En tiempos de outsiders con retórica estridente, Uruguay eligió como nuevo presidente a un político al que se le asigna la virtud de dialogar. Yamandú Orsi dijo en su mensaje de la victoria que iba a buscar tender puentes para unir al país. Esa predisposición a negociar la tendrá que poner en marcha en casa con la oposición y al interior de su alianza y también con el vecino ultraderechista. Según anticipó Orsi, “la relación con Argentina tiene que ser muy buena, no tenemos chance”. Con Orsi, el Frente Amplio (FA) vuelve en marzo al gobierno que perdió en 2020 luego de tres períodos consecutivos, uno de ellos bajo el liderazgo de Pepe Mujica, su referente político. Ayer Orsi visitó a Mujica en su chacra en las afueras de Montevideo, donde conversaron por más de una hora de política y de la salud del expresidente, que se recupera de un cáncer de esófago. “Me puse al día en todos los temas, de salud y también de perspectiva, un balance de lo que fue toda la campaña. Uno tiene que ser agradecido, porque lo que hicieron estos veteranos ha sido muy importante,” dijo el presidente electo.
Una de las prioridades del nuevo gobierno es mejorar la economía, luego de años de estancamiento. La pobreza es del 10,1 % (con distinto sistema de medición que en Argentina), y la pobreza infantil duplica ese número. En el centro de Montevideo, así como en la periferia de la ciudad, se ve llamativamente más niños y familias en situación de calle que cinco años atrás.
Congreso
Para impulsar iniciativas orientadas a mejorar el crecimiento con inclusión el FA tendrá que negociar con la oposición en el Congreso, ya que cuenta con mayoría en el Senado y en Diputados quedó muy cerca de lograrla-obtuvo 48 bancas de las 99– . El derechista Partido Nacional ha gobernado en la llamada Coalición Republicana junto al Partido Colorado, Cabildo Abierto, Partido Independiente y Partido Constitucional Ambientalista.
Mauro Casa, politólogo y magíster por la Universidad de Londres, señala a Página/12 que el nuevo Ejecutivo va a necesitar que legisladores de la oposición acompañen sus proyectos. “En temas como la presencia del Estado puede negociar con diputados de Cabildo Abierto, que representan una derecha nacional, más alineada con los neopatriotas, proteccionista. Por otro lado, es una fuerza antiderechos. Entonces, para ampliar la agenda de derechos civiles, el Frente Amplio podría dialogar con el Partido Colorado”.
¿Qué sucederá con el Partido Nacional?, Es la fuerza política a la que pertenece el actual presidente Luis Lacalle Pou y su delfín, Álvaro Delgado. Casas afirma que el FA encontrará mayor resistencia a dialogar con los blancos. “El Partido Nacional es liberal en lo económico y conservador en lo social, entonces en ambos ejes mantiene diferencias con la alianza de izquierda”. Ya lo dijo Delgado en la noche del domingo electoral: “Acá nadie va a tener una mayoría en el parlamento, acá hay una coalición que llegó para quedarse”.
A esto le sumaría una visión contrapuesta con temas como la inseguridad, la delincuencia y el narcotráfico, que aparecen como las principales preocupaciones de los uruguayos. Mientras el Frente Amplio ha planteado mejorar las condiciones de reclusión de los presos, los nacionalistas lo acusan de querer “abrir las cárceles”. Mientras el oficialismo aumentó la población carcelaria -son más de 16.000 presos) y las penas por los delitos, la izquierda pide “no naturalizar los homicidios de niños” y profundizar en resolver las causas de la problemática.
Otro interrogante que surge es cómo dirimirá sus diferencias el propio Frente Amplio. En la campaña para la primera vuelta la fórmula presidencial Orsi-Cosse no apoyó el plebiscito sobre la seguridad social, que sí respaldaron socialistas y comunistas dentro del FA. Fue una iniciativa impulsada por la central sindical PIT-CNT que promovía la baja en la edad jubilatoria, ya que el gobierno de Lacalle Pou la subió de 60 a 65 años.
“Hubo fuego cruzado” señala Casas. “Los economistas Mario Bergara y Gabriel Oddone publicaron una carta oponiéndose al plebiscito. Es decir, las diferencias estarán latentes”.
El plebiscito no prosperó y Oddone será el nuevo ministro de Economía. Si bien el Frente Amplio tiene diferentes posturas, es una alianza de partidos, con una mesa política y bases programáticas, que ha demostrado que sabe gestionar el Estado.
Argentina y Mercosur
El Frente Amplio ubica a la región en un lugar relevante. El próximo 6 de diciembre se realizará la cumbre del Mercosur en Uruguay y el presidente Lacalle Pou ha invitado a Orsi a participar.
Consultado sobre la futura relación con el Presidente Javier Milei, el electo mandatario se mostró una vez más dialoguista. “Desde el punto de vista ideológico, tendremos puntos de vista encontrados, pero en los temas que nos convocan, ahí tenés que apelar al sentido común, dijo Orsi a radio Mitre.
El exintendente de Canalones resaltó que una de las primeras señales de Milei hacia Uruguay fue el anuncio del dragado de la Vía Navegable Troncal, conocida como Hidrovía Paraná-Paraguay, fundamental para el comercio entre ambos.
Al respecto, el saliente canciller uruguayo, Omar Paganini, señala a PáginaI12 que “en general la relación con el gobierno de Milei ha sido muy buena. Hemos tenido grandes avances en lo que es el comercio bilateral, en todo el procedimiento que se ha liberalizado. Hemos tenido avances también en los temas del Río de la Plata y de la Hidrovía, sobre todo en la autorización de dragar a 14 metros, que para Uruguay es muy importante”.
Paganini no dijo nada del malestar que surgió en Uruguay con Milei en julio. Lacalle Pou cuestionó a su par argentino por no asistir a la última Cumbre del Mercosur, en Asunción, y haber delegado su representación en la entonces canciller Diana Mondino. “Si realmente creemos en este bloque, deberíamos estar presentes todos los presidentes”.
En ese momento trascendió que Milei quería evitar un encuentro cara a cara con Lula da Silva, que finalmente se dio en noviembre, en la cumbre del G20, cuyo afitrión fue el propio Lula. Las imágenes del gélido saludo entre el líder del Partido de los Trabajadores y el jefe de La Libertad Avanza hablaron por sí solas.
Daniel Caggiani, especialista en relaciones internacionales del Frente Amplio, afirma que “Milei ha tenido una posición distante con Lacalle Pou. No tuvieron una agenda bilateral robusta”, pese a coincidir en la defensa del libre mercado.
Por otro lado, Caggiani señala a este diario que “Lacalle Pou no cumplió con sus grandes anuncios sobre una inserción del Uruguay en el mundo. La inserción fue irrelevante y yo creo que es porque tiró la toalla en la política exterior. Lacalle Pou no fue a la última cumbre del G20 porque se quedó haciendo campaña por Delgado”.
Lula-Mujica
Orsi tendrá que hacer equilibrio entre los dos países más influyentes de América del Sur, Brasil y Argentina. En esa relación pendular de Uruguay con sus vecinos, voces expertas anticipan que con el gobierno del Frente el péndulo se inclinará más por el gigante sudamericano. Hay motivos. Lula es amigo de Mujica, mentor de Orsi.
El mandatario brasileño fue de los primeros líderes en saludar a Orsi y “mi amigo Pepe Mujica”. Es una victoria de toda América latina y el Caribe, dijo en la red social X. Lula participará en la cumbre del Mercosur la próxima semana, ocasión en la que se verá con Orsi, adelantaron medios uruguayos.
Asi las cosas, el analista Casa sostiene que “Orsi duerme tranquilo porque está Lula, es decir, tiene dónde respaldarse“. Y agrega: “A Milei no parece interesarle el Mercosur, sus baterías están puestas en Estados Unidos e Israel“.