La iglesia Matriz de Gondomar reunió este sábado a una multitud que acudió para despedir a los hermanos Diogo Jota y André Silva, quienes murieron en un accidente de tráfico en la A52, en el término de Cernadilla (Zamora, España). La ciudad del norte de Portugal se vio marcada por el dolor y la presencia de amigos, allegados y vecinos que quisieron honrar la memoria de los dos futbolistas.
Sin embargo, una ausencia en el funeral hizo mucho ruido: la de Cristiano Ronaldo, compatriota y compañero en la selección portuguesa de Diogo.
La reacción no se hizo esperar. Numerosos usuarios de las redes sociales criticaron la actitud del delantero de 40 años por no asumir un papel más visible, al considerar que sus responsabilidades como referente del vestuario así lo imponían.
Pese a la controversia, según informó el medio portugués, A Bola, la decisión de mantener a la figura internacional alejada de la ceremonia obedeció a la necesidad de evitar que una presencia tan mediática desbordara la atención en un momento de recogimiento y respeto. Desde el entorno de Cristiano trascendió su compromiso con la familia, tras conversar tanto con los padres de Diogo Jota como con su esposa, Rute, reafirmando su apoyo en privado.
Además, Kátia Avéiro, la hermana del astro portugués, defendió su decisión en una publicación en su cuenta de Instagram. “Es absurdamente vergonzoso ver cómo los canales de televisión, los comentaristas y las redes sociales enfatizan la (sabia) ausencia de un homenaje respetuoso al dolor de una familia destrozada por la pérdida de dos hermanos. Es lamentable”, indicó.
“Cristiano es una figura mediática que va mucho más allá de nosotros, la familia. Dondequiera que va, hay un revuelo. Mi hermano no puede ir a bodas, porque eso perdería el foco. No puedes ir al cumpleaños de tu sobrino ni a uno de mis eventos. No puedes ir a una cafetería ni a una terraza, por razones obvias”, añadió, esta vez en un video.
Luego, la mujer reveló lo que sucedió cuando Dinis Avéiro, padre de ambos, falleció: “No hubo respeto. Y fue nuestro padre quien murió. Imagínense a mi hermano yendo al velorio de Diogo y André. No seamos hipócritas. Querían un circo, se equivocaron profundamente”, concluyó Kátia en defensa de su hermano.
Un contingente de la plantilla del Liverpool, encabezado por el capitán Virgil van Dijk, acudió unido al funeral de Diogo Jota en Gondomar. Según lo observado durante la ceremonia, el defensor neerlandés portaba una corona de flores rojas que reproducía el perfil de la camiseta con el número 20, el mismo que utilizó Jota en el club inglés desde su llegada en 2020. Andy Robertson presentó una ofrenda similar, esta vez con el número 30 para honrar a André Silva, futbolista del Penafiel en la segunda división portuguesa. El técnico Arne Slot, Alexis Mac Allister y ex compañeros como Jordan Henderson y James Milner estuvieron también presentes.
El homenaje traspasó fronteras de clubes y países. Los futbolistas portugueses que alguna vez compartieron vestuario con los hermanos, o se enfrentaron a ellos en competencias dentro y fuera de Portugal, también se dieron cita. Rostros como Bernardo Silva, João Félix, João Moutinho, Rui Patrício, João Cancelo y Rúben Dias —estos dos últimos viajaron desde el Mundial de Clubes apenas concluyeron sus compromisos— acompañaron a los familiares. Roberto Martínez, seleccionador nacional, y representantes de equipos donde militó Jota, como el Porto y el Atlético de Madrid, sumaron su presencia.
El acceso al interior de la iglesia estuvo reservado a familiares y el círculo más íntimo; una transmisión televisiva facilitó el seguimiento de la ceremonia para las decenas de personas congregadas en el exterior. El oficio estuvo a cargo del obispo de Oporto, Manuel Linda, quien dirigió palabras de consuelo y recordó a los tres hijos del futbolista: Dinis, Mafalda y Duarte. Apenas unos días antes del accidente, Diogo Jota se había casado con Rute Cardoso, su pareja de los últimos 13 años. Durante la ceremonia, Rute llegó al templo en blanco, llevó una rosa y la depositó sobre el ataúd de su esposo, acompañada de su hermana, ambas sumidas en la conmoción.