Mauricio Macri anunció la salida de Franco, el libro en el que intenta reconciliarse con su historia familiar. En un texto que suena tanto a homenaje como a confesión, el expresidente describió a su padre como “mi maestro más influyente y también mi mayor antagonista”. Dijo haberlo escrito “desde la admiración y el amor que un hijo puede sentir por quien le dio todo”, pero el tono deja entrever viejas heridas.

En FrancoMauricio Macri narra la vida de su padre desde la perspectiva de un hijo que mezcla admiración y reproche. Según el expresidente, la obra nació “desde la admiración y el amor que un hijo puede sentir por quien le dio todo”, pero también como un ejercicio de memoria emotiva para comprender a un hombre “colosal, que acertó y se equivocó como ningún otro”.

Franco Macri Franco Macri construyó su fortuna y consolidó su poder a fuerza de ambición y visión estratégica, especialmente durante los años 80. (Archivo -)

La publicación, de Editorial Planeta, combina recuerdos personales, tensiones familiares y lecciones de vida, “ofreciendo un relato íntimo de los conflictos, aprendizajes y la búsqueda de reconciliación con lo no resuelto”.

Franco Macri: empresario, poder y ambición

Franco Macri, que falleció en 2019, construyó su fortuna y consolidó su poder a fuerza de ambición y visión estratégica, especialmente durante los años 80, cuando sus contratos y negocios vinculados al Estado lo posicionaron como un referente central del empresariado argentino.

Fue un hombre influyente, exigente y omnipresente, cuya mirada marcó decisiones clave en la presidencia de Boca Juniors y en la carrera política de su hijo.

La relación padre e hijo: amor, críticas y aprendizaje

La relación entre Mauricio y Franco Macri combinó afecto, enseñanzas y duras críticas. Muchas de ellas, públicas.

Tras el secuestro de Mauricio, en 1991, Franco le dio la oportunidad de manejar la administración de sus empresas. Pero después de varios fracasos, el empresario retomó el control y, ante un grupo de empresarios, no dudó en decir que tuvo que volver porque “su hijo era un pelotudo”. Más tarde, cuando Mauricio anunció su intención de ser presidente, Franco lo cuestionó de manera tajante: “Si no puede manejar una empresa, menos un país”.