María Becerra, de Quilmes al mundo

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Para el mundo entero ser argentino es algo cautivante. Muchos se enamoran de nuestra creatividad para superar obstáculos, de la pasión y autenticidad con que demostramos las emociones y del orgullo que sentimos por nuestras raíces. Pero hay pocas personalidades que reúnen todas estas condiciones ante los ojos y corazones de los demás. En la escena musical actual, la Nena de Argentina es una sola y se llama María Becerra. Con ella, hasta convidarle un simple mate a la mismísima Paris Hilton puede ser una invitación a conocer estas tierras lejanas.

Ser la Nena de Argentina puede sentirse como un honor y una responsabilidad en igual medida. Sería mentira decir que fue sin buscarlo, cuando en una de las primeras canciones que grabaron juntas, Cazzu la describió de esa manera. Si hay algo que tanto su familia como ella sabían desde siempre, es que la pequeña María de los Ángeles quería ser una estrella y deslumbrar con su gracia y simpatía a un público que disfrutara de verla sobre el escenario de un estadio o una pequeña tarima improvisada en el living de su casa. Con los años, asumieron que para ella no era un pasatiempo más, sino que realmente esto iba en serio.

“Un shoutout pa’ Quilmes en todas sus esquina’, buena cerveza y la Nena de Argentina. Sin contactos, desde abajo. Me educaron con la cultura del trabajo”, proclama “Primer aviso”, el reggaeton old school que estrenó el año pasado y donde, sin dudas, resalta los valores que aprendió puertas adentro de esa casa del conurbano. Todos esos años en los que su mamá, enfermera, regresaba cansada pero a los pocos minutos ya salía nuevamente con ella hacia la estación de Quilmes. Colectivo, tren, subte hasta el centro porteño, donde María tomaba clases de canto y comedia musical, y a la inversa para el camino de vuelta, tres o cuatro veces por semana.

Un papá cardiólogo que salvaba vidas pero aún así no podía con el corazón de su propia pequeña hija a la que habían rechazado en otro casting; o con esa adolescente que volvía moretoneada del colegio y no se animaba a contar por qué.

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“De chica me creía débil. Lloraba por todo, me hice fuerte con el tiempo y con todo lo que me fue pasando”, confesó hace poco en una entrevista. En 24 años vivió tantas experiencias que aunque le cuesta asimilarlas, para nada teme ocultarlas. Incluso, en 2024 fue tantas versiones de ella misma que ni su recap de 20 fotos en Instagram le permitió mostrar todo lo vivido.

El Conurbano ta prendiendo el party

Aunque, como toda argentina, de pura caradurez hubiera respondido “sí” si a esa Mari de 14 años le hubieran preguntado si se imaginaba cantando en River, como lo hacían en ese entonces sus ídolas Miley Cyrus o Lady Gaga, sabía que era un sueño muy lejano. Por eso, debía enfocarse en su meta más alcanzable: trascender las pantallas con los videos y tutoriales que subía a YouTube.

Sin embargo, el 22 y 23 de marzo del año pasado hizo historia: en el estadio con mayor capacidad del país, ese que pisaron los artistas más importantes que visitaron el sur del planeta, se convirtió en la primera mujer argentina en actuar allí. Un 22, como si su número favorito, ese que lleva tatuado hace varios años en su mano, hubiera desafiado también al destino. Un 22, como se denomina la hinchada de su amado club Gimnasia y Esgrima La Plata.

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Ser argentino también es vivir cada acontecimiento como si fuera una final del mundo. Con un colectivo alquilado, todos los Becerra de Quilmes, La Plata y zona oeste se organizaron y llegaron al estadio Monumental para alentar a su nena, la que llegó tan lejos como ellos a bordo de ese despintado 98 fuera de circulación. Incluso, dijo presente el tío Richard, quien días antes se había hecho viral por un móvil en vivo desde una feria popular de Los Hornos, donde se mostraba impaciente por la gran cantidad de personas que se amontonaban para comprar ropa a precios accesibles. Lejos de ocultar sus raíces austeras, María orgullosa compartió los chats con su tío en redes y le pidió por favor que no faltara.

“¿Mirás con distancia lo que está pasando en el país?”, le habían consultado en un reportaje en el Festival Viña del Mar, y sin dudarlo, respondió: “No, no. Es parte de mi realidad. Argentina no está pasando por un buen momento, lo único que espero es que no sean puras promesas y que realmente se haga algo”.

Su lenguaje no es mi dialecto

“Mandé una versión de Poppy argentina, con la “shhh”, otra con el seseo, otra neutra. La argentina era un montón”, detalló entre risas cuando le consultaron cómo fue dejar el papel de cantante para darle voz nada menos que a un personaje de Mi villano favorito 4, su película preferida de niña que ahora le proponía un sueño impensado. El destino la desafiaba y María quería ser la verdadera Nena de Argentina en la pantalla grande.

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No hay una sola entrevista en donde no remate alguna declaración con el típico “viste” de nuestro dialecto. Cuando se presenta en el interior del país, aprovecha para hablar con frases bien identitarias, como “ura”, en Tucumán, o “culiado”, en Córdoba. En época de lenguaje gángster y ajeno, ser auténtica y real hasta en su forma de hablar es su marca registrada. Y por eso hasta la convocaron para castellanizar el histórico villancico navideño que grabó por primera vez el estadounidense Bobby Helms en 1957, “Jingle Bell Rock”. Eso sí, si le dan a elegir, como toda argentina prefiere una Navidad “meta baile y cumbia de fondo”.

Con los míos siempre fui leal

María es una de las artistas con más colaboraciones internacionales en su repertorio. Desde Michael Bublé y Jason Derulo hasta Paris Hilton, Tini, Lola Índigo, Yandel y J. Balvin, entre otros músicos y no solo de música urbana. Y aunque estas alianzas sean muy comunes en la industria musical actual, es genuina y no teme en bajarse de algún proyecto si no comparte las ideas de su par. “Es re fácil fingir demencia y decir que está re pegado, entonces chau, lo hago. Es re fácil, pero no me va. Si sos una persona de mierda, no comparto valores con vos, no voy a compartir música con vos”.

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Para ella, la música es como crear vida, por eso cada canción tiene un proceso creativo real, donde busca sentirse plenamente identificada. Para su nuevo álbum, que estrenará a fines de marzo, aseguró que habrá nuevos géneros que adora, como la salsa, la cumbia, la bachata, el reggaeton y el dancehall.

Apuntan dedos como jueces

“‘¿Quién te hizo la carita?’, me preguntan. ¿Quién va a ser? Un cirujano”, leía durante una transmisión en vivo por las redes mientras continuaba masticando unas papas fritas. María decide mostrarse tal cual es y sin necesidad de ocultar nada, irreverente como sensible ante la mirada ajena. Cuando notó que las críticas hacia su estética se transformaron en una violencia digital constante, se alejó de las redes sociales para preservar su salud mental. “Es despertarme todos los días y leer miles de cosas ofensivas sobre mí, hablando de mi vida personal, de mis gustos para vestir, como si estuviera cometiendo algún crimen y mereciera lo peor, cuando solo es mi gusto para vestir. Se meten con mi físico a diario, ¡con todo!”, escribió en X antes de cerrar su cuenta.

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Al igual que para muchas artistas, el trabajo terapéutico fue más que necesario para poder sobrellevar la exposición mediática de su carrera, algo a lo que debe enfrentarse desde sus comienzos con sus primeros videos en YouTube. Hoy, esa niña que ocultaba su físico debajo de ropa amplia para no llamar la atención, se mira al espejo y se encanta. “Mi autoestima está increíble, la verdad, confío en mí misma. Hay mucho amor propio”, resalta. Y claro que se nota. Acompañada por “el amor de su vida”, el artista J Rei, sus cinco perros, cuatro gatos y un entorno incondicional, María sabe que la clave está en nunca dejar de ser esa nena de Quilmes que soñaba con cantar en grandes escenarios, formar una familia numerosa y ser feliz junto a los suyos.