Durante la pandemia tuvimos que reestructurar la forma de enseñar, de comunicarnos y vincularnos. La tecnología adquiere un rol fundamental. Cómo adultos tuvimos que convencer a los niños y adolescentes, de que estar frente a la pantalla, era lo mejor. Pero ahora, nos encontramos en un mundo post-pandemia donde las emociones no encuentran espacio. Hoy todo va rápido y la emoción requiere tiempo. Tomar el tiempo para vivir una experiencia, como por ejemplo atravesar un duelo, se ha vuelto cada vez más difícil. Uno de los diagnósticos que más ha crecido es la alexitimia: la dificultad de los jóvenes para identificar y expresar sus emociones.
Es sumamente importante tener en cuenta que, en esta época, todo lo que sucede en el mundo virtual, es real. Los adultos y los adolescentes, a través del mundo virtual nos enamoramos, nos peleamos, tenemos amigos, nos entretenemos, nos hostigan, y absolutamente todo eso tiene efectos en lo que llamamos la vida real.
En los niños, el impacto del uso de la tecnología es un tema super importante. Por un lado, la tecnología puede ser una herramienta genial para el aprendizaje y el desarrollo cognitivo, estimulan la resolución de problemas y el pensamiento crítico. Puede ayudar a los niños a acceder a una gran cantidad de información y recursos educativos.
Sin embargo, el uso excesivo de la tecnología también puede tener efectos negativos. Por ejemplo, puede llevar a una disminución en la atención y la concentración, puede afectar la capacidad de los niños para leer emociones y desarrollar habilidades sociales, ya que pasan menos tiempo interactuando cara a cara. Y el uso prolongado de pantallas puede contribuir a problemas de salud física y mental, como la obesidad y la ansiedad.
Para un niño son fundamentales las historias, las series narrativas en las que hay un comienzo, un desarrollo y un final. Por eso la infancia es el momento privilegiado de los cuentos clásicos. Los famosos videos de información, pequeñas cápsulas de unos pocos segundos tienen el tiempo de lo instantáneo; de lo que impacta a una percepción que se vuelve desatenta, ya que inmediatamente pasa a otro video.
Cuando pensamos en los adolescentes es importante enseñar a los adolescentes a ser responsables de su propio uso de la tecnología. Fomentar la autorregulación y la capacidad de los adolescentes para controlar su propio uso de la tecnología es fundamental. Ofrecer actividades alternativas a la tecnología, como deportes, música o arte. Los adultos también debemos modelar un uso saludable de la tecnología para que los adolescentes lo imiten. Mostrar que la tecnología es una herramienta útil, pero que también es importante equilibrar su uso con otras actividades. Y es sumamente fundamental mantener la comunicación abierta con los adolescentes sobre el uso de la tecnología, escuchar sus preocupaciones y responder a sus preguntas.
Cuando pensamos en un uso saludable de la tecnología en niños es necesario definir un horario de uso de la tecnología para equilibrar el tiempo de pantalla con otras actividades. Seleccionar contenidos educativos, apps y juegos que promuevan el aprendizaje y el desarrollo cognitivo. Y supervisar el uso, asegurarse de que los niños usen la tecnología de manera segura y responsable.
Segmento “Mente Abierta”. Lic. en Psicología Anahí Peetoom, MP N°40268
En Instagram: ani.peetoom