Desde Roma  El Papa León XIV conmemoró este domingo la IX Jornada Mundial de los Pobres y el Jubileo de los Pobres, no sólo recordando al Papa Francisco, que tanto se ocupó siempre del tema, sino celebrando una misa en la basílica de San Pedro en la que pidió a los jefes de estado que escuchen el grito de los pobres y compartiendo luego un almuerzo con cientos de necesitados en la Sala Paulo VI del Vaticano.

“Con gran alegría nos reunimos hoy para almorzar juntos en la Jornada Mundial de los Pobres que tanto ha estimulado nuestro amado y mi predecesor, Papa Francisco. Un fuerte aplauso para Papa Francisco”, dijo el Papa León poco antes de sentarse a comer junto a unas 1.300 personas en el Aula Paulo VI, entre las que había unos 50 transexuales. El menú incluyó una lasaña de verduras, pollo, verduras cocidas y babá, un típico postre napolitano. Al concluir el almuerzo, a cada huésped le fue entregada una mochila con productos para higiene personal y alimentos.

Entre los miembros de la Iglesia presentes estaba la religiosa francesa Genevieve Jeanningros de la orden de las Pequeñas Hermanas de Jesús. Genevieve Jeanningros es sobrina de la también religiosa francesa Lèonie Duquet, que en diciembre de 1977 fue secuestrada y desaparecida por la dictadura militar argentina junto a otras 12 personas. Genevieve se empeñó mucho en materia de Derechos Humanos participando de distintos juicios contra militares de las dictaduras latinoamericanas que se han hecho en Roma. También fue muy amiga del Papa Francisco.

Antes del almuerzo y poco antes de comenzar la misa en San Pedro, León había ido a saludar a los 12 mil fieles que se habían reunido en la Plaza de San Pedro porque ya no había lugar dentro de la basílica. “Les agradezco su presencia. La basílica es un poco pequeña para alojar a todos ustedes pero ustedes forman parte de la Iglesia y podrán seguir la misa a través de las pantallas. Participen con mucho amor, con mucha fe y sepan que estamos todos unidos en Cristo”, les dijo el Papa.

El llamado a los Jefes de Estado por los pobres

El Papa celebró la misa en la basílica de San Pedro a la que asistieron unos 6 mil fieles. En la homilía destacó: “La pobreza interpela a los cristianos, pero interpela también a todos aquellos que en la sociedad tienen roles de responsabilidad. Exhorto por eso a los Jefes de Estado y a los Responsables de las Naciones a escuchar el grito de los más pobres. No podrá haber paz sin justicia, y los pobres nos lo recuerdan de muchas maneras, con su migración, con su grito tantas veces sofocado por el mito del bienestar y del progreso que no tiene en cuenta a todos, y que incluso olvida a muchas criaturas abandonándolas a su propio destino”.

El Papa León subrayó además las muchas “pobrezas que oprimen nuestro mundo” y aclaró que “ante todo son pobrezas materiales, pero también existen muchas situaciones morales y espirituales, que a menudo afectan sobre todo a los más jóvenes. Y el drama que atraviesa a todas las pobrezas de manera transversal es la soledad. Ella nos desafía a mirar la pobreza de modo integral, porque ciertamente a veces es necesario responder a las necesidades urgentes, pero en general lo que debemos desarrollar es una cultura de la atención, precisamente para romper el muro de la soledad. Por eso queremos estar atentos al otro, a cada persona, allí donde estamos, allí donde vivimos, transmitiendo esta actitud ya desde la familia, para vivirla concretamente en los lugares de trabajo y de estudio, en las diversas comunidades, en el mundo digital, en todas partes”.

El dolor por las guerras

Como hace casi cotidianamente, León XIV sacó a relucir también el problema de las distintas guerras hoy en curso en el mundo: “Los escenarios de guerra, presentes lamentablemente en diversas regiones del mundo, parecen confirmarnos en un estado de impotencia. Pero la globalización de la impotencia nace de una mentira, de creer que esta historia siempre ha sido así y no podrá cambiar”. Pero eso no es así, según el Papa que por eso hizo el llamado a los responsables de las naciones a escuchar a los pobres y a los cristianos a “no desentenderse de los demás” y transformar así “la convivencia humana en un espacio de fraternidad y de dignidad para todos, sin excluir a nadie”.

En la oración del Angelus, que los Papas rezan en torno al mediodía, León destacó que la persecución de las guerras “no sólo se produce con armas y maltratos sino también con palabras, es decir a través de la mentira y de la manipulación. Sobre todo, cuando estamos oprimidos por estos males, físicos y morales, estamos llamados a dar testimonio de la verdad que salva al mundo, de la justicia que redime a los pueblos de la opresión, de la esperanza que indica a todos el camino de la paz”, dijo.

Y destacó además que seguía con mucho dolor “las noticias de los ataques a numerosas ciudades de Ucrania, incluida Kiev. Esos ataques causan víctimas y heridos, entre ellos niños, además de considerables daños a las infraestructuras civiles dejando a las familias sin casa mientras el frío avanza. Aseguro mi cercanía a la población tan duramente probada. No podemos acostumbrarnos a la guerra y a la destrucción. Recemos por una paz justa y estable en la martirizada Ucrania”, agregó en el Angelus.

Una paz no será posible si no hay justicia, había subrayado repetidamente en sus mensajes. Según el Pontífice estadounidense, el “bien común” debe ser “el objetivo que debe guiar la sociedad”, una sociedad que siempre está más marcada por profundas desigualdades agravadas por un desarrollo tecnológico sin escrúpulos, según la agencia vaticana Vatican News.