“Hoy la logística ya no es solo transporte, es una ventaja competitiva”, plantea Alejandro, convencido del rol central que ocupa hoy su área. En esta entrevista, repasa las claves para liderar equipos en contextos cambiantes, cumplir promesas en la última milla y sostener operaciones robustas frente a los nuevos hábitos de consumo.

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentás en la última milla B2C?

Los principales desafíos están en la adaptabilidad y los tiempos de entrega. Hoy el consumidor quiere recibir su producto de forma rápida y en perfectas condiciones. Esa entrega rápida es parte central de la experiencia de compra, y si no cumplís, perdés. Por eso, desde la logística tenemos que garantizar tiempos cada vez más exigentes, sin descuidar la calidad del servicio.

¿Y cómo se logra eso en una operación con productos tan diversos?

Trabajamos con tecnología, flotas segmentadas y un buen ruteo. Yo trabajo con productos que van desde artículos muy pequeños hasta camas o electrodomésticos. Eso exige vehículos de distintos tamaños, logísticas especializadas y un sistema que asigne la carga correcta al transporte adecuado. No podés usar una sola logística: necesitás varios aliados y estrategias para cumplir con cada promesa.

¿Cómo se prepara la logística para los picos de demanda por estacionalidad?

Nos anticipamos con stock y diseño de operación. Eventos como el Día de la Madre o Navidad duplican o triplican el ritmo normal. Tenés que tener claro qué productos se van a vender, importar con tiempo y ajustar toda la operación para cumplir con la demanda, tanto en AMBA como en el interior. Si no planificás bien, colapsás.

¿Cuál es el rol de la tecnología en ese escenario?

Es clave. Hablamos de sistemas como ERP (Enterprise Resource Planning), TMS (Transportation Management System) o DMS (Document Management System), que permiten integrar la informaciónmejorar la trazabilidad y tomar decisiones en tiempo real. Además, se vienen fuerte las tendencias de logística 4.0, con inteligencia artificial, automatización y vehículos eléctricos. El que no se adapta, queda afuera. Hoy la logística ya no es solo transporte, es una ventaja competitiva.

¿Cómo se lidera un equipo logístico en contextos tan cambiantes?

Con temple de acero. Hay que mantener la calma en entornos de mucha presión y estar listo para adaptarse a los cambios que llegan desde los marketplace, los clientes o los proveedores. El liderazgo también implica gestionar el estrés, porque cualquier error puede afectar a toda la cadena. Hay que saber parar, respirar y tomar decisiones con cabeza fría.

¿Tu experiencia como transportista te aporta hoy como lider?

Totalmente. Haber empezado como transportista me permite entender qué pasa en la calle. Conozco las limitaciones, los imprevistos y las urgencias. Eso me ayuda a generar un vínculo de respeto y fluidez con los choferes. Me manejo con ellos como un par, aunque esté en una jefatura. Esa empatía mejora mucho la coordinación diaria.

Según Alejandro, en eventos comoSegún Alejandro, en eventos como el Día de la Madre o Navidad, “tenés que tener claro qué productos se van a vender, importar con tiempo y ajustar toda la operación para cumplir con la demanda” (Foto: Shutterstock)

¿Cómo evaluás el contexto actual de importaciones?

Mejoró bastante en el último tiempo. Pudimos ampliar las importaciones y recibir productos con mayor rapidez. Eso ayuda mucho a evitar demoras y a cumplir con los plazos comprometidos.

¿Cuáles son tus perspectivas para la logística en Argentina?

Creo que la logística va a seguir creciendo. Hoy ya no es solo una entrega: es parte del diferencial de cualquier negocio. Y no hablamos solo del sector: todas las personas hacen logística, aunque no lo sepan. La clave es “aggiornarse” a los nuevos tiempos y entender que esto es un pilar central en la vida diaria.