“La pregunta es por qué quieren privatizar el 44 por ciento de la compañía si en realidad es una empresa superavitaria. El sector nuclear es un sector exitoso en la Argentina y siempre fue estatal”, planteó el físico y exvicepresidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica Diego Hurtado sobre la pretensión del Ejecutivo de avanzar en la privatización de las tres centrales nucleares que tiene el país: Atucha I y II, en Lima (Buenos Aires), y Embalse, en Córdoba.
Para Hurtado, la respuesta está en el informe que el Fondo Monetario Internacional publicó en agosto pasado sobre la situación económica argentina, en el que urge al presidente Javier Milei avanzar con el proceso de privatizaciones para acumular reservas y así sostener la restricción monetaria y fiscal. “Eso me parece tremendamente escandaloso”, sentenció .
Mientras el mundo adopta una política estratégica respecto del sector energético a partir de las proyecciones de aumento de la demanda a nivel global, Argentina decide vender la empresa Nucleoeléctrica Argentina S.A, con capacidades de diseño y construcción de centrales nucleares, grupos de ingeniería únicos en la región y sus tres centrales, que representan el 7 por ciento de la producción de electricidad.
“Para cualquier proyecto vos necesitás ciencia y tecnología, y a la Argentina no le sobran capacidades, y eso lo tenés en el sector nuclear y en las ciencias biomédicas, pero todo a cuentagotas y muy justito. Lo deberíamos cuidar como agua en el desierto, pero lo ponemos al servicio de la política financiera“, se lamentó el exvicepresidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica .
En efecto, el sector nuclear argentino es emblemático y reconocido a nivel internacional por el despliegue estatal y por la participación de empresas privadas en los grandes proyectos industriales, como Techint, Pescarmona y una enorme cantidad de PyMe.
“Es un viejo sueño de Estados Unidos terminar con el Plan Nuclear Argentino y hoy tienen un gobierno muy afín que puede cumplirlo, como lo quiso cumplir el menemismo, quien le hizo mucho daño al sector nuclear”, recordó Hurtado.
A diferencia de Argentina, otros países protegen compañías que se insertan en áreas sensibles del desguace, pero sobre todo, de la extranjerización. “Es como lo que ya hizo el gobierno con Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa), que no es solo privatizarla sino extranjerizarla, venderla a capitales extranjeros. Eso está prohibido por ejemplo en Estados Unidos o en Alemania, donde se puede privatizar una empresa pero, cuando está definida como sector crítico, que es equivalente a lo que nosotros llamamos sector estratégico, la legislación norteamericana no permite la entrada de capitales extranjeros“, señaló Hurtado, quien dijo que, de no poder evitarse la privatización, preferiría que la compañía quedara en manos de capitales nacionales.








