
En medio del impasse que se vive en la Cámara de Diputados a la espera del llamado a sesiones extraordinarias, los bloques de la oposición entablan conversaciones, tanto internas como con el resto de los sectores, para establecer lo que será la estrategia parlamentaria. En especial, aquellos que perdieron bancas y que ven reducido su peso parlamentario.
Uno de los que deberá restablecer un nuevo rumbo es el radicalismo que, dividido en tres bloques, perdió posiciones en cada uno de ellos. Por un lado, el bloque de la UCR que hasta el 10 de diciembre conduce Rodrigo de Loredo, que tiene 14 diputados y tendrá 3 a partir del cambio legislativo. Por otro, el bloque Democracia para Siempre que hoy cuenta con 9 miembros y también quedará con 3 y, por último, Liga del Interior -los denominados radicales con peluca- que tiene 6 y tendrá 3.
En este esquema, el bloque de la UCR y el de LI son los más cercanos a LLA y Democracia venía trabajando junto a Encuentro Federal y ampliando su distancia con el oficialismo. Pero a partir del 10 de diciembre, con el cambio de miembros y la caída en el número de diputados, habrá una reconfiguración de los boinas blancas.
“Hay conversaciones, hay sectores que quieren cierta independencia y otros que abogan por avanzar en un interbloque”, explicaron desde los radicales más dialoguistas. “Lo más probable es que la semana que viene se termine definiendo para dónde va a ir cada uno”, agregó otro radical, en este caso no tan cercano a LLA.
Las opciones que se manejan son múltiples e incluyen a los que asumen el 10 de diciembre que entraron por Provincias Unidas y por listas que tenían el nombre de La Libertad Avanza.

Hasta ahora el armado mostraría que los radicales van a quedar divididos nuevamente, pero esta vez la posibilidad es que sea en cuatro sectores diferentes.
Por un lado, el bloque de la Unión Cívica Radical una primera opción es que llegue a contar con 9 diputados: Pamela Verasay y Lisandro Nieri (Mendoza), Diogenes González (Corrientes), Guillermo Aguero (Chaco), María Inés Zigarán y Jorge Rizzotti (Jujuy), Darío Schneider (Entre Ríos), Karina Banfi (Buenos Aires), Gerardo Cipollini (Chaco).
Pero habrá otros dos radicales que integrarán el interbloque Provincias Unidas, en este esquema se sumarían el ingresante Martín Lousteau y María Coletta (Ciudad de Buenos Aires), y Gisela Scaglia (Santa Fe). Un dato no menor es que la santafesina puso en duda si abandona su puesto de vicegobernadora para ir al Congreso. Si no lo hace continuaría Melina Giorgi.
Una incógnita es el camino que tomará el actual presidente de Democracia, el bonaerense Pablo Juliano. No sólo porque no anunció hacia dónde irá, sino que aseguran que Coletta y Rizzotti le habrían asegurado no solo la continuidad en Democracia sino que sumarían a Lousteau y a Zigarán, conformando otra de las tantas especulaciones que vive hoy el armado radical.
Otro punto a tener en cuenta es que los libertarios cuentan como propios a los radicales que entraron en sus listas. “Nosotros los vamos a ir a buscar porque los contamos dentro de los 97″, aseguran que le dijo Gabriel Bornoroni, jefe del bloque de LLA, a su par de uno de los tantos bloques radicales.
Un debate particular es el que se vivió dentro del bloque de La Liga del Interior, el que está conformado por los radicales que rompieron para apoyar directamente al Gobierno nacional. El armado de las listas en las provincias de estos legisladores en donde los libertarios los excluyeron a pesar de las promesas de continuidad, hizo que mostraran cierta rebeldía y, mientras los legisladores más violetas del PRO emprendían el salto rumbo al mundo libertario, los radicales con peluca definieron mantener cierta distancia.
“Nosotros no nos vamos al bloque libertario. Veremos cómo seguimos pero en nuestro bloque”, reconoció un radical con peluca que tiempos atrás había sido uno de los defensores más entusiastas de los proyectos que emanaba la Casa Rosada.
Esta distancia fue la que demoró el pasaje de varios legisladores del PRO a LLA porque, en un principio, la intención era “contener a los pelucas” y armar un bloque entre ambos sectores que después confluya en un interbloque con los violetas. La decisión de los radicales de mantener la distancia terminó definiendo el pase de los amarillos.
La nueva Cámara de Diputados muestra una fuerte fragmentación y ninguno de los sectores que estarán en pugna logrará imponer su número propio a partir del 10 de diciembre por lo que cada voto que pueda sumar el oficialismo y la oposición valdrá más de uno.








