Camila Rey, una de las trabajadores de prensa violentadas este miércoles y detenidas mientras cubría la ya clásica marcha de los jubilados, explicó este viernes por la 750 qué pasó desde que los policías las abordaron junto a su colega Jazmín Orellana y las liberaron, cinco horas después.
La trabajadora de prensa de ATE Nacional e integrante del Laboratorio del Pensamiento Popular explicó que todo comenzó cuando la policía tomó la determinación de convertir la marcha en una escena de represión
Así, cuando le preguntaron si lo que pasó es algo que ocurre cada miércoles, contestó con contundencia. “Como todos los miércoles en los que la policía cruza la valla”, dijo sobre aquellos artefactos que ponen las fuerzas de seguridad en las inmediaciones de todo el Congreso.
Rey aclaró que hay miércoles en los que “se quedan del otro lado” y ellos, junto a los jubilados, dan “una vuelta a la plaza y se termina” la manifestación. Sin embargo, esta vez, la decisión de arriba fue reprimir.
“Esta vez querían marchar a Plaza de Mayo y no se pudo. Siguieron con la vuelta a la plaza del Congreso y se desviaron por una calle por la que no teníamos pensado desviarnos y se armó el quilombo”, relató.
Así fue como sucedió su detención en una de las pequeñas calles del centro paralelas al Congreso de la nación. “Nos detuvieron tipo 5 de la tarde hasta las 10 de la noche”, explicó sobre lo que pasó después
“A mí se me hicieron eternas esas horas. A nosotras nos llevaron en una camioneta y hasta las 8 no bajamos de ahí, que fue hasta que nos llevaron a declarar”, explicó sobre las primeras tres horas.
Y añadió: “Nos pasearon por tres comisarías. Mucho papeleo. Muchas preguntas. Mismo ellos, los que habían ido con nosotras en la camioneta, no tenían ni idea de por qué nos habían reducido y esposado”.
En principio, según les explicaron, las habían detenido por “maltrato y desacato a la autoridad”. Aunque, dijo, la única resistencia posible pudo haber sido que, al intentar ser detenida, no soltaba del brazo a su compañera de trabajo y cobertura en medio de la violencia y el miedo.
“Lo del maltrato quedó en la nada. Y el papel que nos dieron de la policía dice que es por declaración de rebeldía”, aseguró sobre una detención floja de papeles por donde se la mire.
Y añadió: “Yo supongo que es porque en un principio al menos yo me resistí de que me agarraran, claramente. Yo en ningún momento solté a mi compañera hasta que estuve en el piso. Por eso”.
Finalmente, ante la pregunta sobre cómo imagina el futuro, dijo: “No sé cómo se frena esto. No sé si tiene un freno. Creo que va a haber que ir organizándonos mejor y encontrando maneras de cuidarnos entre nosotros. Porque pensamos que esto se viene para peor”.