Las lluvias afectaron tanto al casco urbano como a zonas rurales, donde muchas familias continúan aisladas sin asistencia

Las lluvias intensas que desde hace semanas afectan a la provincia de Corrientes agravaron la situación en San Luis del Palmar, donde ya se registran 137 personas evacuadas y continúan sumándose familias que deciden abandonar sus hogares por el avance del agua. El desborde del Riachuelo y del río Empedrado afectó tanto a barrios del casco urbano como a parajes rurales, muchos de los cuales quedaron completamente aislados. Ante el aumento de damnificados, las autoridades locales habilitaron en las últimas horas un nuevo centro de evacuación en el salón cultural municipal.

Hasta el domingo pasado, había once familias alojadas entre el salón de usos múltiples y el estadio municipal. Pero entre el mediodía del martes y la noche, ese número ascendió a 27 familias, por lo que se tomó la decisión de ampliar la capacidad de refugio.

La situación sigue evolucionando: en cuestión de horas, se incorporaron tres nuevos grupos familiares a la lista de evacuados, según informaron medios locales.

“La zona ribereña, que es la Inmaculada, Virgen del Rosario, Cruz de los Milagros, está bajo agua realmente. Hay muchísimas otras personas o familias que están autoevacuadas, aparte que en el predio del estadio municipal hay 21 familias y otras 6 están en el salón de usos múltiples”, detalló Luis Dalmacio, referente local, en declaraciones al diario El Litoral.

Vecinos organizaron rifas y colectas para conseguir agua potable tras la contaminación de las perforaciones por la crecida

La crecida del Riachuelo, que este miércoles marcó un nivel de 4,04 metros en bajante, según mediciones realizadas por los Bomberos Voluntarios, mantiene en alerta a toda la región. Aun así, no se descarta que el nivel vuelva a subir, teniendo en cuenta que las lluvias no cesan y los suelos permanecen saturados. Los pronósticos y la persistencia del agua en las calles mantienen en vilo tanto a quienes ya se evacuaron como a los que, pese al riesgo, todavía resisten en sus viviendas.

En el sector rural, el panorama es igualmente complejo. Comunidades enteras como Empedrado Limpio, Capiity y Arroyo Pelón permanecen desconectadas por completo, con caminos intransitables y escuelas cerradas. Allí, la única vía de comunicación es por lancha. La acumulación de agua en los campos afectó severamente a los pequeños productores, que vieron sus terrenos anegados y sus animales sin acceso a pasturas.

“Estamos aislados, pero todavía el agua no llegó a las casas. Lo más crítico es en Empedrado Limpio, donde hay unas treinta viviendas afectadas. El agua entró a las perforaciones y el agua potable sale con olor horrible. Por eso tuvimos que hacer una rifa para comprar agua”, explicó Omar Martínez, vecino de Arroyo Pelón, en una entrevista con Hoja de Ruta.

La respuesta comunitaria fue inmediata: “En dos horas vendimos todo y ya conseguimos 160 botellas de agua. Hay gente que sigue donando mercadería, y este mediodía voy a viajar a Corrientes a buscar lo que se juntó”.

En los parajes rurales los caminos están intransitables y algunos habitantes solo pueden trasladarse en lancha

El paraje donde vive Martínez se encuentra a unos 40 kilómetros del centro de San Luis del Palmar, sobre la ruta 6, cerca del cruce con la ruta 93.

La escuela rural de la zona permanece cerrada desde hace días, mientras que varias viviendas ya no cuentan con energía eléctrica. “No hay clases porque la escuela está bajo el agua. Hay luz eléctrica hasta cierto punto, pero muchas casas están sin energía”, señaló.

Martínez, que vive en la zona desde hace 49 años, aseguró que no recuerda una situación similar. “Hubo otras inundaciones, pero no así. Desde agosto estamos así, después de la fiesta de San Luis empezaron las lluvias y ya no se pudo pasar más. Los animales ya no conocen pasto, viven comiendo hojas”, describió.

La falta de presencia estatal fue otro de los puntos remarcados por los vecinos. “No vino nadie. Ni la municipalidad, ni el gobierno, ni el ejército. Nosotros no queremos politizar esto, pero hay gente que necesita agua y alimentos. Por ahora nos organizamos entre nosotros y con la ayuda de un comercio en Corrientes que nos da una mano”, añadió.

La comunidad denunció la falta de obras en el Riachuelo y el río Empedrado que permitan evitar inundaciones como la actual

En paralelo, la comunidad continúa recolectando donaciones en Polichapa, un local ubicado en avenida Independencia y Paul Groussac, en la capital correntina.

Allí se centraliza la ayuda en forma de agua, alimentos y medicamentos. El número de contacto para colaborar es 3794 25-1816.

Mientras tanto, la denuncia sobre la falta de obras de infraestructura vuelve a cobrar fuerza entre los vecinos.

Las críticas apuntan a la ausencia de soluciones estructurales para evitar el desborde del Riachuelo y del río Empedrado, una problemática que se repite año tras año y que vuelve a dejar aisladas a decenas de familias.