El padre Francisco “Paco” Olveira, integrante del Grupo de curas en opción por los pobres, fue este miércoles a respaldar la marcha de los jubilados y resultó agredido por las fuerzas de seguridad que aplicaban el protocolo antipiquetes represivo ordenado por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.

La marcha se realizó, como todos los miércoles, frente al Congreso, donde los jubilados reclaman por una mejora en sus haberes. Se produjo un tumulto con la Policía Federal y el sacerdote salió a defender a una jubilada que estaba en el piso. Olveira recibió un golpe en la frente de un escudo que portaban agentes de la Prefectura Naval Argentina y empezó a sangrar.

Yo debería estar demorado y detenido también, pero el cura tiene coronita. Que me explique la policía o el fiscal por qué mi compañero está demorado y yo no, cuando los dos hicimos lo mismo, intentar levantar a una jubilada que tiraron al piso, y cuando a mi compañero lo agarraban para llevárselo detenido yo me agarré a él, como una lapa, uno de esos bichitos de mar que se pegan en las rocas y no hay quien los saque. Así me agarré a él, pero yo estoy en libertad y él no”, lamentó Olveira, en comunicación con el móvil de La 750 en el Congreso.

Y agregó: “No importa mi herida. Yo no soy la noticia, la foto tengo que ser yo. La foto son los jubilados. Como decía el papa Francisco, piden justicia social y les dan gas pimienta: esa es la noticia“. Según se supo, detuvieron un jubilado y la mujer terminó con un hematoma en un brazo.

El sacerdote después de la agresión. Alejandra Morasano

Por último, instó a otros curas a que el miércoles próximo asistan en masa a la manifestación frente al Congreso: “Que seamos muchos más. Que haya monjas también, que venga algún obispo, para pedir justicia social, como pidió el papa Francisco”, alentó.

“Me siento bien, seguramente me habrán dado con alguno de los escudos o con la mano. ¡No me di cuenta! Me tomaron los datos por si después me quiere llamar el fiscal”, añadió Olveira en declaraciones a C5N.

El Parlamento había amanecido completamente vallado, en el marco de la habitual movilización de los miércoles, mientras en el Congreso se debate Ficha Limpia. La represión dejó al menos un detenido, mientras que otros manifestantes, entre ellos jubilados y periodistas, también denunciaron agresiones.

En la manifestación hubo gases y empujones, en un clima de tensión, mientras sesionan en la Cámara Alta. Las marchas de los miércoles son una muestra de resistencia al ajuste de Javier Milei, desde que los hinchas de fútbol se plegaron de forma solidaria.

Durante la movilización del 12 de marzo pasado se registró el ataque más brutal, con el impacto de una granada lacrimógena en la cabeza del fotógrafo Pablo Grillo, que se recupera de la agresión en el Hospital Ramos Mejía.