¿Cómo ven la política, el sindicalismo y las instituciones estatales las personas jóvenes en Argentina?, ¿cuáles son las agendas que les preocupa? La investigación titulada “Juventudes: asignatura pendiente” –realizada por les investigadores Melina Vázquez y Diego Beretta para la Fundación Friedrich Ebert Stiftung y publicada hace pocos días– brinda algunas pistas sobre la complejidad de esta población: si bien siete de cada diez jóvenes afirman que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno, los partidos políticos aparecen como las instituciones que más desconfianza suscitan, con un 54 por ciento; sólo el ocho por ciento afirmó que le interesaría afiliarse a un sindicato y apenas el 16 por ciento considera que estas organizaciones defienden los derechos de los trabajadores. Otros datos salientes son que la universidad pública es la institución que goza de mayor confianza –con un 45 por ciento– y que la mitad de las personas jóvenes encuestadas mostraron deseos de emigrar del país.
En conversación con Vázquez –socióloga, doctora en investigación en Ciencias Sociales de la UBA especializada en niñez y juventud– y Beretta –licenciado y doctorando en Ciencia Política por la UNR– reflexionaron sobre los resultados de la investigación, realizada sobre una población de más de 2000 jóvenes de todas las provincias, de entre 15 y 35 años, entre diciembre de 2023 y febrero de 2024. “La encuesta permitió observar cierto enojo de las juventude, especialmente en relación a las condiciones materiales de vida que obstaculizan sus trayectos vitales”, sostuvo Beretta y agregó que “la precariedad y la situación laboral de las personas jóvenes encuestadas es un signo de preocupación que configura las situaciones de protección y desprotección social”.
En relación al sindicalismo, Vázquez advirtió que “un dato indudable que ofrece la encuesta es la falta de conocimiento e información sobre sindicalismo y derechos laborales. La idea de que las organizaciones representan sus propios intereses y no a los trabajadores, o la desazón que presentan al advertir que se trata de espacios políticos en los que las juventudes tienen poco espacio o con la falta de conocimiento sobre las formas de vincularse con un sindicato”.
La precariedad como caja de resonancia
La primera parte de la investigación está abocada a relevar cuál es la situación de los jóvenes en relación al trabajo, la economía y la seguridad social. En este sentido, los resultados muestran una marcada precariedad, que es la caja de resonancia dentro de la cual deben leerse los datos acerca de la percepción política y el sindicalismo. Según el informe, el 36 por ciento de las personas jóvenes encuestadas afirmaba “no tener trabajo pero estaba buscando”. En el caso de quienes tienen entre 18 y 26 años, esta situación asciende al 48 por ciento, y en el rango de 27 a 35 el porcentaje era el 25. La investigación también pone de relieve la desigualdad entre jóvenes de distintas clases sociales: entre jóvenes de clases altas, no tiene trabajo un 23 por ciento, un 33 para clase media y un 45 para clase baja.
El informe advierte que “sólo dos de cada diez jóvenes estaba satisfecho con su situación económica” y sólo el nueve por ciento “valoró positivamente la situación general del país”. Beretta agregó que la delicada situación material de los jóvenes también se puede observar “en el caso de la baja cobertura de salud (del total de encuestados, el 40 por ciento afirma no tener cobertura de salud a través de obras sociales o prepagas, aumentando al 60 por ciento en las clases bajas)”, y que “más de la mitad de los jóvenes viven en hogares con ingresos mensuales limitados, por debajo de la línea de pobreza a partir de diciembre de 2023”.
Esta situación explica en parte que “la mitad de las y los jóvenes encuestados manifestó el deseo de emigrar del país, y el principal motivo es la crisis económica por la que atraviesan, dando cuenta de la importancia que las juventudes les asignan a las condiciones materiales de vida para construir sus trayectorias personales”, indicó Beretta.
Posicionamiento político y percepción de la democracia
La investigación tomó en cuenta el posicionamiento ideológico de las personas jóvenes, su percepción de la democracia, los partidos políticos y el sindicalismo. Uno de cada tres encuestados dijo haber votado a Javier Milei en 2023 y solo uno de cada diez a Unión por la Patria: “la encuesta es un fresco del momento en el que ganó Milei las elecciones, pero es difícil decir que se trate de un voto ‘ideológico’ en sentido estricto”, explicó Beretta, y precisó que “el 82 por ciento se manifestó en contra de la violencia de género, el 78 a favor de que las personas puedan elegir su orientación sexual, el 74 a favor del matrimonio igualitario y el 71 dijo estar de acuerdo con la Educación Sexual Integral (ESI)”. Esto tiene que ver con la configuración de las agendas de las personas jóvenes, que fue otro de los temas relevados.
La identificación con la derecha tampoco se traduce en un rechazo a la democracia. En términos generales, el informe apunta que el 33 por ciento de los entrevistados está muy satisfecho con la democracia, el 42 manifestó una satisfacción intermedia y el 26 dijo tener poca o muy poca satisfacción. El 74 por ciento cree en el voto como herramienta para “transformar y solucionar los problemas del país”.
Beretta sostuvo que “en términos de posición ideológica, la encuesta da cuenta de que jóvenes que se identifican con la derecha no necesariamente implica que estén a favor de gobiernos autoritarios”. En este caso, detalló que “en quienes se encuentran del centro a la derecha en términos ideológicos, es creciente la valoración sobre la democracia”. Los datos de la investigación muestran que entre quienes se reconocen en la extrema izquierda, el 17 por ciento afirmó estar satisfecho con la democracia; en el centroizquierda un 25; en el centro un 29; en la centroderecha 39 y en la extrema derecha un 54.
Otro de los ejes abordados fue la confianza en las distintas instituciones. Los partidos políticos encabezan la lista de las instituciones menos valoradas con un 54 por ciento, seguidos por las iglesias y los sindicatos, con un 53 por ciento. Dentro de les jóvenes que se identifican con la centro o extrema derecha, el informe indica que la mayor desconfianza es para “los sindicatos, los movimientos sociales y organizaciones de base y los partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil”. Para quienes se reconocen de izquierda o centroizquierda, se destacan “la iglesia, la policía, la presidencia, influencers y fuerzas armadas”. Del total de las personas jóvenes encuestadas, un 58 por ciento estuvo de acuerdo en que “el Poder Judicial nunca o casi nunca brinda justicia a las personas que lo necesitan, y esta valoración es equilibrada en todas las posiciones ideológicas y los niveles socioeconómicos”.
“Los datos indican un cierto rechazo a la forma en que se desarrolla la política tradicional, especialmente en relación al funcionamiento de los partidos políticos”, interpretó Beretta. “Un 43 por ciento estuvo de acuerdo y muy de acuerdo que la democracia podría funcionar sin partidos políticos”, explicó el politólogo.
Sindicalismo y educación pública
El sindicalismo aparece como una de las instituciones más desprestigiadas para les jóvenes: sólo el ocho por ciento afirmó que les interesaría afiliarse a un sindicato. Vázquez recordó que la falta de reconocimiento a las organizaciones gremiales tiene que ver con que “el 18 por ciento de las personas encuestadas menciona que los sindicatos no se ajustan a las nuevas normas de trabajo, cuestión que se exacerba si miramos las diferencias entre clases sociales”. La investigadora advierte que hay diez puntos porcentuales de diferencia entre las clases más altas y más bajas en esta valoración, y son “los jóvenes de las clases más bajas los que perciben este desfasaje con mayor profundidad: el 85 por ciento en clase media y baja, el 81 en clase media y el 76 clase alta y muy alta”.
En el otro extremo, la institución más valorada es la educación pública: según el informe, el 72 por ciento de los encuestados manifestó estar muy o bastante satisfechos con la calidad de educación recibida, tendencia que se mantiene entre las distintas clases sociales. “Esta valoración no está asociada solo al proceso de aprendizaje formal, sino por el sentido que se le otorga como lugar de encuentro y de socialización, especialmente después de la pandemia”, explicó Vázquez.
La socióloga apuntó que “las universidades públicas son las instituciones en las que más confían las y los jóvenes en Argentina, cuestión que no debe sorprender ya que Argentina es uno de los países de América Latina con mayor nivel de democratización de educación superior”. También aclaró que, si bien “parte de las jóvenes generaciones sostiene miradas más centradas en el propio esfuerzo que una fuerte convicción en el rol del Estado”, la “destrucción de esa institución muestra límites y estos se pone de manifiesto en las masivas movilizaciones de apoyos a la educación pública y de crecientes críticas, incluso desde los sectores con sensibilidades libertarias, al desfinanciamiento de la educación y de las jubilaciones”.
La agenda de la juventud
Entre los principales problemas que destacaron los encuestados, aparece “la pobreza, el desempleo y la falta de acceso a derechos como la salud y la educación” con un 64 por ciento; la inseguridad con un 54 y el consumo de drogas en un 36 por ciento.
“Hoy las juventudes como cuestión de política pública no son parte de la conversación pública lo que nos lleva a pensar que en los últimos dos años se ha desvanecido la agenda pública juvenil. Esto es reforzado por la medida de Javier Milei de disolver el área específica de juventud en el gobierno nacional, por primera vez desde 1986”, dijo Beretta .
“Según las valoraciones y percepciones de las y los jóvenes encuestados, se puede delinear algunos trazos de la agenda de las juventudes”, explicó el licenciado y doctorando en Ciencia Política por la UNR, y destacó que los principales problemas aparecen en relación al “acceso a derechos fundamentales”. En el informe aparece muy marcado el hecho de que, dentro de las políticas públicas que demandan los jóvenes, el 62 por ciento mencionó que deberían apuntar a la generación de empleo, a la producción y a la economía, “dando cuenta de la importancia que encuentran en los enfoques integracionistas tradicionales de políticas de juventud relacionadas con el empleo”, dice el texto.
Beretta señaló que “estos datos son cruciales porque permiten comprender los problemas que identifican las y los jóvenes al momento de construcción de un proceso de autonomía con respecto a las familias, reforzando la importancia de las políticas públicas que logren garantizar las condiciones materiales de vida”. El politólogo añadió que “un dato significativo es que al momento de indagar sobre estas cuestiones, no había diferencias sustantivas entre las y los jóvenes de distintas clases sociales”.
Otro aspecto en el que indagaron les investigadores, apunta la indagación respecto a si existe una agenda específica de las personas jóvenes, más allá de las diferencias en su posicionamiento ideológico. Por un lado, quienes se consideran de derecha les otorgaron más importancia a los temas de seguridad, pero sin dejar de lado la importancia de los derechos sociales. Desde posicionamientos de izquierda, aparece una mayor valoración de las políticas de igualdad de género y paridad.
Sin embargo, también hay elementos en común. Beretta advirtió que “lo más importante a destacar es que hay asuntos de agenda pública que generaron fuertes consensos entre las personas encuestadas”, por ejemplo que “casi el 80 por ciento considera que el Estado debe garantizar el acceso gratuito a la educación y salud de calidad”. Otros aspectos de gran consenso son la libertad completa para decidir la orientación sexual, sostenida por un 73 por ciento; el matrimonio igualitario en la misma proporción, y el 71 por ciento se manifestó a favor de la implementacion de la Educación Sexual Integral en el sistema formal de educación.
Entre los temas que más dividieron aguas entre les jóvenes, aparece la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE): un 45 por ciento dijo estar de acuerdo y un 43 por ciento se manifestó en contra. Algo similar pasa con la migración: un 55 por ciento se expresó de acuerdo con que personas provenientes de otros países tengan los mismos derechos que las personas nacidas en Argentina.








