Macri dijo que la protesta fue para “desestabilizar a un gobierno democrático” y recordó lo que pasó en 2017

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El expresidente Mauricio Macri marcó hoy su postura y la de Pro sobre los hechos de violencia que ocurrieron este miércoles por la tarde en las inmediaciones del Congreso durante la marcha por los jubilados y recordó lo que ocurrió en 2017, cuando buscó impulsar durante su gobierno una reforma previsional, en una jornada que derivó en graves disturbios en el exterior del Palacio Legislativo.

Según el actual titular de Pro, la protesta de ayer en la que confluyeron jubilados, hinchas, barras, gremios y organizaciones sociales fue una “escena idéntica” a la de aquella vez en su gestión y opinó que se buscó crear “una imagen alocada de violencia estatal”. En sintonía con la postura de la administración de Javier Milei, con la que atraviesa momentos de alta fricción, Macri dijo que hubo un intento de “desestabilizar a un gobierno democrático”. Lo mismo plantearon los ministros y el propio Presidente a través de retuits en sus redes sociales.

“En 2017, nuestro gobierno fue atacado en una movilización violenta muy similar a la de ayer. Lo hicieron desde la Plaza de los Dos Congresos con palos, piedras y bombas molotov; y desde adentro del Congreso en una acción profesional coordinada con el exterior por diputados del peronismo y de izquierda que buscaban crear un caos estratégico. Aquella escena tenía como objetivo directo desestabilizar a mi gobierno para que terminara mi mandato a la brevedad. Fue un auténtico intento de golpe de Estado, alentado y perpetrado por dirigentes opositores. Fracasaron, pero produjeron un daño inmenso”, analizó Macri en cuanto a los disturbios de diciembre de ese año, cuando su administración impulsó cambios en la ley de jubilaciones y se despertaron violentos hechos en el exterior del Congreso.

En ese momento, al igual que ahora, Patricia Bullrich era ministra de Seguridad. De aquella jornada salió la frase “nos tiraron 14 toneladas de piedra”, que el macrismo suele repetir contra sus detractores.

Así quedó el Congreso luego de la protesta de 2017 por la reforma previsional

“Ayer, en una escena idéntica, se movilizaron con el nombre de ‘hinchadas argentinas’ a barrabravas de distintos equipos de fútbol para ejecutar una nueva desestabilización de la democracia. Escudados en algunos pocos jubilados, los barrabravas pusieron en práctica los tres movimientos que repiten en estas situaciones: provocar a la policía, atacarla, victimizarse”, enumeró.

De acuerdo a su visión, con la “provocación” estos grupos buscan “desequilibrar a las fuerzas para generar una reacción”. Después, “si esa táctica fracasa, pasan a atacar a la Policía con piedras y palos” y, siempre en base a sus planteos, “cuando obtienen una respuesta proporcional a ese ataque, comienzan la etapa fundamental de esta maniobra desestabilizadora: victimizarse”.

Según Macri, el “objetivo final” es “crear en la opinión pública una imagen de alocada violencia estatal contra personas inocentes y trabajadoras que justifique interrumpir el orden democrático”. Siempre bajo esa postura, el expresidente planteó: “Por eso ayer decían ‘esto no es democracia’, ‘hay que sacarlos ya’ y otras consignas golpistas similares”.

En el último tramo de su descargo, Macri dijo hablar “en nombre de Pro”, fuerza política que conduce y que es aliada al Gobierno, pero que atraviesa diferencias con los libertarios por el armado electoral para las legislativas de 2025. “Los argentinos tienen que saber que nuestro compromiso con defender la ley y las instituciones es total. Repudiamos el ruin uso de la violencia y el desorden que vimos ayer para desestabilizar a un gobierno democrático. Lamentamos los heridos de gravedad que produjo esta acción irresponsable. Pro no permitirá que los matones ocupen el lugar de la República”, concluyó.

El Gobierno emitió un comunicado cuando terminaron las protestas para confirmar como saldo final un total de 26 efectivos de las fuerzas federales y de la Policía de la Ciudad heridos, uno de ellos con una herida de bala en el brazo.

En tanto, un fotoperiodista es quien reviste mayor gravedad. Identificado como Pablo Grillo, este joven de 35 años quiso sacar una foto de los agentes en acción y fue impactado en su cabeza por un casquillo de gas lacrimógeno que lo dejó en estado reservado. Urgente, desde el Congreso lo trasladaron al Hospital Ramos Mejía, donde permanece internado desde anoche.

Según pudo saber LA NACION, Grillo fue operado de urgencia. En redes sociales se difundió una campaña para pedir dadores de sangre a su nombre, que debían presentarse esta mañana a las 8 en el centro de salud.

Este jueves, en tanto, se encuentra bajo efectos de sedantes, con asistencia respiratoria mecánica y con apoyo vasopresor, para mantener su presión arterial. Cerca del mediodía le realizaron una tomografía.