En julio de 2025, la empresa china Damoda obtuvo el récord Guinness del mayor enjambre de drones de la historia cuando hizo volar 11.787 drones en una coreografía perfecta que voló la cabeza de espectadores de todo el mundo. Ahora han presentado una nueva tecnología que podría emplearse para volar otras cosas: un contenedor robotizado capaz de lanzar todos esos drones en cuestión de segundos, pulsando un botón en un mando inalámbrico. Las aplicaciones militares, a la vista de lo que está ocurriendo ahora mismo en Ucrania, resultan evidentes.
Disponer de una forma de desplegar enjambres de robots voladores asesinos casi instantáneamente es el tipo de capacidad con la que ahora sueñan los ejércitos de todo el planeta. Organizaciones como la Armada estadounidense y empresas como el gigante europeo de defensa Rheinmetall, cuya valoración se ha disparado más de un 1.192% desde la invasión rusa ilegal, trabajan en el diseño de sistemas de lanzamiento de drones basados en contenedores capaces de disparar cientos de estas máquinas. Incluso el Ejército Popular de Liberación ha creado su propio sistema, pero ninguno de ellos parece tan eficiente e inteligente como este invento de Damoda.
Cómo funciona
El Sistema Automatizado de Contenedor para Enjambres de Drones de Damoda, demostrado a finales de septiembre, empaqueta 648 cuadricópteros en un solo contenedor de transporte montado sobre la plataforma de un camión. Doce palés cargados con 54 drones cada uno. Un operador pulsa un mando inalámbrico y unos raíles telescópicos expulsan esos palés hacia afuera en niveles descendentes. La empresa afirma que su sistema puede “desplegar miles de drones”. Si se quiere más faroles volantes—o potencia de fuego—se añaden más contenedores y ya está. Un solo operador lo gestiona todo desde un ordenador portátil.
Los múltiples récords de Damoda —que el propio Elon Musk publicó en Twitter afirmando que era “el fin de los cazas de combate” por mucho que los pilotos humanos lo quisieran negar— no son sólo espectáculos de luces. Son demostraciones en directo de programas informáticos de mando y control capaces de coordinar enjambres de ataque lo suficientemente grandes como para saturar cualquier red de defensa aérea existente.
Esto no es ciencia ficción sino una realidad documentada en el campo de batalla que evoluciona más rápido de lo que la doctrina puede seguir. Ucrania demostró el concepto en junio con la Operación Telaraña, un ataque coordinado contra bases aéreas rusas empleando cuadricópteros kamikaze lanzados desde contenedores disfrazados de cobertizos de almacenamiento en camiones civiles. Ucrania afirma que destruyó o dañó 41 aviones rusos. La Agencia de Inteligencia de Defensa estadounidense afirma que las pérdidas confirmadas fueron 10 bombarderos estratégicos, las plataformas Tu-95 y Tu-160 que transportan armas nucleares. Sea como sea, el efecto y el arma es el mismo.
Equipos de operaciones especiales israelíes emplearon tácticas casi idénticas durante su breve guerra con Irán a principios de este año, lanzando drones y misiles desde proximidad contra objetivos endurecidos.
Un solo lanzador en contenedor de Damoda podría desplegar cientos de drones configurados para reconocimiento, interferencia y ataques cinéticos. Incluso los cuadricópteros de corto alcance se vuelven letales si múltiples camiones se distribuyen por un campo de batalla o llevan a cabo operaciones simultáneas. Un sistema podría arrasar todos los aviones, vehículos, instalaciones de radar y depósitos de combustible expuestos en un aeródromo antes de que los defensores comprendan que están siendo atacados. Si los enjambres operan con autonomía en red, y las demostraciones de Damoda sugieren que es factible, los drones podrían cazar objetivos de manera independiente, volando hacia hangares y estructuras abiertas para destruir activos en el interior.
Una nueva carrera armamentística
Como apunta la publicación militar The War Zone, la Operación Telaraña provocó conversaciones urgentes en el Pentágono para la creación de hangares blindados para aeronaves y defensas físicas en instalaciones críticas. El problema: los sistemas tradicionales de defensa aérea no fueron diseñados para estas amenazas de enjambre. Los cañones antiaéreos y láseres atacan objetivos secuencialmente, algo inútil contra cientos de atacantes simultáneos. Los misiles y las baterías antiaéreas se agotarían en minutos, aunque fueran capaces de seguir a los blancos. Los sistemas de guerra electrónica y las armas de microondas de alta potencia ofrecen algunas contramedidas, pero ambos tienen limitaciones críticas. Y la guerra electrónica puede no afectar a drones autónomos que operan sin comunicación externa. Los sistemas de microondas tienen alcances extremadamente cortos y solo pueden atacar una dirección cada vez.
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Damoda —que se ha especializado en espectáculos aéreos desde 2016, evolucionando desde patrones luminosos básicos hasta animaciones tridimensionales complejas— insiste en que su sistema automatizado de contenedor para el transporte y lanzamiento de enjambres de drones existe exclusivamente para el entretenimiento, no para la guerra.
Pero, como afirman los analistas de TWZ o Defense News, el diseño del sistema se puede adaptar para uso militar fácilmente, y puede que ya haya sido modificado para uso en combate. Es algo razonable sabiendo la estrecha colaboración entre empresas de alta tecnología y el Ejército chino. Los países que ven a China como un competidor estratégico deberían empezar a desarrollar contramedidas ahora en lugar de esperar a que se materialicen versiones armadas del sistema de Damoda. Y la cuestión ya no es si alguien lanzará enjambres de cientos de drones militares desde contenedores o no. La pregunta es sólo cuándo saldrán a la luz. La respuesta: es posible que ya estén aquí.