Desde Roma “El mundo necesita con urgencia empresarios y dirigentes que, por amor a Dios y al prójimo, trabajen en favor de una economía que esté al servicio del bien común”, dijo el Papa León XIV en un mensaje que dirigió este jueves a los participantes en la 31 Conferencia Industrial Argentina que se inauguró en Buenos Aires.
Según él mismo dice en el texto, los organizadores del evento lo invitaron a participar y él lo hizo con este mensaje. Y refiriéndose a la conferencia precisó: “Este espacio nos ofrece, en el marco del Jubileo de la Esperanza, una entrañable ocasión para reconocer que la economía y la empresa, cuando se orientan al bien común, pueden y deben ser motores de futuro, de inclusión y de justicia”, subrayó el Papa recordando además la encíclica Rerum Novarum que León XIII emitió en 1891 pero que todavía conserva actualidad.
“La Rerum Novarum constituyó el acto fundacional de la Doctrina Social de la Iglesia en su forma actual”, dijo León XIV. Allí se denunciaban “las condiciones injustas de muchos trabajadores”, se destacaba “el derecho a un salario justo, a formar asociaciones y a vivir con dignidad”.
“Estas enseñanzas, nacidas en un tiempo de profundas transformaciones industriales, siguen teniendo una sorprendente actualidad en el mundo globalizado que habitamos, donde la dignidad del trabajador muchas veces continúa siendo vulnerada (…) El bien común exige que la producción y el beneficio no se persigan de manera aislada, sino que se orienten a la promoción integral de cada hombre y de cada mujer”, subrayó el Papa, recordando que la encíclica “advertía también que quienes gozan de abundancia material deben evitar cuidadosamente perjudicar en lo más mínimo el sustento de los menos favorecidos”.
Papa León XIV, que curiosamente no mencionó en ningún momento a su predecesor y argentino Papa Francisco, en cambio sacó a relucir el caso de un empresario argentino, el venerable siervo de Dios (primera etapa del proceso de canonización) Enrique Shaw. Nacido en París en 1921, murió en Argentina en 1962. Shaw era un empresario que “entendió que la industria no era sólo un engranaje productivo ni un medio de acumulación de capital, sino una verdadera comunidad de personas llamadas a crecer juntas”, dijo.
“Enrique promovió salarios justos -añadió el Papa-, impulsó programas de formación, se preocupó por la salud de los obreros y acompañó a sus familias en sus necesidades más concretas. No concebía la rentabilidad como un absoluto, sino como un aspecto importante para sostener una empresa humana, justa y solidaria”.
En sus escritos y decisiones se percibe claramente la inspiración de Rerum Novarum, que pedía a los empresarios «no considerar a los obreros como esclavos; respetar en ellos, como es justo, la dignidad de la persona”, destacó León XIV.
El Pontífice calificó a Enrique Shaw como “un modelo actual para todos los que conforman el mundo laboral”.
“Queridos amigos: La santidad debe florecer precisamente allí donde se toman decisiones que afectan la vida de miles de familias (…) Que esta Conferencia Industrial sea un espacio para renovar el compromiso con una industria innovadora, competitiva y, sobre todo, humana, capaz de sostener el desarrollo de nuestros pueblos sin dejar a nadie atrás”, concluyó el Papa estadounidense.








