En una elección legislativa marcada por la abstención y la creciente polarización entre La Libertad Avanza y Fuerza Patria, el Frente de Izquierda Unidad (FIT-U) logró consolidarse como la tercera fuerza en la provincia de Buenos Aires. Con el 5,03 por ciento de los votos a nivel provincial, el espacio que integran el PTS, el PO, IS y MST revalidó dos bancas en la Cámara de Diputados de la Nación, sumando una tercera en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), donde alcanzó el 9,11 por ciento de los sufragios. Un triunfo considerado histórico que se sustenta en los buenos números en el conurbano y alrededores que fueron claves en la consolidación final del espacio.
Esta performance cobra relevancia no sólo por los números obtenidos, sino también por el contexto político en el que se produjo. La lista encabezada por Nicolás del Caño en la provincia y Myriam Bregman en CABA se impuso como alternativa ante el avance de La Libertad Avanza-PRO, la alianza oficialista que resultó vencedora, y de Fuerza Patria, el armado peronista que no logra ganar una elección legislativa nacional en su histórico bastión bonaerense desde 2005. El FIT fue la única fuerza que, además de estas dos, consiguió colar representantes al Congreso en medio de una elección marcada por la baja participación con apenas el 68 por ciento del padrón asistió a las urnas.
El crecimiento de la izquierda en Buenos Aires encuentra también su explicación en la disolución, readaptación y aparición de otros espacios que terminaron abriendo el juego en estos últimos años. A diferencia de las legislativas de 2021, cuando José Luis Espert (Avanza Libertad) se consolidó como tercera fuerza con el 7,50 por ciento de los votos, su incorporación al partido del presidente Javier Milei -al que no pudo acompañar como candidato tras el estallido del escándalo que lo relaciona con supuestos narcotraficantes- dejó un hueco en ese tercer escalón que el FIT-U supo capitalizar.
En 2021, Del Caño había logrado un 6,82 por ciento, es decir, un porcentaje mayor al de este año, pero en un escenario con mayor participación electoral. Los flojos resultados de fuerzas y propuestas “alternativas”, que mostraron que ninguna superó el 3 por ciento, terminaron favoreciendo a la proyección del Frente de Izquierda como tercera opción.
En la provincia de Buenos Aires, la diferencia con otros espacios fue contudente. El FIT-U superó ampliamente a candidatos con experiencia y visibilidad como Florencio Randazzo o Fernando Gray. El primero encabezó la boleta de Provincias Unidas, alianza con presencia en los distritos gobernados por sus fundadores, pero con escaso impacto en Buenos Aires, Gray compitió por su cuenta con Unión Federal como una alternativa peronista y no logró imponerse ni siquiera en Esteban Echeverría, distrito que gobierna desde hace años, ya que allí ganó La Libertad Avanza. En el lote de personalidades de alto impacto mediático a los que la izquierda superó también se enumeran Santiago Cúneo, de Nuevo Buenos Aires, y el abogado Fernando Burlando, que se presentó como “outsider” con Propuesta Federal para el Cambio, quedó relegado al cuarto puesto.
Este crecimiento de la izquierda fue particularmente visible en el conurbano bonaerense, donde el FIT-U logró buenos porcentajes, teniendo en cuenta su rango entre 4 y 6 puntos. En distritos como La Matanza (7,06 por ciento), Merlo (6,57 por ciento), Presidente Perón (6,31 por ciento) y Morón (5,92 por ciento), la izquierda superó ampliamente su promedio provincial. La consolidación en el segundo cordón del conurbano, históricamente adverso para los espacios por fuera del peronismo, marca un salto cualitativo en la inserción territorial del FIT-U. También se destacaron resultados en José C. Paz (5,82 por ciento), Florencio Varela (5,88 por ciento) y Quilmes (5,63 por ciento), donde las campañas militantes desplegadas “a pulmón”, según destacan los propios dirigentes, jugaron un rol clave. En la mayor parte de los distritos bonaerenses del conurbano y alrededores, el FIT no bajó de los 4 puntos.
A su vez, estos porcentajes también muestran un aumento de los votantes de izquierda si tomamos las elecciones legislativas provinciales del 7 de septiembre. Allí, el FIT-U sacó el 4,37 por ciento con 353.287 votos, siendo cuarta fuerza política, contra 438.747 votos de las legislativas nacionales, que dejan 85.460 votantes nuevos en un mes.
Romina Del Plá, diputada electa por Buenos Aires y dirigente del Partido Obrero, valoró el resultado como “una línea de resistencia frente a una elección marcada por el chantaje de Trump y el imperialismo norteamericano”, aludiendo al condicionamiento explícito del expresidente estadounidense, quien había sugerido que el respaldo económico de Washington a la Argentina dependía del triunfo de Javier Milei. “Los votos de La Libertad Avanza fueron apalancados por un rescate bajo la amenaza de una devaluación de la moneda y el caos económico”, agregó.
El discurso de Del Caño desde el búnker del FIT-U sintetizó el balance de la fuerza: “El gobierno nacional hoy está festejando un resultado que tiene sus contradicciones. Trump dijo que si no ganaba Milei, Argentina se iba al tacho. Se instalaron solo dos opciones desde los medios, pero mucha gente no fue a votar. Lo nuestro es producto de una militancia inmensa en el conurbano y en todo el país. Vamos a poner las bancas al servicio de enfrentar la reforma laboral esclavista y el ajuste”.
En su intervención, el dirigente también hizo foco en la oposición tradicional: “Los que se presentaban como la renovación del peronismo se la pasaron de selfie en selfie con Daer y los burócratas de la CGT, que le dejaron pasar todas a Milei. Hay que organizar desde abajo una resistencia real contra los ajustes que se vienen”.
Además de los números, desde el FIT-U también destacaron que el crecimiento electoral se corresponde con su rol en las luchas sociales. “Es un reconocimiento a nuestro acompañamiento a los jubilados, trabajadores en general, a los del Garrahan, universidades públicas y colectivos de discapacidad”, dijo Del Plá.
Los dichos de la diputada electa podrían interpretarse también desde ciertos sectores de los trabajadores de pymes y empresas que sufrieron las consecuencias de las políticas nacionales de liberación de importaciones, despidos y cierres. A lo largo de este año, referentes y delegados de empresas del conurbano habían anticipado que si bien había una parte importante de los trabajadores que apoyaba al peronismo, otra parte importante iba a poner su voto de confianza a la Izquierda por primera vez.
“Ahora, el gobierno ya anunció su agenda: la reforma laboral esclavista, nuevos golpes a los jubilados y un plan de colonización de la mano del imperialismo norteamericano. Este plan lo vamos a tener que enfrentar en las calles”, completó Del Plá.








