Este es el escritor peruano que inmortalizó la playa La Herradura en una novela y la describió en su máximo esplendor

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En el verano de 2025, la playa La Herradura volvió a tener arena. (Composición Infobae: La Lima de mis Abuelos / Difusión)

Donde antes había piedras que impedían a los veraneantes descansar tranquilamente en la orilla y a los niños jugar al fútbol, ahora se encuentra arena, un elemento característico y anhelado por aquellos que conocieron la playa La Herradura en su época de esplendor.

La Municipalidad de Chorrillos llevó a cabo un plan de restauración en esta playa, que incluyó la remoción de 280 volquetes de piedras y la incorporación de 600 metros cúbicos de arena, con el fin de devolverle su estado original.

Se realizó la remoción completa del material rocoso hasta llegar a la capa de arena original. A pesar de los esfuerzos de las autoridades por restaurar su apariencia previa a la década de 1980, la playa ha perdido parte de su encanto original.

A inicios de la década de los 80, en Lima, la rompiente fue afectada por la construcción de la carretera que conecta la playa La Herradura con la playa La Chira. La obra, que comenzó en 1983, redujo el ancho de la playa, y las voladuras de dinamita realizadas durante su ejecución generaron rocas que terminaron en el lecho marino. Para cuando esto ocurrió, varias discotecas y restaurantes ya habían cerrado sus puertas.

Ahora bien, ¿cómo era la playa La Herradura en su época de apogeo? Un ilustre escritor peruano inmortalizó el lugar en una novela, describiéndolo en su máximo esplendor.

Mario Vargas Llosa inmortaliza la playa La Herradura en una novela

Antes de la década de los 80, las personas acudían a la playa La Herradura para disfrutar del mar, bailar y participar en tertulias que continuaban hasta el amanecer. Los veraneantes frecuentaban el restaurante El Suizo, que organizaba bailes populares de la época, como el mambo.

Los peruanos de distintos distritos de Lima también acudían al exclusivo club Samoa o al recordado salsódromo La Máquina del Sabor, donde se bailaban todo tipo de géneros musicales, pero especialmente salsa.

Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura, inmortalizó esta etapa de La Herradura a través de su novela “Conversación en La Catedral”.

“El Chispas acercó el auto a la vereda y ellos pudieron ver, desde el asiento, los hombros y caras de las parejas que bailaban en ‘El Nacional’; oían los timbales, las maracas, la trompeta y al animador anunciando a la mejor orquesta tropical de Lima. Al callar la música, oían el mar a sus espaldas, y si se volvían, divisaban por sobre la barandilla del malecón la espuma blanca, la reventazón de las olas. Había varios automóviles estacionados frente a los restaurantes y bares de ‘La Herradura’. La noche estaba fresca, con estrellas”, reza una de las páginas del ilustre literato peruano.

Por otro lado, el historiador Juan José Pacheco reveló en Sucedió en el Perú el inicio de este período de apogeo del atractivo turístico. “La playa La Herradura va a ser la playa más concurrida, más famosa y preferida de los limeños desde los años 30 hasta los 60. Luego va a ir cayendo su prestigio porque va a perder lo que son sus características físicas, como las arenas y las corrientes marinas”, señaló.

En el verano de 2025, esta parte del litoral peruano volvió a tener arena, pero los locales que alguna vez brillaron en su momento siguen con las puertas cerradas, muchos de ellos deteriorados. A pesar de ello, los veraneantes no han abandonado la playa.

Si bien hay bañistas en las orillas, no se compara con la afluencia que se ve en Agua Dulce, Chorrillos, un lugar que suele estar repleto de peruanos y extranjeros en verano.