El robo y hurto de motocicletas es un delito frecuente que se da a lo largo y ancho de la provincia. Según señalaron los investigadores, quienes se dedican a este ilícito implementan dos modalidades. Actualmente, la más empleada es la de hurtos oportunistas.
Los ladrones deambulan por las calles estudiando el terreno y haciendo trabajo de inteligencia. En cuanto ven la oportunidad se llevan las motocicletas que están estacionadas en la vía pública. “Rompen los candados y cadenas de seguridad o se aprovechan de los descuidos de las personas que dejan las llaves puestas o los rodados mal asegurados. En la mayoría de los casos los delincuentes usan el famoso ‘chupete’, que es una herramienta en forma de tirabuzón. Esta tiene una punta que va en la cerradura de la llave, los ladrones hacen fuerza para romperla y así ya pueden arrancar la moto para escaparse”, explicó Goane.