Aunque muchos la conozcan como la nutricionista que estuvo casada con Jorge Rial, Romina Pereiro tiene un pasado en los medios. A los 17 años dio sus primeros pasos como modelo y luego trabajó como conductora en el canal de música Much Music. “Hacía lo que más me gustaba que era escuchar música, ir a ver shows. Era feliz”, confiesa esta gran fanática de Guns N’ Roses que se crió en Ciudad Evita. “A mí me marcó mucho el barrio porque siento que de alguna manera me hizo anclarme, tener los pies sobre la tierra y entender lo que es el trabajo, el sacrificio de la gente”, reconoce quien preocupada por la inestabilidad del mundo de la televisión buscó su futuro por fuera de las cámaras estudiando nutrición.“Sentía que lo que estaba haciendo tenía un vencimiento. También me pasaba que no quería estar siempre esperando que un productor me dijera: ‘Sí, no’. Quería tener otras herramientas para el día de mañana armarme algo sin tener que esperar que alguien decida por mí”, confiesa Pereiro, sin imaginar que con el tiempo iba a poder combinar su experiencia en los medios con sus consejos de alimentación.
-¿Cómo llegás al mundo de la tele?
-Empecé trabajando como modelo porque era alta. Un profesor del colegio hacía campañas de moda, habló con mi mamá y fui de caradura. No fue lo que más me gustó como laburo a largo plazo pero, en ese momento, me sirvió. En ese tiempo me entero que hacían un casting en Much Music y yo amaba la música. Me presenté al casting y quedé.
-¿Cuánto tiempo trabajaste como modelo?
-Cuatro o cinco añitos más o menos. Me venía bien tener mi plata e independencia. La experiencia fue buena pero estaba todavía esta cosa del cuerpo hegemónico, la presión de entrar en un talle que no era el mío. Mi mamá me ayudó mucho y me acompañó, pero sufrí mucho la presión de “tenés que bajar de peso”. Yo era flaca pero no tenía el 25 que me pedían y no iba a llegar jamás, entonces era como que encajaba pero hasta ahí nomás. De hecho, hice un casting para ir a hacer desfiles a Milán y me acuerdo que me llamaron y me dijeron: “Bueno, quedaste pero tenés que bajarte cuatro kilos de acá a un mes”. Mi mamá dijo: “Que se olviden”, así que no viajé pero conservé la salud mental (risas).
-Hiciste fotos de alto voltaje. ¿Te arrepentís?
-Sí, me arrepentí toda la vida. Nunca fui de mostrar mucho pero en ese momento era más chica y viste que no pensás mucho. Una vez que estás ahí lo hacés y después cuando las vi, dije: “¿Para qué? “¿Qué necesidad tenía?”. Preferiría que no estén en Internet pero están. No son terribles, estoy en ropa interior, pero hoy no me gusta verme así.
-En la etapa de Much Music lo conocés a Santiago del Moro…
-Empezamos el mismo día. Nos mandaron a los dos juntos al aire sin prueba ni nada. Los videoclips se estrenaban ahí o en MTV y tenías que esperar para ver a tu artista favorito. Venían y hacían shows y para nosotros era como una escuela porque éramos todos jóvenes, todos estábamos aprendiendo. La pasábamos divino. Me quedaron un montón de amigos de esa época. Con Santi nos hicimos muy amigos en ese momento. El venía a casa. La relación continúa, seguimos siendo amigos, pero ya no nos vemos tanto. Nos hablamos para los cumpleaños y cuando nos cruzamos tenemos el mejor recuerdo.
Romina Pereiro.
-Como cinco años. Hasta que hubo un cambio fuerte en el canal y levantaron la programación. Fue con la llegada de Internet y hubo que reestructurar.
-¿Te gustó esa faceta de conductora?
-Sí, me divirtió un montón. Además, hacía lo que más me gustaba que era escuchar música, ir a ver shows. Era feliz ahí.
-También estuviste en Operación Triunfo…
-Sí, conducía un segmento que era como el resumen diario de lo que pasaba dentro de la Academia. Lo hacíamos con Marley, que me ayudó un montón. Yo estaba flasheada. Imaginate: trabajaba en Telefe a los 20 años, hacía lo que me gustaba. La pasé súper bien.
-¿Ahí todavía no habías empezado a estudiar nutrición?
-Estaba empezando a estudiar porque sentía que eso en algún momento iba a terminar. Sentía que lo que estaba haciendo tenía un vencimiento muy próximo y pensaba qué podía hacer después de eso. También me pasaba que no quería estar siempre esperando que un productor me dijera: “Sí”, “No”. Como que quería tener otras herramientas para el día de mañana armarme algo sin tener que esperar que alguien decida por mí y me gustaba Nutrición. Me parecía que estaba bueno porque podía trabajar en muchos lugares. Como soy muy activa sentía que no podía estar encerrada en un lugar siempre, entonces decidí probar.
Romina Pereiro pudo combinar su pasión por los medios con su carrera de nutricionista.-¿Eras de alimentarte bien?
-Siempre en casa comimos sano pero nunca fue una obsesión la comida. Mi mamá cocinaba sanito, mi abuela también y creo que vino por ese lado. Cuando empecé, me encantó y lo hice al toque. En ese momento hacía las dos cosas. Estaba en Much Music y me habían salido también otras cosas en ESPN, entonces laburaba de día y estudiaba de noche. Cuando me recibí, mi idea no era seguir en los medios. Mi idea era laburar como nutri y aparece la propuesta para ir a AM. Ahí se abrió un mundo y nunca paré.
-En el medio te enamorás…
-En el medio me enamoro del papá de mis hijas. Yo terminaba mi programa y Gustavo [Olmedo] empezaba el de él y nos cruzábamos. El no me hablaba hasta que un día me dice: “¿Querés un té?”. Estuvimos 14 años juntos. Me casé re chica, a los 25. Creo que inconscientemente venía como con ese mandato de “tenés que estudiar, casarte, tener hijos”. Ahora siendo más grande, y con mucha terapia encima, me doy cuenta que quizás lo tenía en mi inconsciente y por eso hacía todo rápido.
-¿Cómo equilibraste la maternidad con tu carrera?
-Bajé un poco la velocidad pero, a los seis meses de las nenas ya estaba laburando de nuevo. Yo me di cuenta que lo disfrutaba un montón pero no me hacía feliz solamente estar en casa cuidando a las chicas. Necesitaba hacer las dos cosas. Al principio, sobre todo con Viole, que es la más grande, fue complicado. Con Emma ya todo fluía perfecto. Hubo que organizarse pero no estaba para quedarme en casa todo el día.
-Con Emma de seis meses te separás…
-Sí, fue terrible, no me la vi venir. Fue medio de un día para el otro, todo muy desordenado y caótico. Yo venía de estar embarazada (después de muchos años de búsqueda), estaba amamantando, estaba hormonal, volviendo a trabajar; como que estaba en otro mood diferente al resto. Y me cayó esa y dije: “¿Y ahora qué hago?”. Como que no entendía ni siquiera qué estaba pasando. La pasé pésimo pero después todo se acomoda y empezás a entender otras cosas.
Romina Pereiro.-¿Quién te ayudó ahí?
-Mi familia fue fundamental y mis amigos fueron de fierro. El laburo también, era como poner la mente en otra cosa. Y mis hijas. Esa cosa de despertarme, verlas y decir: “Ya fue todo”. Pero creo que la contención de mi familia y mis amigos ayudó un montón.
-Antes de la llegada de Viole y Emma tuviste la pérdida de cuatro embarazos…
-Fueron siete años buscando a las chicas. Yo no sabía en ese momento que tenía trombofilia. Hoy es algo que se habla y por suerte hay una ley. La trombofilia es una situación en la cual el cuerpo tiende a coagular un poco de más la sangre, entonces eso hace que se formen como micro-trombos en los vasos sanguíneos y no llegue el oxígeno y los nutrientes a la placenta. Entonces muchos embarazos se pierden, no se implantan. En ese momento, hace 15 años, no se sabía qué era. Yo perdía un embarazo y me decían: “Bueno, el primero es normal, puede pasar”. Dos, tres, hasta que al cuarto un médico me mandó a hacer análisis de trombofilia. Cuando me dio positivo, estaba contenta no de tener trombofilia pero sí un diagnóstico, porque me estudiaban por todos lados y no había nada y no entendían cómo podía ser que perdiera cuatro embarazos.
-Habrá sido una de las etapas más duras para la pareja también, ¿no?
-Sí, es bravo. Tanto para la pareja como para la mujer que pone el cuerpo. Las primeras semanas de embarazo en mi caso eran duras porque tenía vómitos, me sentía mal y de golpe vas a la ecografía y nada. Te juro que yo decía: “Voy a seguir, a mí esto no me va a frenar. Perderé diez, pero yo voy a tener hijos”. No me importaba nada, estaba muy enfocada en eso.
-¿Cómo fue transitar después ese primer embarazo en el que todo venía bien?
-Cuando me dicen que estoy embarazada y veo en la ecografía que estaba todo bien, que había corazón, creo que fue uno de los días más felices del mundo. Lo transité con miedo lógicamente, pero lo disfruté. Creo que el primer embarazo me dio esa satisfacción de decir: “Al fin lo logré” y el segundo lo pude disfrutar más segura. Con Viole tenía esa felicidad pero siempre con miedo. Con Emma fue: “Va a estar todo bien”. Y así son: Viole es como más tranquila, más tímida, más insegura y Emma se lleva el mundo por delante (risas).
-A raíz de todo lo que te pasó, te juntaste con Florencia Peña, Panam y otras tantas para ir por una ley… ¿Cómo fue eso?
-Sí, porque era necesario que existiera una ley que protegiera la salud tanto de la mamá como del bebé y que proporcionara el 100 por ciento del tratamiento y los cuidados que se necesitaran en caso de tener trombofilia. Y también estaba el tema de que no había necesidad de perder cuatro embarazos para que te mandaran a hacer un análisis. Tampoco se podía hacer análisis a todas las mujeres en edad fértil, pero sí había algunos parámetros y factores de riesgo que se podían tener en cuenta para poder hacerlo. La ley está dentro de otra ley. Es la Ley “1000 días” que está dentro del plan médico obligatorio que cubre el 100% de lo que vos necesites o tu bebé. Lo que promueve es hacerle el estudio a las personas que tengan factores de riesgo y, en el caso de que de positivo, proporcionarles la medicación necesaria que es un anticoagulante que te asegura que esos micro-trombos no se formen y puedan llegar los nutrientes y el oxígeno a la placenta.
Luego de perder cuatro embarazos, Pereiro se unió a Florencia Peña y Panam, entre otros rostros conocidos, para luchar por la ley de trombofilia.-¿Cómo te conectás con el resto de las chicas para llegar a esto?
-A mí me convoca una de las chicas, que se llama Giannina, y Flor Peña. Me cuentan que estaban en esto y les dije que cuenten conmigo. Armamos una muestra fotográfica que iba contando nuestras historias: la previa, el momento de los estudios y la foto de nosotras con los bebés felices. La exhibimos en la Legislatura, fuimos por la ley y salió. Con el tiempo sentís que lo que nos pasó sirvió para que hoy tengamos una ley. Fue como una forma de cerrar ese duelo. Además, nos acompañamos mucho entre todas. Hablábamos un montón, si teníamos medicación de alguna chica que le sobraba, se la pasábamos a otra. Se armó como una red entre mujeres siempre predispuestas a colaborar y ayudar. Estuvo buenísimo.
-Hoy estás en Mañanas argentinas en C5N y en Ariel en su salsa…
-Sí, ahí hago como mi aporte más desde el lado de la nutrición, la alimentación. Jugamos un poco con Ari y mientras él cocina, yo voy contando algunas cositas de nutrición para que lo puedan poner en práctica en la casa. También estoy en A la mesa contentos, en Unifem. Puedo hacer las dos cosas que me gustan: la parte que yo venía haciendo de tele y la parte de la ciencia y la nutrición.
Romina Pereiro es parte del ciclo Ariel en su salsa que se emite todas las mañanas por la pantalla de Telefe.-También le das mucha importancia a las redes sociales…
-Sí, trabajo un montón con Instagram. Me parece que es un canal en el cual uno puede comunicar lo que quiere.
-¿Cómo te llevás con las críticas?
-Con las críticas me hice de amianto. Imaginate con todas las que pasé (risas). No te puedo decir que no me afectan porque sería mentirte, pero lo tomo como lo que es. No me lo tomo personal. No me gusta que me critiquen, a nadie le gusta, pero queda ahí. No me quedo con eso todo el día haciéndome problema. Tampoco uno le puede gustar a todo el mundo, ni podés pretender que todos piensen como vos. Y cuando yo hablo de algo que tiene que ver con lo que me formé lo digo muy segura. No porque sea mi creencia sino porque es lo que dice la ciencia entonces eso me respalda. Sí quizás me afecta que me critiquen por mis cosas personales o por otras cosas que no he manejado muy bien y que me han dolido pero en lo profesional trato de mantener esa línea.
-¿Tomarías un café con Santi Maratea?
-¡Ree, claro que sí! De hecho, le escribí varias veces. Me pareció que ya era un exceso cuestionar de esa manera para vender un producto. Me parecía que como influencer (que tiene un montón de llegada a adolescentes y a gente que quizás no tiene acceso a un sistema de salud) no era el mensaje adecuado.
-¿Te contestó el mensaje?
-Nunca. Miedo me tiene, no sé (risas). Ni debe saber quién soy. Yo le escribí por Instagram para explicarle que no es personal con él. Estaría bueno que él entendiera y pueda escuchar otra versión. Yo sé que lo entendería porque me parece un pibe inteligente.
-Te casaste con uno de los hombres más famosos de este país (Jorge Rial). ¿Terminaron bien?
-Sí, porque creo que fue el proyecto el que no funcionó. No tuvimos problemas. A veces cuando uno se separa hay terceros en discordia o problemas con la separación de bienes, pero no fue nuestro caso. Fue un proyecto que intentamos de una manera, no se pudo por un montón de circunstancias y entonces decidimos que lo mejor para todos era cerrar la historia. Con todo el dolor del mundo, tomamos distancia y nos separamos, pero todo fue respetuoso y con amor, entendiendo que no se pudo. A mí me gusta tener esta buena onda entre todos, no solamente con él sino con las chicas, con Rochi. Fuimos familia entonces ¿por qué deberíamos odiarnos y llevarnos mal?
Jorge Rial y Romina Pereiro se casaron en abril de 2019 y se separaron en 2022.-¿Cuánto tiempo estuvieron juntos?
-Creo que cuatro o cinco años, bastante. Nos casamos súper enamorados, felices, con un proyecto de familia en común.
-¿Y cómo fue tener la mirada puesta en vos por la popularidad de él?
-Un espanto (risas). Lo entendía, porque obviamente que si estás casada con Jorge Rial te van a mirar pero no lo puede llevar bien; la sufría. Si íbamos a comer y había fotógrafos mi cuerpo se ponía en tensión. No sé, no lo pude manejar nunca. Reconozco que profesionalmente me abrió muchas puertas y estoy re agradecida por eso.
-¿Eras celosa?
-Sí, un poco. Siempre fui celosa, pero tenía motivos (risas). Los hombres con poder son atractivos para muchas personas y era un tema.
-¿Le escribían mucho?
-Sí. Yo no le agarraba el teléfono pero estaba al lado y veía. No era una pelea pero tampoco una situación agradable que a mí me gustara. Siempre fui medio celosa, no patológica pero si me das un poquito de motivos… (risas). Pero esa la fuimos llevando bien, no fue un problema entre nosotros.
-¿Y cuál fue el problema?
-Situaciones familiares que a veces se llevan toda la energía y no queda como mucho más espacio para construir otras cosas, ya sea porque son más urgentes o porque tienen otra gravedad y hay que ocuparse de otra manera. Creo que ese fue el tema.
La nutricionista asegura tener una muy buena relación con su ex.-Recientemente pasó lo de Morena, a quien vos conociste mucho también. ¿Le mandaste un mensaje?
-Sí, tremendo. Cuando pasan esas cosas siempre está el mensajito desde un lugar de acompañar. No me meto a dar consejos ni nada pero sí hacerles saber que si hay algo que podamos hacer, cuenten con nosotros. Entiendo que desde mi lugar mucho no se puede hacer, pero por lo menos que esté esa contención y acompañamiento en momentos difíciles.
-¿Con Rochi tenés una relación más fluida?
-¡Sí, re! Con Rochi creo que el vínculo va a seguir siempre. Quizás no es la cotidianidad de antes pero estamos.
-¿Y tus hijas con Jorge se siguen escribiendo?
-Sí, para cumpleaños o Día del padre y eso está buenísimo. Yo intento siempre terminar bien pero a veces no se puede (risas). En este caso, se pudo. Además, no fue difícil terminar bien. Ese vínculo de saber que estamos para acompañar o para lo que se necesite, está. Y lo mismo del otro lado.
-Jorge ya armó pareja, ¿vos pudiste o todavía no?
-No, todavía no. He intentado pero no ha funcionado. Quizás estoy más cerca de eso pero pareja todavía no pude. No sé por qué. Está difícil el mercado, eso te lo dicen todas mis amigas que están solteras. O sea, que se hagan cargo también ellos (risas).
-Es que sos la “ex de Rial”…
-Al principio salían corriendo. Capaz conocía a alguno y si no es del medio no sabía quién era, pero cuando algún amigo le decía: “Che, guarda porque es la ex de Rial”, salían corriendo (risas). Ahora ya no pasa porque él está en pareja, pero al principio fue terrible. Todos estos años también me enfoqué en mí, en reconstruirme. Hice mucho trabajo de autoconocimiento en esto de decir: “¿Por qué no me funcionan las parejas?” o “¿Qué es lo que estoy buscando?”. Yo me casé dos veces.
-¿Irías por la tercera?
-¡Ni loca! Creo que hoy ya no. Re apuesto al amor y me encantaría enamorarme, pero no iría por el casamiento, ni siquiera por la convivencia. Aprendí a estar sola y lo disfruto. Disfruto mis espacios con mis amigas, con mis hijas y me gustaría encontrar a alguien para compartir pero desde una elección, no desde la obligación de “tenemos que convivir y casarnos”. /La Nación








