El regalo de cumpleaños esta vez llegó por anticipado; la celebración del aniversario N°43 de su natalicio el próximo 18 de diciembre trajo un nuevo título para su cosecha personal. El gran maestro Diego Flores se adjudicó este fin de semana la serie final del 100° Campeonato Argentino Superior, que lo señala como el único ajedrecista viviente en ganar ocho títulos nacionales. Con esta hazaña igualó el récord que estableció en 1975, Don Miguel Najdorf. Pero Flores pretende más…

Quiero ganar todo lo que juego y si es posible más campeonatos argentinos, pero no para decir que lo gané más veces que otros. Nunca podré compararme con Najdorf. Lo hago por mí, y seguiré jugando todos los que pueda mientras tenga posibilidades y energía para hacerlo”, le contó sonriente a Infobae, el nuevo Rey del ajedrez argentino, ganador del principal certamen del calendario anual de la Federación Argentina de Ajedrez (FADA), en 2005, 2009, 2012, 2013, 2016, 2017, 2019 y 2025.

— ¿Al menos a vos te llevó menos tiempo ganar los ocho títulos?

— Puede ser, él creo que lo hizo en 26 años (entre 1949 y 1975) y yo en 20 (2005 y 2025), pero tal vez lo que falta saber es cuántos campeonatos jugó Najdorf, y en cuántos fue primero. Eso seguramente va a dimensionar aún más si figura.

Así será toda la charla con el gran maestro nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1982, pero que desde los 2 años llegó con sus padres argentinos a la ciudad de Junín, en la Provincia de Buenos Aires; una persona de perfil bajo, que elude las confrontaciones y que sabe que lo más importante está en el cuidado de su enroque familiar.

Casado y con tres hijos varones, Diego disfruta el día a día junto a su entorno; la atención de la casa, las necesidades de los chicos, la programación de sus clases de enseñanzas de ajedrez y el armado de una agenda para participar en cuánto torneo sea invitado.

— ¿Cuántas horas le dedicas al ajedrez?

— Uff, un montón. Pero casi todo el tiempo está dedicado a la preparación de mis clases, salvo al momento de jugar un torneo. Llevo adelante una vida muy feliz, de poder disfrutar de hacer lo que más me gusta, pero lo más importante es que lo hago acompañado por el esfuerzo de toda la familia. Todos me ayudan, y sobre todo mi esposa. La que siempre está a mi lado.

— ¿Hubieras tenido una carrera ajedrecística diferente sin ese entorno?

— No, no creo. Sí probablemente hubiera hecho más giras al exterior para jugar más torneos como lo han hecho otros ajedrecistas argentinos, pero yo no me imagino yéndome del país. Pero la verdad es que yo creo que juego un montón de torneos todos los años. Por eso siento que soy un privilegiado y que con mi familia me saqué la lotería (risas).

— Hablemos de tu última conquista. No jugó el último campeón, Sandro Mareco. ¿Te sorprendió?

— Sí, él había jugado el año pasado a pesar de que venía de unos roces con la dirigencia. Pero creo que su ausencia ahora fue por un tema familiar.

— Y sin Mareco, ni Peralta, Krysa y otros más. ¿Fue un torneo más débil?

— Obvio que con ellos hubiera sido más duro, pero no creo que este fue un torneo inferior porque había muy buenos jugadores y Faustino venía con un nivel de juego altísimo.

— Ya que nombraste a Fausti. ¿Cómo lo viste en el torneo?

— Yo lo veo siempre progresar segundo a segundo. Seguramente que este no fue su mejor torneo, pero viene de jugar la Copa del Mundo de manera superlativa, y antes había ganado un torneo en el que hizo la norma de gran maestro. A todos nos pasa que sufrimos altibajos. Igualmente, te aclaro, creo que no fue bueno el torneo por lo que venía demostrando, pero no por eso hay que decir que fue malo. Lo que pasa es que estamos acostumbrados a sus victorias y muchos estábamos esperando que en este torneo él metiera otra bomba de la que nos tiene acostumbrado (risas).

— ¿Qué te sorprende de su juego, teniendo en cuenta que tiene sólo 12 años?

— No me sorprende tanto su capacidad de cálculo, me sorprende mucho su comprensión ajedrecística, la estrategia del juego, la variedad de su repertorio de aperturas y su adaptación a cualquier sistema. Me llama mucho la atención porque es muy chico, y en un niño o niña uno advierte cuando son buenos tácticamente, pero él particularmente tiene un olfato del juego que a su edad es increíble.

— Además de Fausti hay una camada de chicos como Ilan Schnaider, los Fiorito, Candela Francisco, Ernestina Adams que vienen muy firme

— Sí, son todos muy buenos. Seguramente serán los próximos en representar al país en las siguientes olimpiadas. Creo que ellos van a desplazar a la vieja generación.

— Te ves afuera de la próxima olimpíada en Uzbekistán en 2026. ¿De qué depende tu participación?

— Para mí jugar una olimpiada es lo máximo de mi carrera, disfruto mucho de ese ambiente, es algo alucinante. Pero mi participación depende del director técnico que se encarga de seleccionar al mejor plantel. No es algo ni caprichoso ni a dedo; se hace sobre la base del Elo.

— Vivís como un profesional del ajedrez, pero acabas de ganar un torneo, y en 72 horas comenzarás a jugar un nuevo. ¿No es demasiado?

— Puede ser. Este campeonato argentino fue un torneo pesado con once días seguidos de partidas. Además, venía de jugar la Copa del Mundo, y aunque jugué dos partidas, el viaje tanto de ida como de vuelta a la India fue muy desgastante física y emocionalmente. Muchas horas de vuelos y combinaciones. Hoy te digo que me siento bien y anímicamente mejor. El triunfo fue una inyección de motivación para arrancar el lunes.

— ¿Faltan más torneos de ajedrez en Argentina?

— Si tomamos en cuenta la situación del país, el ajedrez está bien parado. Pero, obvio, que uno aspira a que haya más torneos como el Magistral Szmetan-Giardelli, que arranca el lunes, que no tengo dudas que será un lujo. Lo que necesitamos es que más organizadores privados tengan esa iniciativa de apostar al ajedrez.

Sobre el final de la charla, Diego Flores, que en su rutilante palmarés sobresalen 7 participaciones en Copa del Mundo, 9 veces representó al país en Olimpíadas (entre 2006 y 2024), ganador en tres ocasiones del Magistral Ciudad de Mar del Plata, de dos Zonales Sudamericanos (Chile 2005 y Argentina 2007), de dos Campeonatos Continentales (Brasil 2009 y Bolivia 2013), y la conquista del Open de Dubai en 2018, se atrevió a hablar sobre sus sueños.

— Con casi 43 años no creo que piensen en llegar a la élite del ajedrez. ¿Cuáles son tus sueños más terrenales?

— Si me enfoco en lo ajedrecístico, tal vez en tratar de mantenerme en el mejor nivel posible. Siempre voy a soñar con jugar la siguiente olimpíada de ajedrez. En lo deportivo, siendo hincha de Boca sigo soñando con la 7ª Libertadores (risas), pero lo más terrenal es poder seguir viendo crecer a mis hijos. El día a día. Te digo en serio que estoy disfrutando cada minuto junto a mi familia. Nos están pasando cosas muy lindas.

— ¿No habrá festejos con asado en Junín?

— No esta vez. Siempre que puedo viajo, soy un agradecido de cómo me tratan, desde hace años que la escuela municipal lleva mi nombre, el diario Democracia siempre está pendiente de lo que hago, pero esta vez me quedaré acá porque empiezo el lunes el próximo torneo. Seguramente mi viejo venga para acá y festejaremos juntos.

Diego Flores, ajedrecista y soñador. El hombre que apostó por el armado, el cariño y el cuidado de su enroque familiar. Su mayor tesoro y sin dudas, su mejor jugada.