La undécima audiencia del juicio por la muerte de Diego dio lugar a uno de los testimonios más esperados para el desarrollo del debate oral: la declaración de Dalma Maradona, la hija mayor del Diez, quien se presentó este martes ante los jueces para dar detalles sobre el accionar del equipo médico que asistió a su padre en los días previos a su fallecimiento.
Dalma llegó al Tribunal Oral en lo Criminal N.º 3 de San Isidro pasadas las 14 horas. Lo hizo acompañada de su hermana Gianinna -que ya había estado en el edificio de la calle Ituzaingó al comienzo del juicio- y de su madre Claudia Villafañe, quien hasta ahora nunca se había hecho presente en la sede judicial sanisidrense.
Su testimonio comenzó casi dos horas después de su citación, a las 16 horas. Fue luego de un cuarto intermedio y la resolución de un planteo de nulidad tratado entre las partes.
A su turno, Dalma recordó las últimas semanas antes de la muerte de Diego y aseguró que ella había advertido reiteradas veces que el estado de salud de su padre estaba deteriorado. Además, se largó a llorar cuando habló de cómo era Maradona como papá y rememorar el día que se enteró de su muerte.
“Le habíamos dicho a Luque, Cosachov y Díaz que no lo veíamos bien a papá. Caminaba mal, a veces lo sentíamos un poco perdido, nos llamaba por videollamada y no entendíamos lo que decía», dijo en referencia al equipo médico personal del Diez, quienes ahora están imputados su responsabilidad en el fallecimiento de Diego.
Ante el insistente reclamo de las hijas, los profesionales siempre respondían lo mismo, según Dalma: “Ellos nos decían que era momentáneo, que tenía semanas buenas y malas, pero que estaba bien, que estaba medicado”.
Para la mayor de las hijas del astro del fútbol, todo cambió el día del último cumpleaños de Maradona. Más precisamente tras la celebración que se hizo en el estadio de Gimnasia y Esgrima de La Plata, donde públicamente se lo vio con varias limitaciones físicas.
“Cuando mi papá sale a la cancha y todos lo vieron mal en la televisión fue muy notorio. Era lo que nosotras veníamos diciendo. Mi papá no estaba bien, estaba lento, perdido. A partir de ese día sí empezaron a decir que había que hacerle estudios, pero nosotras lo decíamos de antes”, recordó Dalma.
Luego volvió a apuntar contra los imputados Luque, Cosachov y Díaz, a quienes señaló como quienes convencieron a los familiares de que la internación domiciliaria era la mejor opción para Maradona luego de la operación de cabeza a la que fue sometida el Diez a principios de noviembre de 2020.
“Nos prometieron una internación domiciliaria que nunca sucedió. No hubo ambulancia ni enfermeros», afirmó la hija del ex DT de la selección argentina.
Y agregó: “Nos prometieron enfermeras 24 horas, gente que estuviera ahí para tomarle la presión y darle las pastillas. También acompañantes terapéuticos, una ambulancia y aparatología que la daba la prepaga. Eso nunca pasó”.
Sobre Luque, Dalma Maradona dijo que él “nunca le cerró”. “Pero era su médico de cabecera y nunca pensé que no fuera a decidir lo mejor para mi papá”, declaró ante los jueces.
En este sentido, se explayó sobre los motivos por los cuales el neurocirujano no era de su confianza: “Él y su hermano habían estado involucrados en la muerte de una persona en año nuevo. A Gianinna y a mí no nos cerraba. Yo tenía mis dudas, pero por supuesto nosotras no teníamos mucha injerencia. Podíamos decir lo que nos parecía, pero no decidíamos nada”.
El llanto al recordar a su papá
Dalma Maradona se quebró al recordar cómo era Maradona como padre. “A diferencia de lo que mucha gente pueda pensar, era un papá muy presente. Yo compartí toda mi infancia y adolescencia con él, con vaivenes, siempre fue muy amoroso tanto con Gianinna como conmigo. Si bien tenía este problema de las adicciones que acompañamos de la manera que pudimos las tres y que me da mucho orgullo que dijera que se había podido recuperar gracias a nosotras”.
Luego comparó ese recuerdo con las últimas veces que lo vio antes de su muerte. Generalmente era por videollamada debido a que era época de pandemia y a que, una vez ingresado en la internación domiciliaria de Tigre, el psicólogo Carlos Díaz -ahora imputado- le había pedido a toda la familia que no lo agobiaran con visitas.
“El último tiempo ya no reconocí a mi papá porque ya no se reía, se perdía. Estábamos en una videollamada y no sabía quién estaba del otro lado”, lamentó Dalma
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