La adolescente de 16 años y principal sospechosa de asesinar a su novio de 20, Santiago Nahuel López Monte, en Lanús, fue detenida en las últimas horas tras permanecer más de dos días prófuga, según confirmaron fuentes judiciales a Infobae. La joven se había escapado del lugar del hecho mientras la policía revisaba la casa de Ceferino Namuncurá y Lituania, donde estaba el cuerpo de la víctima apuñalada.

El violento episodio ocurrió el miércoles y fue alertado a través de un llamado al 911, en el que la menor le indicó a la Policía que su pareja se había lastimado con una reja y que estaba sin signos vitales. Poco después confirmaron que Santiago tenía heridas cortopunzantes en el abdomen.

Al lugar acudió personal de la Comisaría 4ta de Lanús y una ambulancia del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME). Durante la primera revisión del cadáver, la profesional señaló que presentaba dos heridas en el costado izquierdo del torso: una debajo de la tetilla y otra más abajo. Según manifestó la médica, estas lesiones no eran compatibles con heridas producidas por una reja.

Al momento de la llegada de los servicios de Emergencia, la adolescente que se encontraba junto al fallecido, identificada como M. N. N. y pareja de la víctima, le dijo a los médicos que Santiago “estaba vivo”. “Decime a qué hospital lo llevas”, le preguntó la joven a los médicos y luego se retiró de la escena.

El caso primero quedó en manos de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°8 de Lanús, a cargo del fiscal Oscar Maidana, quien dispuso que el lugar fuera preservado para las tareas de campo y la intervención de agentes de la Policía Científica. Más tarde, paso al fiscal Juan Ignacio Colazo de la UFI de Responsabilidad Juvenil N°2 de Lomas de Zamora.

El crimen ocurrió en una casa ubicada casi en la esquina de Ceferino Namuncurá y Lituania

De acuerdo con lo que trascendió, la familia de la víctima denunció que ya en varias ocasiones la adolescente fue violenta con él y que ya lo había atacado en otras oportunidades.

En los últimos días, salieron a la luz más escabrosos detalles de la tormentosa relación que existía entre ambos antes del fatal desenlace.

Tóxica, manipuladora y controladora. Así fue cómo describieron este jueves Macarena y Tamara, dos de los siete hermanos que tenía la víctima, a M. N. N., la principal sospechosa de haber cometido el asesinato.

Según contó esta mañana Macarena, la principal sospechosa no dejaba que Santiago estuviera con su familia, lo cual atribuye a que ella no tenía un buen vínculo con su círculo familiar. “Le decía que era una mariquita, una pollerita de mamá, y no era así“, sostuvo sobre los constantes maltratos que sufría el joven de 20 años.

Angustiada, la hermana mayor de Santiago aseguró que su cuñada se burlaba constantemente de la víctima, que también era manipulada.

Del calvario que sufría a diario el joven eran testigos sus propios vecinos, que observaban cómo M. N. N. lo golpeaba ay lo insultaba. Ejemplo de ello son las reiteradas oportunidades en las que ella le pegaba y él, sumiso, se quedaba en la esquina a la espera de que ella decidiera abrirle la puerta, según relató Macarena en diálogo con radio Mitre.

Antes de mudarse a la casa de sus suegros, Santiago convivía con M. N. N. en su propia casa, la que compartía con su madre y sus hermanos. Sin embargo, los reiterados castigos que el joven sufría de su propia pareja fueron el desencadenante para echar a la menor.

Un día, la propia madre de Santiago fue testigo de la pesadilla que atravesaba su hijo, al escuchar cómo su pareja lo golpeaba en la habitación de su casa. Cuando la señora quiso interceder, la agresora le pidió que no se metiera y la echó. Con esa orden, M. N. N. se había ganado la carta de expulsión de la vivienda de su Santiago. Su suegra y cuñados habían llegado a un límite.

Ya con Santiago fuera del radar de su familia, la violencia que ejercía M. N. N. sobre él se acentuó más aún. Y las evidencias de ello se podían observar en el propio cuerpo de la víctima.

Desde el entorno familiar del joven veían como llegaba rasguñado y golpeado cada vez que los visitaba. Incluso, él mismo se encargaba de poner excusas para deslindar de responsabilidades a su pareja. “Una vez vino con la mano cortada y mi mamá le dijo ‘eso es una puñalada’. Y él le decía que se había cortado con la cadena (de su moto). Y era mentira, ella le pegaba”, reiteró Macarena.

Asimismo, las hermanas de Santiago contaron que M. N. N. solía romperle cada teléfono celular nuevo que se compraba, lo cual dificultaba la comunicación fluida con el joven.