Analía compartió su presente artístico y el cambio profundo que decidió encarar. “Estoy contenta y agradecida por la invitación”, dijo en el programa “Ventana Social” de Canal 5TV. Detrás de esa voz serena se esconde una revolución silenciosa: una mujer chamamecera que decidió salirse del molde para proponer algo diferente, valiente y auténtico.

“Venía trabajando con un estilo más tradicional”, relató con honestidad. Durante años, el vestido de gala sobre el escenario fue su sello; pero con este nuevo proyecto, eligió botas, jean, sombrero, y una energía más cercana a lo norteño que al folclore del que proviene. El cambio no fue sólo visual, fue una decisión artística integral. Se rodeó de músicos excepcionales -entre ellos, un violinista de la Orquesta Sinfónica de la Provincia- y se animó a fusionar sonidos. “Soy la primera mujer correntina que está incorporando violines dentro del grupo en este tipo de propuestas”, explicó. Una decisión que marca un antes y un después, y que ella asumió con responsabilidad y pasión.

El videoclip de “Sueña”, su primera producción de esta etapa, es un cover mexicano del grupo Intocables. Desde los primeros acordes se percibe esa atmósfera envolvente y pasional que remite a telenovelas inolvidables como “Pasión de Gavilanes”, pero también se enraiza en un sonido que le es propio. “Esto no es chamamé tradicional”, dijo sin rodeos. Lo que propone es una fusión viva: un puente entre el chamamé, la música norteña y una sensibilidad contemporánea que respeta la historia sin quedarse atrapada en ella.

“Yo soy profesora de música”, comentó con orgullo. Esa formación académica se nota en cada detalle de su trabajo: desde la instrumentación cuidada hasta la métrica con la que compone. Pero más allá de lo técnico, hay algo esencial en lo que hace: corazón. “Porque te amo”, canta con una entrega que estremece, como si cada palabra naciera desde lo más profundo.

El cambio no fue fácil. “Al principio me hacía un poquito de ruido”, confesó. Es lógico: cuando una mujer toma decisiones que desafían la norma dentro de géneros tan arraigados como el chamamé, el proceso viene con dudas y miedos. Pero también con una determinación que emociona. “La música viene hecha con calidad, con profesionalismo”, remarcó. Y eso es lo que ella ofrece: un trabajo hecho con amor, con respeto por la música y con una búsqueda sincera de identidad.

Las repercusiones no tardaron en llegar. “Me llamaron de Buenos Aires, de La Plata, de todo el interior de Corrientes, de Brasil, de Paraguay, de Formosa”, enumeró, casi con asombro, como quien no se acostumbra -y no quiere acostumbrarse- a la maravilla de que su arte cruce fronteras. Esa emoción, esa gratitud, no es impostada. Se nota que todo lo que le pasa le sigue tocando el alma como si fuera la primera vez.

En tiempos donde muchos buscan parecerse a otros, Analía decidió ser ella. “Quiero destacarme con algo distinto”, dijo, hablando del vestuario, de los sonidos, de las propuestas. Esa decisión de diferenciarse no viene desde el ego, sino desde el respeto. “Por ese respeto mismo es que busqué otro look, otro estilo, otra instrumentación”. Porque su intención no es romper con lo anterior, sino proponer algo nuevo sin olvidar las raíces.

Hoy, la propuesta de Analía Espíndola recién está comenzando. “La estamos lanzando con este primer video, pero ya tenemos próximamente actuaciones programadas”, anunció con ilusión. Y es sólo el inicio. Las plataformas digitales ya empiezan a recibir su obra; en YouTube, en Instagram -donde se la encuentra como analiaspindola.

chamame-, su voz empieza a abrirse camino en un mundo que, por momentos, necesita más autenticidad y menos fórmulas.

Antes de despedirse, le pidió al público un gesto simple pero poderoso: “Denle like a los músicos emergentes. Tal vez la gente no lo sabe, pero tiene mucho valor para nosotros el compartir, el estar, el acompañar”. Y esa frase resume todo. Porque detrás de cada video, detrás de cada melodía, detrás de cada show, hay una mujer que ama la música, que le pone el cuerpo, la emoción, los años de estudio, la valentía de animarse a lo distinto.

Analía Espíndola no sólo canta sino que sueña con que su música trascienda.