El principal sospechoso por el crimen de Diego Fernández Lima, Cristian Graf, ratificó en una entrevista televisiva su inocencia en la causa que investiga la muerte del joven en 1984. El hombre aseguró que la familia desconoce cómo aparecieron los huesos de la víctima en el jardín de su casa. “Estamos muy mal, por el hecho de haber encontrado los restos, y después, por el acecho mediático”, indicó.

La entrevista sucede un día después de que el juez Alejandro Litvack rechazara el pedido realizado por el fiscal Martín López Perrando para citar realizar una declaración indagatoria hasta tanto hayan mejores indicios y pruebas para citar al acusado. Aunque sigue vigente la prescripción de los delitos, ocurridos en 1984, la familia de la víctima busca esclarecer la identidad del homicida y el móvil.

Quién es Cristian Graf

Norberto Cristian Graf es el único imputado en la causa por el delito de encubrimiento agravado. De 58 años, egresó de la Escuela Nacional de Educación Técnica 36 de Saavedra (ENET Nº36), y fue compañero de clase de Diego al momento de su desaparición. Todavía vive en la casa donde se encontraron los huesos de quien recientemente se descubrió que había sido víctima de un asesinato a los 16 años. Unos ex compañeros de clase de Fernández Lima aseguraban que ellos dos eran “amigos”, y que tenían un gusto en común por las motos.

Desde que se desenterraron los restos óseos, Graf quedó imputado por el delito de encubrimiento agravado en concurso ideal con supresión de evidencia. La razón del fiscal era que el acusado presentó actitudes omisivas y temerosas, además de conferir mentiras y contradicciones tendientes a entorpecer la investigación, una vez que los obreros encontraron los huesos en el límite entre el terreno donde ellos trabajaban y el chalet contiguo, una ligustrina que fungía de medianera vegetal.

Su relación con Diego

Graf insistió en la nota con TN en que Diego nunca había visitado su casa, y tampoco su familia. “No éramos amigos“, puntualizó. Remarcó que lo “único” que lo vincula con la víctima es el haber compartido “un año” del secundario en la Escuela Nacional de Educación Técnica 36 de Saavedra (ENET Nº36). Sin embargo, aclaró: “Yo no lo recuerdo a élNo me vinculaba con los chicos del colegioMi círculo era aparte“.

Además, negó rotundamente haber tenido algún interés en las motos, como se puntualizó desde que se lo señaló en la causa. “No sé de mecánicanunca hice un curso de mecánica“, precisó. Esto fue remarcado a raíz de que se indicaba que Diego era fanático de las motos. En ese sentido, Graf puntualizó que sus hobbies reales eran la natación, el karate y el básquet. También contó que por ese entonces participaba de los boy scouts.

Y enfatizó: “No me gustan las motos, nunca tuve carnet de conducir motoy nunca arreglé motos. Mi hijo tuvo un momento en el que arreglaba motos antes de la pandemia, pero yo jamás. Lo mío es electricidad, la electrónica y las redes de comunicación”.

Por otra parte, en la entrevista, afirmó no recordar cómo fueron los momentos de la desaparición del joven. “No me acuerdo del momento de la desapariciónni de los padres viniéndo a la escuela“.

Esperamos, por la familia de Diego y la mía, que se esclarezca todo lo antes posible. Por la paz de todos. A pesar de que yo o nosotros quedemos manchados”, puntualizó.

El día del hallazgo de los huesos

Graf se definió a sí mismo como “un protagonista que están implicando en una causa que no es suya”. Al rememorar cómo fue el día que encontraron los huesos de su ex compañero de escuela en su casa, detalló que fue interrumpido en el trabajo por un llamado de su hermana, quien vive en la Patagonia, pero que esa semana estaba en la casa de Coghlan acompañando a su mamá tras una operación de rodilla.

“Me dice: ‘no sabes lo que pasó… Me tocó el timbre del arquitecto que encontró huesos humanos…“, relató Graf, parafraseando a su hermana. Explicó que el arquitecto dio aviso porque pensó que podían ser los restos enterrados de un familiar, algo que ella negó. Posteriormente, alertaron a la policía, que acudió a la vivienda y marcó un perímetro en el patio.

“Yo quise ir a ver dónde era justamente que habían encontrado los huesos, y había policías por ahí, no nos dejaron obviamente pasar porque era todo como perimetral”, contó.

La teoría del “cuerpo plantado”

Graf sostiene que el cuerpo sin vida de Diego Fernández Lima fue plantado en el patio de su casa en 1984, cuando la superficie terrestre del lugar era muy diferente a la actual.

Durante la entrevista, recorrió junto al notero el patio de su casa, le enseñó el lugar donde los obreros de la construcción encontraron los restos óseos, y explicó y comparó cómo se veía el terreno en las semanas del hallazgo y en el momento de la desaparición del joven.

En este sentido, se desligó del hecho, al subrayar su versión de que ese terreno antes pertenecía al vecino. Y aseguró: “No sé cómo llegó el cuerpo ahí”. Consideró, en ese sentido, que “le tiraron un muerto”.

El cuerpo está. El pobre muchacho alguien lo enterró ahí, y se dio a la luz ahora por la obra. Sino nunca más te hubiéses enterado de nada”, afirmó. Sin embargo, no supo contestar si pudo haberse tratado de un hecho “intencional”: “Mi círculo era tranquilo, no tengo enemigos. No puedo sospechar o señalar a alguiensería injusto“.

“Desconozco el por qué, el lugar… Es raro, obviamente. No es común que aparezca el cuerpo de un conocido tuyo ahí. Yo siento angustia e impotencia por todo esto, por cómo salpica en el resto“, sostuvo. Rechazó la idea de que sus padres estuvieran involucrados en el crimen.

“El que me conoce realmente sabe quién soy y que cuando se esclarezca va a estar todo genial”, puntualizó.