En Argentina es difícil que la gente se ponga de acuerdo en algo, pero en el país sudamericano casi todos dan por hecho que Dios es argentino. El problema es que no hay consenso sobre quién es Dios. Unos le rezan a Maradona y otros, a Messi. Unos adoran a Gardel y otros, a Piazzolla. Están los que idolatran a Evita Perón +