Lorena Mexy tiene el pelo rubio que le cae perfecto sobre los hombros y una mirada intensa. Parece que el tiempo no pasa para esta mujer que fue una de las musas inspiradoras de Víctor Maytland, el director de cine porno más importante de Argentina.
Lorena escribió un libro, “Muy porno para saberlo”, en el que narra desde sus inicios, las fiestas organizadas por Maytland donde valía todo y las películas que filmo en un ambiente muy diferente a lo que viven las actuales modelos que venden sus contenidos por OnlyFans o las actrices que hacen videos amateur para otras plataformas.
A los 29 años, Mexy se encontraba con problemas económicos. Se había separado de una pareja violenta y junto a su hija vivían en un pueblo cercano a Buenos Aires.
Inicios en el videochat
Entonces vio un anuncio en el diario. “Buscamos señorita sexy, buena figura para video chat”. Lorena remarcó el aviso con la birome que tenía en la cartera. Pagaban un euro el minuto. El secreto era en alargar la historia para que los clientes se queden más tiempo conectado. “Empecé casi como un juego. Le cumplía los morbos a los hombres que me llamaban. Iba creando el relato. No mostraba mi cuerpo, era solo diálogo sensual. Ahí hice mis primeros pasos. Había que hacer caras, tocarse el pelo y erotizar al cliente”, recuerda Lorena. Antes, sólo había sido modelo en eventos como carrera de autos.
Antes de ser actriz, Mexi consumía cine. En su libro marca un film mexicano que la marcó para siempre. Quizás fue lo que la hizo un día muchos años después presentarse y deslumbrar a Maytland. Era “Lola la trailera” (camionera), en la que una mujer perseguía a los asesinos de su padre. “Rosa Gloria Chagoyan es una de las primeras figuras de la liberación femenina”, explica Lorena.
Entonces, Mexy pega el salto y conoce a Maytland. “Charlamos mucho por el chat de Facebook primero – recuerda Lorena-. Después me invitó a una de sus fiestas de Sodoma que se hacían en un boliche swinger de Almagro”.
Las fiestas de Sodoma
Maytland solía organizar esas fiestas de Sodoma en general en boliches swingers. Sus actrices deambulaban por la discoteca, aunque tenían prohibido interactuar con las parejas del ambiente. En el escenario, se representaban en vivo escenas de sexo de sus películas más famosas.
Lorena agrandaba sus ojos para mirar todo lo que sucedía a su alrededor. Se le abría un mundo nuevo. “Víctor me propuso hacer porno, pero yo al principio no acepté. Hice participaciones eróticas en sus eventos y en algunas películas”, recuerda Lorena.
En esa primera fiesta, Víctor se acercó a los periodistas y les dijo que Lorena era su nueva actriz estrella. Faltaba poco para que Mexy ingrese en su nuevo mundo.
En su libro, la ex actriz porno relata cómo fue la última fiesta Sodoma de Maytland. “Entro al boliche y todos me empiezan a saludar. Un señor calvo me dice que es mi fan – cuenta Lorena como si lo estuviera viviendo en este momento-. Nos sacamos fotos y en las pantallas gigantes pasaban partes de las películas de Víctor”.
Después de una entrega de premios, Maytland cortó la música y anunció que la policía estaba afuera y quería clausurar la fiesta por las denuncias de los vecinos. “O se van ahora o se quedan hasta que termine”, dijo el director de cine porno. Entonces, la fiesta siguió con la luz del día que pegaba ya en la vereda, mientras afuera los patrulleros se quedaron de custodia.
El debut en el porno
El primer film de Lorena fue “Íntimas”. Allí hizo su debut en el porno con otra mujer. “Fue todo muy respetuoso y cuidado. Víctor siempre charlaba conmigo para saber que quería hacer y que no. Con la otra actriz nos llevamos muy bien”, relata Mexy.
El film trataba de dos amigas que llegan a un encuentro hot con un hombre, pero se dan cuenta que en realidad se sienten atraídas entre ellas.
Tras ese éxito, llegó el segundo film protagonizado por Lorena, “Gozando por un sueño”. En esa película hizo una pequeña participación Zulma Lobato, personaje mediático del momento.
La última aparición de Mexy fue “Los Porno Addams”. Lorena hacía de Morticia, por lo que tuvo que dejar de lado su cabellera rubia por un tiempo. Las escenas se filmaron en una casa que estaba por ser demolida en Palermo. “El estreno fue en el cine Ideal del microcentro. Recuerdo que Víctor estaba fumando ansioso el final de la película y la reacción del público en el pasillo afuera de la sala”, relata Lorena.
Derribando mitos del porno
Mexy, además, desmiente el mito en torno a los castings para actuar en el porno. “Se anotaban 200 hombres. Cuando le decían que tenían que mostrar la cara ya quedaban 5. Se le preguntaban medidas, si era bisexual y que tipo de escenas está dispuesto a grabar. El resto se ve en el set”, explica la mujer.
Y sigue Mexy: “El actor llega al set y y una chica simpática lo estimula. Cuando ya está a punto se empieza a grabar con la protagonista. La medida genital puede ser, en general, un truco de la posición de cámara”.
En cada escena de sexo de las películas de Maytland había unos siete técnicos que observaban las acciones. “Y lo tenías a Víctor, también dando indicaciones”, explica Mexy.
“Víctor va a buscarte al camarín y cuando ya estás hecha una diosa, te dice lo divina que estás. Vas hablando temas de la vida cotidiana que no tienen nada que ver con lo que va a pasar en el set segundos después. El actor está ahí, a un costado. La estrella es la mujer”, describe Mexy.
La actriz fetiche de Maytland
Y así relata Lorena el momento de grabar. “Víctor te toma de la mano y te dice ´haceme sentir orgulloso de la actriz que sos´“.
“Con Maytland eran películas en las que se intercalaban escenas de sexo explícito. Pero no era lo más importante – sostiene la mujer-. Había un argumento y una búsqueda más allá de las escenas hot”.
Maytland había recorrido un largo camino hasta llegar al porno. Fue meritorio en “Las horas de los hornos”, el film de la década del 70 de Pino Solanas y Octavio Getino. También pasó por la producción del programa Feliz domingo para la juventud de Canal 9 y Calabromas. Hasta que se volcó al porno y lo combinó con el cine de acción, el kung fu, el rock y el terror. “Cuando veo una porno paso rápido las escenas de sexo y me detengo en los diálogos”, contaba en una de las tantas notas que le hicieron antes de su muerte en noviembre de 2022.
Lorena acompañó a su descubridor hasta el final. En su libro relata la última vez que lo vio antes de su partida. “Tengo la imagen grabada. Le prendí el último cigarrillo a Víctor y le dije ´tenés que irte´. Y se fue al día siguiente».