En otro de sus intentos por quitarse culpas de encima, Mauricio Macri le atribuyó a sus exsocios políticos Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta la responsabilidad por la descomposición del PRO, el partido que él fundó y aún conduce.
“Priorizaron su proyecto de poder por sobre el proyecto de transformación de la Argentina”, fue la explicación que el expresidente ensayó al ser consultado sobre las razones de la debacle de su fuerza política.
Pero lo llamativo del caso fue que, en la autocrítica partidaria, Macri consideró estar casto y libre de toda culpa por indulgencia psicoanalítica.
-¿Cómo creés que te fue a vos con el trabajo de preparar un sucesor? –le preguntaron en Seúl Radio.
-No me fue bien. Me lo he planteado muchas veces, pero mi analista me dice que yo no he tenido la culpa -respondió Macri.
Con esa absolución, arrojó la primera piedra: “He creído en las reglas de la sana competencia, la democracia y la interna. En este caso no funcionaron. Las dos personas que terminaron disputando una candidatura priorizaron su proyecto de poder por sobre el proyecto de transformación de la Argentina”.
Según el expresidente, el PRO no cayó por su pérdida de conducción ni por la decepción que dejó su gobierno (2015-2019), sino por la interna entre Bullrich y Larreta en las presidenciales de 2023.
Fue ese el motivo por el cual la “gente percibió que era más la ambición personal” de ambos “que el sueño que querían realizar”, dijo y arriesgó: “Lamentablemente, en la historia del mundo se ha dado pocas veces que esos procesos hayan sido exitosos porque hay mucha naturaleza humana en términos de los complejos, envidias, ambición, ego”.







