El Gobierno avanzará con la creación de la Policía Migratoria, contemplada en la Ley de Migraciones, y que reemplazará a la Gendarmería en la cobertura de seguridad en las fronteras y a la PSA (Policía de Seguridad Aeroportuaria) en aeropuertos.

Con esas dos fuerzas cada vez más comprometidas en la represión a movilizaciones populares, el gobierno toma esta medida bajo el argumento de que “hace falta profesionalizar Migraciones”.

Con fronteras convertidas en coladores, en especial por los narcos, como quedó en evidencia en el triple crimen de Florencio Varela, el gobierno dice que apunta a mejorar el control y los patrullajes, en especial en delitos como el contrabando.

Desde la cartera de Seguridad, que sigue ganando poder, se señala que trabajan en “el diseño de la estructura, la dirección y el presupuesto”.

“Es un cambio cultural. Se adecuará Migraciones que sigue en la órbita de Seguridad”, la cartera que pasó a estar a cargo de Alejandra Monteoliva, ya que su jefa política, Patricia Bullrich, asumirá su banca en el Senado.

Salvo por el nuevo rol represivo de la PSA y Gendarmería en el gobierno de Milei, no queda claro cuál es el beneficio de la nueva estructura. “Lo lógico es que Migraciones controle los pasos sino es un desperdicio. Habrá reasignación de recursos. La estructura administrativa ya está armada por Migraciones”, argumentan.

Los integrantes de la Policía Migratoria, que estará compuesta por miembros de otras fuerzas, no tienen experiencia en el control de fronteras, de modo que deberán ser capacitados para ese obetivo.