La lucha contra la violencia de género está incorporando la tecnología como aliada estratégica. Diversas iniciativas han desarrollado herramientas basadas en inteligencia artificial (IA) que buscan prevenir agresiones, brindar orientación y ofrecer apoyo a víctimas de violencia, tanto en el ámbito digital como en relaciones de pareja.

  • Una de estas herramientas es Juna, creada por la Fundación Naná en México. Inspirada en el caso de Ana María Serrano Céspedes, joven víctima de feminicidio, Esta funciona a través de WhatsApp y utiliza IA para detectar patrones de violencia en el noviazgo. La plataforma analiza mensajes, identifica señales de alerta y proporciona recomendaciones sobre cómo actuar ante situaciones de riesgo. Además, busca educar a adolescentes y jóvenes sobre relaciones saludables y ofrecer acompañamiento legal y educativo a quienes lo necesiten. La iniciativa ha sido recibida con interés en distintas comunidades por su capacidad de combinar prevención, educación y apoyo directo.
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  • Otra propuesta destacada es OlimpIA, una plataforma de inteligencia artificial desarrollada para enfrentar la violencia digital. Creada por mujeres, esta herramienta integra 37 modelos de IA que permiten ofrecer asistencia inmediata, gratuita y anónima a víctimas de agresiones en línea, incluyendo acoso en redes sociales y difusión no consensuada de imágenes íntimas. Funciona como un chatbot interactivo, capaz de guiar a las usuarias en la denuncia de incidentes y brindar orientación legal y psicológica. Su enfoque innovador demuestra cómo la tecnología puede atender emergencias digitales de manera efectiva y proteger la privacidad de las víctimas.
  • En Centroamérica, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó Sara, un chatbot diseñado para ofrecer información y orientación sobre violencia de género a mujeres, niñas y adolescentes. Disponible las 24 horas, Sara proporciona acceso a recursos como casas de acogida, asistencia psicológica y legal, así como líneas de emergencia. El objetivo principal es garantizar que las personas en riesgo puedan obtener apoyo de forma rápida y confiable, incluso en regiones con limitaciones de acceso a servicios presenciales. La herramienta se ha implementado en varios países y se ha convertido en un recurso clave para organizaciones de derechos humanos y protección de la mujer.

Estas iniciativas reflejan un cambio significativo en la manera en que la tecnología se aplica en la prevención y atención de la problemática. Al combinar inteligencia artificial con educación, orientación y soporte legal, plataformas como Juna, OlimpIA y Sara ofrecen soluciones accesibles y confidenciales que buscan reducir riesgos y empoderar a las víctimas.