Los fuertes sismos que sacuden Guatemala desde hace dos días dejaron al menos siete muertos, nueve heridos y más de 370 viviendas dañadas.

Guatemala suele sufrir fenómenos de este tipo por la convergencia de las placas tectónicas Caribe, Cocos y Norteamérica, así como por fallas geológicas locales que generan movimientos telúricos en su mayoría imperceptibles.

La actual serie de terremotos, de hasta 5,7 grados de magnitud, comenzó la tarde del martes, con epicentro cerca de los municipios de Amatitlán y Alotenango, al suroeste de la capital, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Desde entonces se han registrado 348 temblores, informó el instituto de sismología local.

“Lamentablemente como consecuencia de estos eventos sísmicos, han fallecido siete personas”, dijo el presidente Bernardo Arévalo. El mandatario llamó a la población a mantener la calma, pues persiste la actividad sísmica aunque con menor magnitud.

La Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred) reportó más de 2.400 personas damnificadas, de las cuales casi 600 están en albergues. También hay nueve heridos en hospitales, unas 370 viviendas en riesgo por daños y un puente y 25 carreteras afectadas.

La zona más afectada por los temblores es el municipio de Santa María de Jesús, de 27.000 habitantes. Allí, el 50 por ciento de las viviendas presenta daños, incluidos edificios históricos como la fachada de la iglesia. El poblado quedó incomunicado por derrumbes en los caminos de acceso, por lo que el gobierno organizó un puente aéreo para llevar ayuda humanitaria.

Las clases y actividades laborales, suspendidas el miércoles, retomaron este jueves en los tres departamentos más afectados: Guatemala (donde está la capital) y los vecinos Escuintla y Sacatepéquez.