Elon Musk, de las sonrisas por los dichos de Trump sobre Marte a un saludo ¿fascista?

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Durante la toma de posesión de Donald Trump como el 47° presidente de Estados Unidos, un gesto de Elon Musk en el Capital One Arena no pasó desapercibido. En su rol como nuevo funcionario encargado de la eficiencia, el dueño de Tesla estaba dando un discurso sobre los planes de la administración para transformar el país cuando, de repente, en un momento de entusiasmo, levantó el brazo derecho de manera que muchos en redes sociales inmediatamente compararon con el saludo nazi. Aunque no se pudo comprobar ninguna intención deliberada detrás de este gesto, la similitud fue suficiente para generar una ola de especulaciones y comentarios sobre la imagen, que rápidamente se viralizó.

Al pronunciar un discurso ante una multitud, Musk alzó su brazo en un saludo que recordó al de los regímenes totalitarios del pasado. Si bien el multimillonario no lo hizo de forma explícita, la curiosa postura de su brazo provocó un sinfín de comentarios en redes sociales, haciendo alusión a los oscuros gestos asociados con el nazismo.

No es la primera vez que Musk genera controversia, pero este incidente, en el contexto de un evento tan significativo, sumó un capítulo más a la creciente relación entre el magnate tecnológico y el presidente Trump, quienes parecen compartir una afinidad por lo provocador y lo polarizante.

La alegría de Musk por los dichos de Trump sobre Marte

La euforia se apoderó del propietario de X durante toda la jornada y alcanzó su punto culminante cuando Trump, en su discurso de investidura, pronunció una de sus frases más ambiciosas: “Perseguiremos nuestro destino manifiesto a las estrellas, enviando a astronautas estadounidenses a plantar las estrellas y franjas (de la bandera de EEUU) en el planeta Marte”. 

Las palabras del presidente parecían tener un magnetismo especial para el fundador de SpaceX, quien, con la mirada fija en Trump, no pudo evitar sonreír, como si esas palabras fueran el reflejo de su propio sueño de llevar a la humanidad más allá de la Tierra. La promesa de una supremacía estadounidense que no solo abarcara el planeta, sino que se extendiera hasta Marte, parecía alimentada por esa misma visión futurista que Musk había perseguido con tanto fervor.

En ese momento, Musk no solo aplaudía las palabras de Trump, sino también el reconocimiento de que, en esa carrera hacia las estrellas, él estaba al frente, liderando un camino que, por fin, parecía más cercano que nunca.