En el último tiempo crece el debate sobre las plataformas de juegos como Roblox y Fortnite. Mientras las provincias restringen su uso en dispositivos educativos, especialistas advierten que estas dinámicas funcionan como “entrenamiento” para las apuestas online, una adicción masiva entre los jóvenes.
“Nos parece clave y central comprender que Roblox como otros muchos videojuegos no son plataformas planas sino que implica pensar que es como territorios digitales en donde chicos y chicas se entretienen, se divierten pero también gestionan frustraciones, sentido de pertenencia o exclusión y en ese sentido estas plataformas vienen incorporando dinámicas de asar y transacción económica, esto es muy sensible porque con los años cada vez entran a estas plataformas a edad más temprana exponen a dinámicas que los ponen en riesgo, que puede hacer que tengan una preocupación por el dinero a una edad muy temprana”, explica en LV12 sobre este tema Santiago Stura, coordinador de Comunicación de Faro Digital, ONG para fomentar el uso reflexivo y crítico de los entornos digitales.
En relación al problema de las apuestas online en la adolescencia, Stura observa que estos juegos “tienen lógicas que lo van haciendo es generar a un tobogán o práctica que se asemeja mucho a los casinos virtuales y esto genera un inicio o preparación con chicos y chicas lleguen a su vida adulta, con la premisa de que apostar no es un juego pero en su experiencia diaria observan una práctica que se parece bastante”.
“Es un tema delicado, hay que poner atención y cuidado, saber que estos videojuegos funcionan de esta manera, poder acompañar, poder decidir a qué edad nos parece adecuado que nuestro hijo utilice estos videojuegos y sobre todo conversar mucho; poner en palabras estas prácticas y que si decidimos que nuestro hijo va a usar este tipo de plataformas, es importante hablar y construir conversación basados en buenos diagnósticos”, sentenció.
Decir que es necesario que los adultos hagan esfuerzos para entender los lenguajes de las plataformas que forman parte de la cotidianidad de los menores no signica estar a la par de los nativos en el territorio digital, pero sí tener una comprensión general para poder hablar con ellos. Para pensar junto a ellos formas de uso, entender sus riesgos: “Venimos observando que esta época está marcado por un profundo hiato intergeneracional por un mundo adulto que muchas veces piensa que los chicos hacen en pantalla cosas que no hacen; y chicos que piensan que ese mundo adulto no entiende nada del territorio digital, las nuevas tecnologías y solo quieren sacarle el celular; bueno necesitamos construir fuentes de conversación entre generaciones porque hay un montón de desafíos históricos que se están gestionando desde el entorno digital. Necesitamos comprender para poder tener herramientas a la hora de construir regulación, límites y consensos”.









