
El hallazgo de nuevas bolsas con restos biológicos en un basural de General Urquiza, en la ciudad de Córdoba, intensificó la investigación en torno a la causa que se abrió días atrás luego de que un perro apareciera en lo de su dueña con lo que parecían ser restos de un humano.
Ahora, los restos fueron encontrados en un zanjón a pocos metros de la zona del primer descubrimiento —que tuvo lugar el fin de semana pasado— y el material recuperado contiene restos biológicos que estaban siendo analizados.
El operativo incluyó la colaboración de la División Canes, Bomberos, Policía Judicial y médicos forenses, y se concentró en un sector dificultoso signado por la acumulación de basura y escombros.
La bolsa que el animal llevó hasta una vivienda de la calle Andalucía al 3100 contenía lo que parecía ser un muslo y una pierna. Esto llevó a la Fiscalía del Distrito 2, Turno 6, dirigida por la fiscal Eugenia Pérez Moreno, a iniciar una investigación.
Según fuentes vinculadas a la causa y citadas por El Doce, se establecieron que las prioridades consisten en determinar con urgencia si los restos encontrados en las primeras bolsas pertenecen al mismo cuerpo. Las pericias indicaron que posiblemente se trate de una mujer, aunque esa información todavía no recibió confirmación oficial. Al mismo tiempo, los especialistas analizaron un tatuaje visible en los fragmentos como posible pista para la identificación, mientras la División Canes y la Policía Judicial continuaron con la búsqueda de más restos o evidencias en el área. “Al principio no nos dijeron nada concreto. Más adelante, notamos que en un costado había un tatuaje”, detallaron.
La secuencia comenzó el domingo pasado, cuando la dueña del perro relató que en esta ocasión el animal, habituado a merodear en descampados, llevó una bolsa cuyo contenido tenía tamaño y aspecto distinto al habitual. “Lo embolsamos y ahí nos entró la duda porque era algo diferente: estaba toda la carne, el hueso por dentro. Yo le sé traer a mi perro huesos de la carnicería y no era nada parecido al tamaño, nada. Así que llamamos al 911, se acercaron y empezaron a ver toda la zona”, describió. La inspección junto a su pareja, miembro de la Policía, confirmó que se trataba de un miembro humano, por lo que se inició inmediatamente la investigación judicial.

Los peritos trasladaron los primeros restos recuperados a un laboratorio donde fueron examinados minuciosamente. Los análisis iniciales señalaron que podrían corresponder a una mujer, aunque esta hipótesis aún no tiene confirmación oficial y se aguardaba el resultado de una serie de pruebas adicionales. “Al principio no nos aseguraron nada. Hasta que viéndolo bien en un costado se veía como un tatuaje”, agregaron en el entorno.
La pesquisa se desarrolla en paralelo con el análisis de cámaras de seguridad de los alrededores del basural con la intención de reconstruir el recorrido de las bolsas y determinar posibles responsables del traslado y abandono de los restos. Ningún vecino aportó información sobre personas desaparecidas que coincidan con las características relevadas en los fragmentos, elemento que suma dificultad a la posibilidad de identificar a la víctima.
“El lugar donde se produjo el hallazgo está próximo a un canal que, de acuerdo con denuncias de los vecinos, es utilizado habitualmente para arrojar basura”, precisó la dueña del perro en diálogo con medios. Los residentes de la zona remarcaron las condiciones de inseguridad que imperan y la falta de controles efectivos, ya que los terrenos descampados favorecen tanto el abandono de desechos como el ocultamiento de pruebas.
La Fiscalía dispuso una custodia policial en la vivienda donde aparecieron los primeros elementos y ordenó continuar los rastrillajes diurnos en busca de más indicios, además del análisis detallado en laboratorios forenses. Por el momento, el expediente permanece bajo secreto de sumario y no se registran avances sobre la identidad de la persona o las circunstancias que rodean el hecho.








