China sigue añadiendo piezas a su plan para lograr la independencia energética total del resto del mundo. Su última apuesta pasa por hacer realidad los reactores nucleares de torio, un viejo sueño de EEUU que utiliza un combustible nuclear mucho más seguro y barato y limpio que el uranio. Pekín lleva casi un año construyendo el primer reactor de torio del mundo en el desierto de Gobi, pero ahora, sus investigadores han logrado un hito en esta tecnología que acelera su viabilidad comercial. El grupo de científicos ha logrado recientemente añadir nuevo combustible al reactor de torio mientras estaba en funcionamiento y sin provocar una parada, una hazaña que no se había conseguido hasta ahora. Según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), los reactores de torio se desarrollaron por primera vez en los años 50 en Estados Unidos, pero la decisión de apostar por el uranio como combustible hizo que se dejará de lado este sistema. Los estudios realizados con el torio se desclasificaron años más tarde y los investigadores chinos los han usado para poner en marcha su proyecto actual. “Estados Unidos dejó su investigación a disposición del público, a la espera del sucesor adecuado. Nosotros fuimos ese sucesor”, asegura Xu Hongjie, científico principal del proyecto, durante una reunión celebrada en la Academia China de las Ciencias, según ha informado el South China Morning Post, Inspirándose en la clásica fábula de Esopo, añadió: “Los conejos a veces cometen errores o se vuelven perezosos. Es entonces cuando la tortuga aprovecha su oportunidad”.
Energía nuclear ‘limpia’ para el futuro
El reactor, que entró en funcionamiento en junio de 2024, está situado en unas instalaciones escondidas en alguna parte del desierto de Gobi, al norte del país, cerca de la frontera con Mongolia.
Se trata de un reactor experimental que es capaz de generar 2 megavatios de potencia térmica, utilizando sales fundidas para transportar el combustible y gestionar el calor. El torio, según estimaciones de la Universidad de Stanford, es capaz de generar 35 veces más energía que el uranio, el combustible que se usa en las centrales de fisión nuclear tradicionales.
El alto punto de fusión de la sal fundida de torio hace que se enfríe rápidamente y se solidifique sin la liberación directa de residuos sólidos o líquidos, evitando así que los materiales radiactivos se liberen en el medioambiente. Además, en caso de rotura, la sal fundida cae en un contenedor subterráneo, evitando que los residuos se dispersen y la radiación se expanda.
El uso del torio tiene sentido para las aspiraciones chinas porque es un material abundante en el país, no como el uranio, del que apenas tiene reservas. Las estimaciones de sus científicos apuntan a que China tiene reservas de torio suficientes para satisfacer sus necesidades energéticas durante 20.000 años.
Un reactor de torio comercial
Este reactor experimental es el único de sales de torio que está operativo en el mundo en estos momentos. Sin embargo, China está construyendo otro en el desierto de Gobi, a través del Instituto de Física Aplicada de Shanghai, perteneciente a la Academia China de las Ciencias.
Según las previsiones, la nueva planta estará lista y operativa en 2029, y será capaz de generar calor a una potencia máxima de 60 megavatios. En este diseño, el torio se une a la sal y fluye a través del reactor, participando en una reacción nuclear en cadena que emite calor y lo transfiere a un generador de vapor en el exterior antes de volver al reactor para empezar de nuevo el ciclo.
El nuevo reactor se utilizará para dar servicio a los científicos, sin embargo, a su lado se construirá también un parque eólico, una central solar, una central de almacenamiento de energía a base de sales fundidas, una central térmica y una base de producción química.
Una parte de la energía térmica producida por el reactor impulsará una unidad de energía eléctrica de 10 megavatios y el resto producirá hidrógeno mediante la división de moléculas de agua a alta temperatura. Todas estas fuentes de energía se integrarán en una única red eléctrica inteligente para suministrar electricidad de bajo coste, baja emisión de carbono y estable que estará destinada a la producción industrial.
El reactor chino de torio competirá por ser el primero del mundo con el de Bill Gates y su empresa TerraPower, participada también por el Departamento de Energía de EEUU. Su construcción arrancó el mes pasado en la ciudad de Kemmerer, en el estado de Wyoming, y se estima que podría estar listo en 2030.