenir en casos de derechos humanos.
El primero en ser detenido fue Martín Iglesia, un trabajador municipal que había concurrido con su familia. La segunda, Liza Rule Larrea, quien, además de ser artista, fue parte de H.I.J.O.S e integra Contraimagen. En ambos casos, fueron ingresados, a los golpes, al edificio de la Legislatura.
A Liza la acusaron de haber tirado una valla y, con eso, haberle generado una “excoriación lineal con costra hemática de un centímetro de longitud” al comisario inspector Mario Riili, jefe departamental 1 de la Policía de Mendoza. En las fotos aportadas en la causa, se ve que tiene un leve rasguño. A Iglesia lo acusaron de haber tirado vallas y haber pateado a un efectivo policial. Estuvieron 50 horas detenidos sin saber de qué los acusaban.
Si bien Guevara había presentado una denuncia por apremios ilegales tan pronto como tomó conocimiento que estaban detenidos, recién en las últimas horas aparecieron las imágenes que muestran cómo actuó la policía.
Las grabaciones fueron aportadas en la causa que se les sigue a Rule e Iglesia por resistencia a la autoridad, daño agravado y lesiones, pero sirvieron para mostrar que habían sido víctimas de un operativo violento y desproporcionado. La fiscalía recién le entregó a Guevara los archivos en las últimas horas. Hasta ahora, solo analizaron una bodycam –las cámaras que lleva en el cuerpo el efectivo policial que debe grabar el operativo–, pero allí surge con nitidez lo que pasó.
Los registros de la violencia
En el primer caso, se ve que detienen a Martín Iglesia y que lo ingresan a la Legislatura. Cuando entran, un efectivo le da un rodillazo en la cara. Enseguida, deciden sacarlo del área más próxima a la puerta. Cuando están en ese proceso, se ve que alguien tapa la cámara.
En el caso de Liza, sucede algo similar. Se la escucha gritar cuando la llevan y cómo la arrojan al piso. En ese caso, el policía que lleva la bodycam se da vuelta rápido para no registrar lo que sucede en la Legislatura.
—Dejalo salir —se escucha decir a alguien con voz de mando a una agente que está junto a la puerta del cuerpo legislativo.
“No nos dieron las cámaras de adentro del Senado, que podrían confirmar las torturas”, dice Guevara. “La defensa ha solicitado acceso a todos los videos, pero omitieron algunos que constan en un informe, que se incorpora al expediente el 3 de diciembre. Obviamente nos tendrán que dar la copia la semana que viene”, añade.
Las imágenes se viralizaron en las últimas horas, particularmente a partir de un tuit de Lautaro Jiménez, un docente militante del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), que había reclamado la renuncia de la ministra de Seguridad mendocina, Mercedes Rus, y de la vicepresidenta Hebe Casado, responsable de la Legislatura.
Durante la tarde del viernes, el Ministerio de Seguridad les dijo a medios locales que había presentado una denuncia ante la Unidad Fiscal de Investigación (UFI) de Homicidios y Violencia Institucional y que había iniciado un sumario administrativo contra integrantes de las fuerzas policiales. “La conducta del policía dentro de la Legislatura –registrada mientras custodiaba al detenido– no responde a lo instruido ni a lo requerido al personal. Por eso, se abrieron ambas investigaciones”, se atajaron desde la cartera que comanda Rus, según consignó MDZ.
“Es ilegal usar la Legislatura como centro de detención. Hay responsabilidades políticas, más cuando desde el Ministerio deben haber visto desde el primer momento los videos, pero recién ahora salen a despegarse”, apunta Jiménez.
En primera persona
Liza estuvo ensayando hasta entrada la noche del viernes una obra que se va a presentar el martes, cuando está previsto que el Senado trate proyectos en favor de la megaminería.
Para ese día, habrá una nueva movilización, que intenta ser desalentada desde el Gobierno. Allí, el gobernador Cornejo sostiene que “la minería es clave para encender el nuevo motor del desarrollo argentino”.
“Hace 20 años que las asambleas populares por el agua vienen denunciando proyectos como el de San Jorge”, dice Liza al terminar con su ensayo.
En la conversación, a pedido de este diario, relata qué pasó entre el 23 y el 25 de octubre. “A mí me viene a detener el jefe de la policía, Riili, que estaba de civil. Fue directamente a buscarnos. El tipo me agarra del cuello y me deja en el aire. Después me agarran entre tres o cuatro, que tampoco tenían identificación”, añade.
En ese momento, la arrastran hasta la Legislatura mientras ella grita de dolor o desesperación. “Riili me agarra de la muñeca izquierda, que me quedó luxada. Me tiran al piso y me golpeo la sien. Él le dice a un policía de 20 años que me ponga las esposas, mientras le indica: ‘Cuidado, cuidado, que están filmando’. Nos trasladan dentro de la Legislatura. A mí me llevan a la comisaría 7ª. Me dejan en una celda de un metro por sesenta centímetros. Tuve que dormir en el piso mientras me verdugueaban diciéndome que iba a salir en enero”, cuenta.
Ella sostiene que las condiciones del otro detenido fueron peores porque lo enviaron al polo judicial, donde no pudo recibir visitas de su familia ni le permitieron que le acercaran un plato de comida.
“Estuvimos secuestrados más de 48 horas”, afirma Liza –en sintonía con lo que había denunciado su abogado, que tempranamente habló de una privación ilegal de la libertad.
“Hay persecución política y criminalización en Mendoza –donde Cornejo funciona como el mejor alumno de Milei–, pero en ningún momento vamos a retroceder. No tuvimos miedo.Lo que nos pasó nos redobla la fuerza para seguir adelante porque la pelea por el agua es transversal y transgeneracional”, resalta.







