La tenista ucraniana Elina Svitólina (Nº 13 del Ranking WTA) expuso la magnitud del acoso que enfrentó tras su derrota en los cuartos de final del Masters 1000 de Montreal ante Naomi Osaka (49º). La ex número tres del mundo recurrió a sus redes sociales para denunciar públicamente los insultos y amenazas que recibió, entre ellos un mensaje que le deseaba la muerte la misma noche del partido. “Es vergonzoso”, subrayó la deportista.
La derrota de Svitólina por 6-2 y 6-2 frente a la jugadora japonesa desencadenó una ola de mensajes abusivos en línea. La deportista compartió capturas de pantalla en su cuenta de Instagram, donde se evidenciaba el nivel de hostilidad que puede alcanzar el entorno digital hacia los atletas de alto rendimiento. Entre los mensajes, algunos hacían referencia directa a la guerra entre Ucrania y Rusia, celebrando la violencia contra sus compatriotas. Uno de los acosadores llegó a escribir: “Espero que Rusia los mate a todos, malditos ucranianos”.
El impacto de estos ataques no se limitó a Svitólina. Su esposo, el tenista francés Gaël Monfils, también fue blanco de insultos racistas. La situación pone de relieve la vulnerabilidad de los deportistas y sus familias ante el odio que circula en las plataformas sociales, especialmente tras derrotas que frustran las expectativas de los apostadores.
La relación entre el auge de las apuestas deportivas y el incremento de los abusos en línea ha sido objeto de análisis por parte de organismos reguladores del tenis. Un estudio reciente, citado por Punto de Break, determinó que los apostadores enojados generaron casi la mitad de los mensajes abusivos dirigidos a jugadores en redes sociales durante el último año. Esta tendencia preocupa a las autoridades del tenis, ya que afecta la integridad y el bienestar emocional de los deportistas.
La WTA (Asociación de Tenis Femenino) y la ITF (Federación Internacional de Tenis) han instado a las empresas de apuestas a asumir una mayor responsabilidad para frenar la avalancha de comentarios ofensivos. Según una publicación conjunta de ambas organizaciones, 458 tenistas fueron objeto de más de 8.000 mensajes y publicaciones abusivas en redes sociales en 2024. La presión sobre las plataformas digitales para mejorar sus sistemas de filtrado y protección se ha intensificado, aunque los resultados aún distan de ser satisfactorios.
El fenómeno no es exclusivo de Svitólina. La tenista francesa Caroline García también denunció el año pasado, tras su eliminación en el US Open, que las “apuestas poco saludables” constituyen una de las principales fuentes de ataques en línea. García subrayó que estas agresiones afectan especialmente a los jugadores jóvenes y a quienes atraviesan derrotas dolorosas, dejándolos “emocionalmente destrozados”.
La trayectoria de Svitólina en el tenis profesional ha sido notable. Nacida en Odesa, comenzó a jugar a los cinco años y, a lo largo de su carrera, ha conquistado 17 títulos en el WTA Tour. Fue campeona de Roland Garros Júnior en 2010, alcanzó los cuartos de final en varios Grand Slam y logró victorias ante figuras como Serena Williams y Petra Kvitová. Además, tuvo el honor de portar la bandera de Ucrania en los Juegos Olímpicos de París 2024.
En el plano personal, Svitólina inició una relación con Gaël Monfils en 2018 y contrajo matrimonio con él el 16 de julio de 2021 en Nyon, Suiza. El 15 de octubre de 2022, la pareja anunció el nacimiento de su hija, Skaï Monfils, a través de sus redes sociales.
LAS AMENAZAS A SVITÓLINA: