Espora, el destino rural bonaerense a menos de una hora y media de CABA, ofrece tranquilidad y turismo sustentable (Créditos: Municipio de San Andrés de Giles)

Hay lugares cuyo encanto reside en la calma y la autenticidad de su vida rural. A menos de una hora y media de la Ciudad de Buenos Aires, Espora se presenta como un destino casi secreto, ideal para quienes buscan desconectarse de la rutina y disfrutar de la naturaleza en vacaciones de invierno.

Rodeado de campos, estancias y caminos de tierra, este pequeño paraje bonaerense invita a sumergirse en la tranquilidad del campo, compartir comidas típicas y revivir la historia en cada rincón. Tal como detalla el municipio de San Andrés de Giles, Espora se convierte así en una opción atractiva para una escapada corta, sin alejarse demasiado de la gran ciudad.

Cuál es la historia de Espora

El origen de Espora se remonta a comienzos del siglo XX, cuando Saturnino Unzué y Juan Culletón donaron los terrenos que permitirían su creación. En 1908 se construyó la estación de tren, que años después se integraría a la vía que llegaba hasta Rosario. La llegada del ferrocarril impulsó el surgimiento del paraje y atrajo a familias que construyeron casas y estancias entre los montes de árboles.

Espora se consolida como refugio ideal para familias y viajeros que buscan desconexión y contacto con la naturaleza en vacaciones de invierno (Créditos: @almacen.espora/Instagram)

Durante décadas, la actividad ferroviaria y la vida de campo dieron forma al pueblo. Espora lleva el nombre del marino Tomás Espora, célebre por su actuación en las guerras de Independencia y del Brasil, además de ser el primer argentino en dar la vuelta al mundo.

Con el correr del tiempo, las grandes propiedades de la zona pertenecientes a familias como los Duques Álzaga Unzué se repartieron en parcelas más pequeñas, favoreciendo la radicación de empleados jubilados y sus descendientes en tierras propias. Así, el pueblo fue creciendo con una fuerte impronta familiar y vecinal.

En las décadas de 1940 y 1950, Espora contaba con ferrocarril de pasajeros y carga, varios almacenes, peluquería y carnicería. Sin embargo, la caída del tren provocó el éxodo de buena parte de sus pobladores y sumió al lugar en un relativo olvido. La resistencia de la escuela, algunos comercios y la apuesta de nuevas generaciones por el turismo rural han reavivado a este paraje en los últimos años.

Cómo es Espora

Espora conserva el perfil de un verdadero paraje rural. El ambiente es de calma absoluta, solo interrumpido por el canto de los pájaros —algunos en peligro de extinción, como el chiflón silbador— y el crujido de pequeños animales que habitan el ecosistema lindero a los campos productivos.

El acceso a Espora desde CABA es sencillo, con opciones en auto, tren y micro para facilitar la llegada de visitantes (Créditos: @almacen.espora/Instagram)

El pueblo se destaca por su heterogénea arquitectura de casas bajas y almacenes tradicionales que parecen detenidos en el tiempo. La estación de tren, aún permanece como símbolo del lugar, a pesar de su desgaste por los años.

Almacén Espora, reciclado durante la pandemia manteniendo su estructura original, y otros emprendimientos gastronómicos, reciben a visitantes y habitantes por igual. Espora también ha comenzado a experimentar con nuevas formas de hospedaje como el glamping, sumando domos equipados y propuestas sustentables al entorno campestre.

La vida social gira en torno a la gastronomía criolla, los encuentros relajados y la convivencia familiar. Espora es un refugio para quienes buscan sentirse parte de la naturaleza y desconectar de las urgencias urbanas, aun por un día o fin de semana.

Las actividades en Espora incluyen paseos en bicicleta, caminatas, cabalgatas y experiencias de glamping en plena naturaleza (Créditos: @almacen.espora/Instagram)

Qué actividades se pueden realizar en Espora

Más allá de la contemplación del paisaje, Espora propone experiencias de turismo rural auténtico. Las caminatas por los caminos de tierra y los paseos en bicicleta permiten apreciar los montes de árboles, campos de soja y presencia de aves únicas. Las cabalgatas en estancias cercanas brindan la oportunidad de adentrarse en la tradición gaucha y convivir con animales de granja como ovejas, gallinas, caballos y vacas.

En el plano gastronómico, la oferta es protagonista. En Las Goya Glamping & Bar se pueden degustar carnes a la parrilla, verduras asadas, empanadas caseras y cervezas artesanales, todo en un entorno de domos modernos acondicionados con ropa de cama, aire acondicionado y baño privado.

El Almacén Espora, por su parte, destaca por su historia, su salón con antiguas estanterías y su menú de picadas, sándwiches de bondiola a la parrilla, opciones vegetarianas, pizzetas y platos criollos como lomo Strogonoff. La mayoría de los platos se preparan con productos de campo y recetas familiares.

La oferta de alojamientos también contempla propuestas de estancia, como El Pentágono-Landhütte, que invita a vivir la experiencia rural en una propiedad de varias hectáreas, con alquiler para grupos familiares.

El pueblo de Espora destaca por su historia ferroviaria, arquitectura tradicional y propuestas gastronómicas criollas (Créditos: @almacen.espora/Instagram)

No faltan los momentos de relax junto a la pileta —en verano— ni la posibilidad de probar postres tradicionales, como flan casero, budín con dulce de leche o queso con miel. Probar la comida de campo y recorrer el entorno son parte esencial de la experiencia en Espora.

Cómo llegar desde CABA

Llegar a Espora desde la Ciudad de Buenos Aires resulta sencillo, por su proximidad y por opciones variadas de transporte. En auto, el trayecto comienza tomando la Autopista Acceso Oeste hasta la ciudad de Luján. Desde allí, se continúa por la Ruta Nacional 7 hasta el kilómetro 120. En este punto, se debe girar a la derecha en un camino rural y avanzar 8 kilómetros por tierra hasta alcanzar el paraje.

Otra alternativa es combinar tren y micro. Se puede abordar el Ferrocarril Sarmiento hasta Luján, tomar un colectivo local hasta San Andrés de Giles y desde allí solicitar un remís o traslado directo a Espora. Esta ruta conecta a viajeros que no cuenten con vehículo propio con el destino rural sin mayores complicaciones.