Tras la controvertida pelea por el título de peso pesado en UFC 321, la salud del ojo derecho de Tom Aspinall permanece bajo observación médica después de recibir un piquete involuntario de Ciryl Gane, según lo informado en los canales oficiales del luchador británico. El combate, disputado en el Etihad Arena de Abu Dhabi, derivó en un polémico “No Contest” que reavivó el debate sobre la seguridad ocular en las artes marciales mixtas y el reglamento de la UFC.
El incidente ocurrió en el primer asalto, cuando Ciryl Gane, peleador francés, introdujo dos dedos de su mano izquierda en los ojos de Tom Aspinall durante un intento de jab. “Puedo sentir lo profundo que llegó. Se siente como si alguien hubiera tocado la parte posterior de mi globo ocular”, relató Aspinall durante el traslado al hospital. Ante la consulta del médico dentro del octágono y la imposibilidad de responder a cuántos dedos se le mostraban, el campeón británico manifestó: “No veo nada”.
El árbitro Jason Herzog detuvo la pelea y, tras agotar los cinco minutos reglamentarios para recuperación que otorga el protocolo de UFC ante este tipo de lesiones, confirmó que Aspinall no podía continuar. “La verdad es que no, está casi negro”, declaró el luchador al recibir un nuevo intento de evaluación sobre su visión.
En un video difundido en YouTube y en su cuenta de Instagram, Tom Aspinall mostró imágenes del trayecto en ambulancia y su paso por el hospital en Abu Dhabi, acompañado de su padre y entrenador, Andy Aspinall. Allí, su entorno cuestionó la falta de sanción automática a Gane. “¿Cómo no va a ser descalificado después de eso?”, preguntó Andy, mientras padre e hijo revisaban en el teléfono la repetición del golpe que provocó la lesión.
El oftalmólogo que atendió a Aspinall en el centro médico local confirmó delante de cámaras: “Debes detener la pelea hasta que estés bien y recibas la autorización de nuestra parte”, aunque añadió que las revisiones iniciales no encontraron “lesión ocular significativa”. El especialista recomendó nuevos estudios al regreso del peleador británico a Inglaterra para determinar el alcance exacto de la lesión y el tiempo de recuperación necesario.
La reacción del público en Abu Dhabi resultó hostil en principio con el vigente campeón, quien recibió silbidos y abucheos tras abandonar la pelea. “¡Y la gente empezó a abuchearme como si fuera mi culpa!”, expresó Aspinall en su video, luego de evidenciar malestar físico y emocional por la interrupción del combate. Las repeticiones del incidente, difundidas durante la transmisión y coreadas en las tribunas, señalaron la responsabilidad de Gane, quien también fue posteriormente objeto de críticas.
El presidente de UFC, Dana White, declaró que la organización no puede obligar a un peleador a continuar si considera que su integridad está en juego. “No puedo forzar a nadie a pelear. Si alguien siente que está lesionado, tampoco puedo hacer que continúe. Solo Tom sabe lo que pasó. ¿Podía ver? ¿No podía ver? ¿Podía seguir? Solo él lo sabe”, afirmó White en una rueda de prensa.
El episodio reavivó la discusión sobre los piquetes de ojos y la efectividad de las normas de seguridad. La UFC intentó modificar el diseño de los guantes para minimizar estos episodios, medida que aún no ofrece resultados claros. El debate en redes sociales creció al ser comparado con otros incidentes recientes en los que peleas estelares debieron ser canceladas por golpes accidentales o imprudentes a los ojos. “Es algo horrendo de imaginar como padre”, reconoció Andy Aspinall tras la pelea. “Cuando se trata de tu hijo, y puede perder un ojo o su salud, y tiene hijos que cuidar… algo se tiene que hacer al respecto”.
Tom Aspinall deberá someterse a nuevas pruebas en Inglaterra para determinar el grado de afectación. Su evolución será fundamental para definir la organización de una eventual revancha con Ciryl Gane, como anticipó el propio presidente de la UFC. Por el momento, el campeón británico continúa en recuperación y mantiene la incertidumbre respecto a su retorno al octágono.








