El Tucumanazo fue el levantamiento social más grande, masivo y violento de la historia contemporánea de Tucumán. Ocurrió entre el 12 y el 13 de noviembre de 1970, durante la dictadura de la “Revolución Argentina”, en un contexto de crisis económica profunda, cierre de ingenios, desempleo masivo y un clima social marcado por protestas constantes contra el gobierno militar.
El estallido comenzó el jueves 12 por la tarde, cuando una manifestación estudiantil en la zona de la Universidad Nacional de Tucumán fue reprimida por la Policía de la provincia. El epicentro inicial estuvo en los alrededores de la Facultad de Derecho, sobre 25 de Mayo y Rioja. La tensión se había acumulado durante meses: la represión a asambleas, la vigilancia policial dentro de las facultades y el hostigamiento a los centros de estudiantes. Esta vez, la respuesta policial —con gases y golpes— activó una reacción en cadena.
Hacia la noche del 12 la ciudad ya estaba parcialmente bloqueada. Grupos de manifestantes levantaron barricadas en 25 de Mayo, Crisóstomo Álvarez, Córdoba, San Juan, Las Heras y varias calles aledañas. También hubo focos en los accesos del Parque 9 de Julio. Se incendiaron vehículos, se volcaron contenedores, se destruyeron vidrieras y se dañaron oficinas públicas. La Policía provincial, superada en número y capacidad, se replegó hacia la Jefatura. Por varias horas, el microcentro quedó sin control estatal efectivo: un hecho inédito en la historia tucumana.
La mañana del viernes 13 marcó un punto decisivo. El gobierno nacional envió fuerzas federales: efectivos de Gendarmería y de la Policía Federal, que ingresaron por las avenidas principales. Los choques más fuertes se dieron en 24 de Septiembre y Muñecas; San Martín y Junín; Marco Avellaneda y Córdoba; Crisóstomo Álvarez y Las Heras; y en los alrededores del Parque 9 de Julio, donde la resistencia se extendió durante horas. Las calles quedaron cubiertas de gases lacrimógenos y hubo enfrentamientos constantes con piedras, palos y barricadas.

Cuando la noche del 13 las fuerzas federales lograron recuperar el centro, la ciudad ya estaba profundamente alterada: autos quemados en el microcentro, comercios destruidos, edificios públicos dañados y un clima de tensión que se extendió durante días. El transporte quedó paralizado más de 24 horas, y los controles policiales se mantuvieron hasta el domingo 15.










