La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) detectó diferencias notables entre los valores pagados en origen a los productores y los que luego abona el cliente en el destino, en almacenes o supermercados.
Concretamente, tras las tranqueras, los hombre de campo reciben el 21% de los precios de venta final.
Las peores proporciones se da en los productos frutihortícolas (6,9 veces más caro) y las mejores entre los de origen animal (2,9 veces más onerosos).
Con 1,8 veces, el pollo fue el producto con la menor brecha. La leche 3,5 veces y el novillo 3,9 veces.
Productores de economías regionales pierden su renta
Enfrentan una tormenta que ya se parece a un vendaval:
-consumo interno débil por falta de recursos
-altos costos de producción en dólares por el atraso cambiario
-fuerte presión impositiva
-apertura de importaciones
-logística e infraestructura deficientes que aumenta los costos de traslados.
Altísima concentración de supermercados
Argentina tiene una economía cartelizada en la mayoría de los rubros de consumo masivo.
Seis holdings se quedan con el 70% de la torta: Carrefour, Wall Mart, Día, Coto, La Anónima y el grupo Cencosud (Jumbo y Vea).
Otro 20 % va hacia los autoservicios chinos que están diseminados por todo el país como “negocios de proximidad” pero que compran en conjunto gracias a la cámara que los agrupa.