Tras el resonante triunfo en las elecciones legislativas bonaerenses, por una diferencia superior a los 13 puntos, el gobernador Axel Kicillof recibió saludos y felicitaciones de presidentes de la región y otros líderes mundiales, que a medida que en medio de las relaciones rotas por el gobierno libertario empiezan a pensar en la próxima etapa de la Argentina.

Con todos ellos, el gobernador  tiene algún grado de relación generada a partir de específicos marcos institucionales. En rigor, es otra de las tantas actitudes que separan al mandatario bonaerense del presidente Javier Milei, que acumula incidentes y desaires también en el plano internacional.

En las últimas horas, Kicillof fue felicitado por los presidentes de Brasil, Luiz Inazio “Lula” Da Silva, de Uruguay, Yamandú Orsi, y de Chile, Gabriel Boric. También llamaron al gobernador y lo felicitaron por el triunfo de Fuerza Patria los ex presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de España, José Luis Rodríguez Zapatero.

Con muchos de ellos, el gobernador tiene una historia de encuentros y contactos previos, basada en perspectivas y miradas similares. Lula lo recibió en el Palacio de Planalto, la sede del ejecutivo del país vecino, en Brasilia, hace exactamente un año.

En esa ocasión, conversaron largamente sobre cooperación internacional y se fotografiaron sonrientes. Participaron también los ministros de Comercio Exterior, Gerardo Alckim, y de Hacienda, Fernando Haddad.

La contracara de esa reunión ocurrió apenas dos meses más tarde, en noviembre, cuando la ciudad de Río de Janeiro fue sede de una cumbre del G20. El trato distante que el principal anfitrión dedicó al presidente argentino fue uno de los aspectos más recordados de ese encuentro internacional.

El presidente oriental Yamandú Orsi, por su parte, asumió su cargo el 28 de febrero pasado. En esa ocasión, Javier Milei no asistió, pretextando que necesitaba tiempo para preparar su discurso de apertura de sesiones ordinarias, frente a la asamblea legislativa.

No parecía la mejor manera de comenzar la relación con el sucesor de Luis Lacalle Pou, con quien el argentino tenía una mayor afinidad y a quien le autorizó, a cambio de nada, la ampliación del puerto de Montevideo, en detrimento del Canal Magdalena. En cambio, sí asistió a la ceremonia el gobernador bonaerense. Desde entonces, la sintonía entre ambos es buena.

Orsi, heredero político de José “Pepe” Mujica y caudillo del Movimiento de Participación Popular (MPP 609), fue el encargado de dar a conocer el fallecimiento del expresidente, en mayo pasado. Mujica fue despedido por Kicillof frente al ruidoso silencio de Milei.

En la Feria del Libro de Buenos Aires de 2023, partidarios de Milei insultaron al veterano líder y repitieron esa actitud cuando se conoció la noticia de su fallecimiento. En su estadía en Uruguay, el gobernador pidió disculpas por esas actitudes.

En Montevideo, previo a la asunción de Orsi, Kicillof y el presidente trasandino, Gabriel Boric, compartieron un panel denominado  “Democracia, desarrollo e igualdad en un mundo en transformación”.

El último capítulo de la relación entre el gobernador y el chileno, previo a los saludos por el triunfo electoral, ocurrió apenas tres semanas atrás, luego de los intentos de linchamiento de hinchas de la Universidad de Chile por parte de barras bravas de Independiente, en el partido por octavos de final de la Sudamericana, finalmente suspendido, en Avellaneda.

En esa ocasión, Kicillof se reunió con diplomáticos chilenos, ante los que se comprometió con la identificación de los responsables y su posterior detención e imputación. La contracara fueron las fuerzas federales que, a las órdenes de Patricia Bullrich, sólo detuvieron chilenos. La representación consular del país vecino debió moverse rápido para evitar que la ministra violara sus derechos y garantías.