La presentación del presupuesto 2026 por parte del presidente Javier Milei vino con un combo de recortes para la educación en el que se encuentra un sector apuntado en particular: la educación técnica y de formación profesional, que de aprobarse el proyecto tal como fue presentado perdería el porcentaje de presupuesto que tiene definido por ley desde hace veinte años. Los gremios del sector se declaran en estado de “alerta y preocupación”  y advierten que la decisión terminaría de liquidar a un área que ya viene sufriendo un especial proceso de ajuste dentro de los recortes generalizados en educación.  Como informó este diario la semana pasada, el gran golpe del paquete de ajustes a la educación y a la ciencia aparece en el proyecto de presupuesto por la vía de la derogación de dos puntos sustanciales del financiamiento del sector: la eliminación del Artículo N°9 de la Ley de Educación Nacional, que establece que el porcentaje del PBI destinado a educación no puede ser inferior al 6 por ciento, y de los artículos de la ley de financiación en ciencia y tecnología que estipulan un aumento progresivo para llegar en 2032 al 1 por ciento del PBI.

Pero en medio de esos recortes generales aparece la educación técnica, particularmente afectada por la propuesta de derogar el Artículo N°52 de la Ley de Educación Técnico Profesional, que desde 2005 estipula que ese sector se debe financiar cada año con un mínimo del 0,2 por ciento de los ingresos corrientes previstos en el presupuesto. La misma ley estipula que el llamado Fondo Nacional para la Educación Técnico Profesional debe ser destinado a “equipamiento, mantenimiento de equipos, insumos de operación, desarrollo de proyectos institucionales y condiciones edilicias” en establecimientos que de por sí necesitan más equipamiento que las escuelas sin formación técnica.

Miguel Duhalde, secretario de Educación de Ctera, gremio que ya se manifestó abiertamente en contra de las modificaciones en educación propuestas por Milei para 2026, indicó a este diario que “el ítem que se quiere eliminar para técnica es un programa que mientras funcionó fue muy importante para elaborar programas de mejora y significó una inversión muy grande para cualificar todo el sistema de educación técnico profesional”.

Coincide en este punto Ariel Guede, secretario general de la seccional Buenos Aires de la Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica (AMET), el sindicato que nuclea a docentes específicos del sector: “El financiamiento hizo que las escuelas pudieran mejorar su infraestructura, pero también que pudieran presentar proyectos para encontrar financiamiento y equiparse en tecnología para capacitar a los chicos para lo que se necesita hoy en el mundo del trabajo. Al no tener financiamiento, cada máquina que se descomponga no se va a poder arreglar y ese chico se va a ver impedido de poder aprender”, sostiene y agrega que “es una destrucción del presente pero una condena hacia los chicos del futuro”.

Además de las escuelas técnicas y centros de formación profesional, la medida afectaría también a las escuelas agrarias, todos establecimientos educativos en los que, según señala Guede, “la matrícula viene creciendo mucho y de forma progresiva“: “Volvieron a tener un rol muy importante para el futuro de los pibes y de esta manera nos condenamos a un futuro con generaciones sin formación para el trabajo, un momento parecido al que ya sufrimos en los ’90, cuando nos pasó lo mismo y sólo pudimos subsistir gracias al trabajo de los compañeros y compañeras”, advierte.

Duhalde añade que, más allá de la posible eliminación del fondo, la situación presupuestaria del sector viene siendo crítica dentro de una educación ya golpeada por el ajuste libertario. Advierte así que el proyecto de presupuesto “nos pone en una encerrona en el sentido de que, si se aprueba, va a empezar a regir esto con todo lo que afecta, pero si no se aprueba van a seguir ejecutando el presupuesto que se les ocurra en el marco de un ajuste terrible que impacta a la educación técnica independientemente de que el ítem esté o no en el presupuesto”.

Según pudo saber este diario, el ítem del fondo, ejecutado oficialmente en la Secretaría de Educación a través del Instituto Nacional de Educación Tecnológica bajo la figura del Programa de Innovación y Desarrollo de la Formación Tecnológica, ya viene teniendo porcentajes mínimos. El crédito vigente, es decir lo disponible para gastar en el año corriente, constituye para 2025 sólo un 0,68 por ciento del presupuesto total de educación. 

Llamativamente, pese a proponer la derogación del artículo de creación del fondo, el prespuesto 2026 sigue incorporando el ítem del programa, pero con un crédito de 18.429 millones de pesos, casi la mitad del monto anterior y con la diferencia de que el programa ya no se ejecutaría con el peso de la obligación de la ley, sino de forma discrecional. Así, el Ejecutivo podría definir, por ejemplo, destinar cero presupuesto para 2027 sin tener que responder a lo establecido por la norma.

Guede apunta en este sentido que “es muy dificil que las escuelas técnicas puedan seguir formando a los próximos técnicos sin financiamiento, por eso la presentación nos hace poner en alerta y con una preocupación terrible porque queremos que el Gobierno nacional entienda que éste no es el camino”. Desde Amet contaron a este diario que ya comenzaron a reunirse con legisladores nacionales para intentar torcer el rumbo de la eliminación del fondo.