Últimamente, Richard Gere y su mujer Alejandra Silva derrochan mucho amor en público y en España. A sus 75 años, el actor estadounidense ha vendido su casoplón de Connecticut por 10,7 millones de dólares y se ha mudado a la exclusiva urbanización de La Moraleja, en Madrid, con la publicista gallega, de 41 años, como una evidente muestra que lo que ahora le importa es la vida conyugal por encima de la profesional. Y así lo dice también el intérprete en todas las entrevistas recientes en las que le preguntan por su mudanza. “Ella fue muy generosa al darme seis años viviendo en mi mundo, así que creo que es justo que yo le dé al menos otros seis viviendo en el suyo”, explicó el actor a la edición española de Vanity Fair a mediados de abril sobre la que es su mujer desde 2018. Desde entonces, se han sucedido las entrevistas y los eventos a ambos lados del Atlántico en los que Richard Gere se muestra muy enamorado y muy despreocupado por evidenciarlo delante de todos. El último ha sido este miércoles 27 de noviembre, en una gala de premios de la revista Elle, donde Gere y Silva se han dejado ver inseparables en todo momento. Y eso que el actor bromeó durante el acto con que su esposa no tenía ni idea de quién era él cuando se conocieron. “Ella pensó que yo era George Clooney”, dijo en tono de guasa mientras Silva lo desmentía divertida a su lado.
Esa es la imagen de su relación que proyectan hacia fuera, la de una pareja cómplice, nada estirada, que disfruta de su compañía mutua, se divierte y a estas alturas ya no tiene nada que esconder. La semana pasada, por ejemplo, Gere estuvo en el programa de Jimmy Fallon, The Tonight Show, contándole al presentador cómo era su nueva vida en la capital española con Silva. “Su abuela era el pegamento de la familia, y ahora mi mujer está tomando ese papel. Ya lo está planeando todo… ¡Invita a 35 personas para los almuerzos del domingo!”, comentó.