La última jugada del gobernador Osvaldo Jaldo está incompleta. Después del 26 de octubre se ocupó personalmente de convencer a Beatriz Avila, senadora electa en el 2021 por Juntos por el Cambio, de sumarse a su estrategia. Paradójicamente encontró una aliada en la oposición y no entre los senadores peronistas de Tucumán. Ahora sí tiene una senadora con quien coordinar, una carta a su favor hasta que pueda –si es que lo logra- promover el pase de Sandra Mendoza al monobloque Independencia. Con el otro senador, su antecesor Juan Manzur, dejó de hablarse tras incumplir el acuerdo de unidad electoral. El pacto duró poco, desde la conformación de las listas hasta que tras la elección Jaldo obligó al diputado Javier Noguera a romper con Unión por la Patria y mudarse a Independencia. La mujer de Noguera es intendenta y necesita del estado provincial mientras que el legislador tendrá premio por su nueva lealtad: desde el 10 de diciembre Gladys Medina será jefa del bloque Independencia y él asumirá como secretario. Completa el trío Elia Fernández de Mansilla, esposa de Sergio Mansilla, presidente de la Legislatura tucumana y en la línea de sucesión del gobernador.

Es intención política jaldista y obligación parlamentaria que Avila sume integrantes a su bloque. Incluso así lo advierten aliados del gobernador que conocen bien el reglamento del Senado. Según el artículo 55 los bloques deben tener dos o más integrantes y sólo podrían ser unipersonales en casos de partidos que no tengan otros representantes. La única interpretación a favor de Avila sería que ya no existe Juntos por el Cambio, fuerza cuyo sello llevó en soledad a partir de la implosión de ese espacio producto del avance del mileísmo sobre UCR y PRO. En la página oficial ya figura el cambio.

Con la excepción del formoseño Gildo Insfrán y el riojano Ricardo Quintela, los gobernadores del Norte aparecen como los más dialoguistas con Casa Rosada. Al igual que los de Provincias Unidas, se presentan como los más ávidos acumuladores de poder. Aunque diferenciados, coordinan estrategia en forma permanente de Este a Oeste Hugo Passalacqua (Misiones); Raúl Jalil (Catamarca); Gustavo Sáenz (Salta) y Osvaldo Jaldo (Tucumán).

Entre las figuras sueltas a las que varios acosan con llamados están la salteña Flavia Royón, que fue secretaria de Minería de Milei y de Energía de Sergio Massa y que llega con un fuerte reclamo por federalismo y una política de desarrollo económico que contemple a las provincias. En una primera lectura las iniciativas de Extraordinarias no contemplarían esas expectativas. “El poncho no llega”, se molestó el gobernador Sáenz a quien responde.

La debutante Julieta Corrosa, de La Neuquinidad, aparece como otra figura aislada pero que puede ser un voto fundamental. El gobenador de su espacio, Rolando Figueroa, resiste todas las tentaciones de conformar bloques con otros espacios en ambas cámaras. A la inversa en su distrito sumó dirigentes peronistas al nuevo gabinete como la diputada Tanya Bertoldi que con mandato hasta el próximo 9 acaba de renunciar a su banca. Oscar Parrilli había pensado expulsarla por incumplimiento partidario aunque como ella y con ayuda de Corrosa, otros dirigentes del PJ de Neuquén también se mudaron al oficialismo local. En la práctica “Rolo” juega como Milei sólo que el Presidente coopta en las aguas de la UCR y el macrismo y el neuquino amplía entre peronistas, massistas y el Movimiento Evita que ayudaron también a su triunfo hace dos años. Los del Norte lo quieren con ellos.

La estrategia de Catamarca no es la misma que la del vecino Jaldo. Raúl Jalil juega un partido en la Cámara de Diputados y otro distinto en el Senado de la Nación. El desprendimiento de tres de los cuatro diputados peronistas de su distrito y la conformación del bloque “Elijo Catamarca” permitió esta semana que La Libertad Avanza se convirtiera en la primera minoría. Está claro que no fue sólo por Jaldo sino la suma del éxodo intermitente que ocurrió desde el PRO hacia el bloque violeta y del traspaso de amarillos al otro polo de gobernadores que integran Provincias Unidas.

Sin embargo, en el Senado el catamarqueño Guillermo Andrada seguirá dentro de Convicción Federal que a su vez conforma un interbloque con Unión por la Patria bajo el mando de José Mayans. Andrada, que preside el grupo de amistad de Argentina con España, acompañó a Victoria Villarruel a un encuentro de presidentes de parlamentos iberoamericanos en Madrid. Si no hubiera viajado la Vicepresidenta seguramente estaría este fin de semana en la fiesta de la Virgen junto a Jalil.

En ese mismo espacio la jujeña Carolina Moisés se mantiene en permanente coordinación tanto con Jalil como con el salteño Sáenz junto a quien reprochan al kirchnerismo por la intervención de sus respectivos PJ. La semana pasada estuvo reunida con los dos evaluando la invonceniencia de romper el interbloque opositor. Concluyeron que cuatro senadores, en el actual contexto, debilitaría a los gobernadores del norte en una cámara de sólo 72 integrantes.

Ricardo Quintela no tiene la dirección del senador Jesús Rejal, también de Convicción, pero sí mantiene diálogo. El cuarto integrante, Fernando Salino, reporta a Alberto Rodríguez Saá en San Luis y es otro ejemplo de cómo la interna del PJ nacional y del impacto de sus reclamos a la conducción de Cristina Kirchner antes incluso de su condena y reclusión domiciliaria. Del grupo sólo Quintela se solidarizó e hizo pública su reciente visita.

La estrategia de los peronistas desobedientes no termina de tranquilizar al oficialismo, que de todos modos usó los pases y divisiones a su favor. A Jaldo lo visitó esta semana Lisandro Catalán, que tras haberse bajado de la carrera electoral de este año, construye para el próximo turno. Flamante director de YPF, el exministro del Interior se reunió con el gobernador peronista y le propuso terminar con el sistema de empalme que permite sumar desde varias listas. Jaldo pidió no confundir a sus coterráneos y anunció que impulsará su propia reforma política.

Más o menos de la misma manera se dan otros diálogos entre gobernadores y oficialismo. Ni siquiera Jorge Macri consiguió demasiado en su encuentro con Diego Santilli y Manuel Adorni, a pesar de que el ministro del Interior fue ocho años vicejefe del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Reclama, con fallo de la Corte a su favor, transferencias semanales de $ 274.000 millones. Le respondieron que está en estudio apuntan el monto en el Presupuesto 2026.

El peronista “permitido” de los no dialoguistas tampoco salió conforme de Casa Rosada. Sergio Ziliotto repitió a los acreditados lo mismo que le dijo a Adorni y Santilli y que antes le había dicho a Milei en aquella reunión de la que excluyeron a Axel Kicillof, Gildo Insfrán, Gustavo Melella y Ricardo Quintela. El pampeano advirtió que tal como está no apoyará el Presupuesto 2026 porque “no contempla el interés de la provincia”. Y agregó que aunque fue a reclamar por la deuda previsional, la negociación “no es un toma y daca”. No apoyará tampoco la reforma laboral si avanza sobre los derechos de los trabajadores. Y como otros se quejó de la falta de avances: después de haber sido uno de los primeros en firmar –a impulso del Ministerio de Economía – el programa de extinción de obligaciones recíprocas, aún no recibió respuesta sobre el listado de deudas mutuas que podrían cancelarse.

La letra chica sigue siendo el gran problema entre Nación y las provincias. Jalil está de acuerdo con la agenda que propuso Milei en la convocatoria a Extraordinarias. Pero no le mandaron ni siquiera el borrador de reforma laboral que circula entre periodistas. Aún así el catamarqueño cree que el debate parlamentario será mucho más tranquilo que el de la Ley Bases, además de que las iniciativas van por separado, un escenario muy distinto al que pronostica Miguel Angel Pichetto.