Dos docentes de la carrera de Periodismo de la Universidad de River permanecen varados desde hace casi 20 días en la Base Marambio, en la Antártida, luego de viajar para participar de una actividad educativa que originalmente iba a durar poco más de un día y medio.

Daniel Bertagno y Ricardo Rivas partieron el 15 de noviembre rumbo al continente blanco para cumplir con una agenda académica, pero el plan inicial se transformó en una larga espera que todavía no tiene fecha de finalización.

Aunque se encuentran tranquilos, ambos coinciden en que las condiciones meteorológicas son el principal obstáculo y que, hasta el momento, ningún vuelo puede aterrizar en la base antártica, lo que vuelve incierto el momento de regreso a Buenos Aires.

Una misión académica que se prolongó más de lo previsto

Bertagno explicó en declaraciones al programa La barra de Casal, por radio LT3 Rosario, que el viaje se enmarcó en una actividad académica de la Universidad de River, donde ambos docentes trabajan. “Era una misión académica de la Universidad de River, porque tenemos alumnos acá en la Antártida que están estudiando, y vinimos por una serie de actividades”, relató.

El plan original contemplaba una estadía breve: “Teníamos pensado estar solo tres días, pero siempre, y esto lo aprendimos en estos días, todo está sujeto acá a las condiciones logísticas y a las condiciones meteorológicas”, agregó.

En esta ocasión, las condiciones climáticas adversas extendieron la permanencia mucho más de lo esperado, dejando en pausa las actividades previstas y sus rutinas en Buenos Aires.

El clima y la imposibilidad de despegar: las razones de la demora del regreso

Los docentes explicaron que el retorno debía concretarse en un vuelo del Hércules que aterriza en la Base Marambio, pero la aeronave presentó un desperfecto que obligó a repararla.

Según relataron, esta situación, sumada a los factores climáticos, mantuvo bloqueada cualquier posibilidad de despegue o aterrizaje. “Sabíamos que al venir acá es asumir el riesgo de que las cosas pueden ir cambiando o que se van manejando día a día de acuerdo al clima”, señaló Bertagno.

En la base actualmente viven unas 70 personas y, pese al aislamiento extremo, la comunicación no parece ser un problema. Ambos docentes destacaron que cuentan con Starlink y una antena 4G, lo que les permite mantenerse conectados tanto con sus familias como con la universidad. “La conectividad es muy buena”, afirmaron.

En medio de la incertidumbre, la expectativa está puesta en una fecha tentativa: el 8 de diciembre. Según les informaron, ese día podría concretarse el vuelo de regreso, aunque todo dependerá de la evolución del clima.

“Dicen que el 8 de diciembre, que para los creyentes es el Día de la Virgen, sería el vuelo de regreso, así que estamos acá esperando a ver qué pasa y mientras tanto estamos aprendiendo de todo”, contaron.