Esto es lo que tienes que responder si te preguntan si “quieres copia” tras pagar con tarjeta, según el Banco de España

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Una persona pagando con tarjeta de crédito en el datáfono de un comercio (Nattakorn Manineerat/Eyeem/Minsait)

Cada vez es más común que los españoles, cuando realizan sus compras o acuden a restaurantes, no lleven en la cartera dinero en efectivo. Con el auge de las tarjetas de crédito o débito, que se han convertido en uno de los métodos de pago más frecuentes, nos hemos acostumbrado a tener encima todo nuestro dinero, pero sin la necesidad de llenar nuestros bolsillos con monedas y billetes. Sin embargo, pese a que estas tarjetas suponen amplios beneficios como la comodidad o facilidad a la hora de pagar, también aumenta la vulnerabilidad de los usuarios, ya que pueden ser víctimas de una estafa.

Según indica el medio El Economista, en España se realizan casi un millón de operaciones fraudulentas anualmente a través de las tarjetas de crédito o débito, siendo el 77 % de ellas a través de compras online, un servicio que se está popularizando cada vez más y que ya se encuentra completamente asentado en la sociedad española. Sin embargo, estas estafas también pueden ocurrir en establecimientos físicos, correspondiendo estas a un 20 % del total. Por esta razón, es importante que los consumidores adquieran una educación financiera que les permita conocer los riesgos de las transacciones, así como tomen conciencia sobre su seguridad, para lo que pueden poner en práctica algunas recomendaciones de los expertos.

Comprobar el importe y solicitar una copia

Los estafadores pueden realizar diversos métodos para llevar a cabo sus operaciones fraudulentas: la duplicación de tarjetas, el robo de estas… Además, el hecho de que el número PIN no deba introducirse hasta compras con valor superior a 50 euros incrementa el riesgo de fraude. Ser víctima de estas estafas es mucho más sencillo si las compras se realizan en páginas desconocidas o poco fiables, algo que puede suponer la pérdida del dinero o de información personal valiosa, que puede emplearse para otros gastos a través de la suplantación de nuestra identidad.

Un datáfono junto a una tarjeta de crédito (Oskar Burgos/EFE)

La normativa vigente establece que los bancos deben reembolsar el dinero perdido cuando se produce la pérdida o el robo de la tarjeta: hasta que el cliente notifique la incidencia, la entidad bancaria deberá responsabilizarse de los gastos superiores a 50 euros; tras la notificación, deberá reintegrar la totalidad del dinero. Sin embargo, debemos tener en cuenta que existen excepciones y que es necesario demostrar la existencia de una brecha de seguridad en el sistema de autentificación de la operación de pago, por lo que lo mejor será tomar una serie de precauciones para evitar posibles estafas.

El Banco de España recuerda la importancia de verificar las transacciones que realizamos, algo que resulta fundamental para no ser víctimas de operaciones fraudulentas. Para ello, debemos asegurarnos de que el importe cargado es el correcto, revisando la pantalla del terminal de punto de venta (TPV), ya que a veces pueden producirse errores o intentos de estafa por parte de la persona que nos está cobrando el producto o servicio. Además, es muy frecuente que, cuando un dependiente o camarero pregunta al consumidor si desea una copia de la transacción con tarjeta, la respuesta sea negativa para no acumular papeles en la cartera o nuestros bolsillos. Sin embargo, el Banco de España aconseja que siempre se solicite, ya que es un documento que acredita el importe de nuestra operación, algo que resulta fundamental mantener por si se producen discrepancias.