Las cifras relacionadas con la violencia doméstica en Argentina durante el primer trimestre de 2025 presentan un panorama alarmante y preocupante. Según el informe de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se ha registrado un aumento del 9% en las denuncias de violencia doméstica, lo que indica una tendencia preocupante que no puede ser ignorada. Este incremento se traduce en 2.643 presentaciones, un número que, aunque pueda parecer una mera estadística, representa vidas afectadas y un sistema que aún lucha por brindar la protección adecuada a quienes la necesitan.
Del total de personas afectadas, un 73% son mujeres, lo que resalta la desigualdad de género presente en nuestra sociedad. La violencia de género, en sus múltiples formas, sigue siendo una de las principales problemáticas que enfrenta el país. El hecho de que el 36% de los afectados sean niñas, niños y adolescentes es un dato que debería provocar una reflexión profunda sobre la salud y seguridad de nuestras futuras generaciones.
La Oficina de Violencia Doméstica (OVD) ha recibido 2.103 consultas informativas, lo que sugiere que muchas personas están buscando ayuda, pero también indica que el miedo y la desconfianza hacia el sistema pueden estar impidiendo que un número mayor de víctimas se atreva a denunciar. De los denunciantes, un notable 89% se encontraba en edad laboral activa, lo que pone de manifiesto que la violencia doméstica no discrimina por clase socioeconómica. Sin embargo, resulta inquietante que, de las personas denunciadas, un 71% sean varones, mostrando que también los hombres pueden ser víctimas, aunque la gran mayoría de las presentaciones provengan de mujeres. Los vínculos de pareja o expareja son los más frecuentes en las denuncias, representando el 47% de los casos.
Este dato subraya la necesidad de abordar la violencia desde el ámbito doméstico, donde se establecen relaciones de poder desiguales que permiten que la violencia prospere. La violencia psicológica, identificada en el 95% de las evaluaciones de riesgo, es un recordatorio de que el daño emocional puede ser tan devastador como el físico. La considerable proporción de denunciantes que presentan consumo problemático de alcohol y sustancias psicoactivas, junto con un 30% de desocupación entre los denunciados, sugiere que la violencia doméstica está entrelazada con problemas sociales más amplios que requieren atención y solución.
El sistema judicial, aunque recibiendo el 99% de las denuncias, parece aún insuficiente para generar un cambio significativo en la protección de las víctimas y en la reducción de estos índices alarmantes. En conclusión, la situación de la violencia doméstica en Argentina durante el primer trimestre de 2025 es profundamente preocupante. Las estadísticas no solo reflejan un problema, sino que también muestran la falta de un enfoque eficaz para abordar la violencia de género y proteger a las víctimas. La sociedad debe tomar conciencia y exigir medidas que vayan más allá de las estadísticas, que ofrezcan respuestas reales y efectivas para erradicar esta violencia que sigue presente en nuestro día a día.