La fábrica de calzado deportivo Bicontinentar, de Chivilcoy, consiguió recursos para evitar el cierre y ultima detalles de un acuerdo con el sindicato para regularizar salarios, tras una semana de dificultades financieras y rumores. “Claro que es más fácil importar pero todavía no nos rendimos”, resumió la situación el director, Juan Recce.
La fábrica que cerró durante la gestión de Mauricio Macri y reabrió en pandemia, vuelve a enfrentar los mismos problemas por las mismas políticas, como el Sísifo de la mitología griega: importación y caída de ventas. Cuando cerró en 2018 tenía 700 empleados. Hoy son 180 las familias en vilo.
La empresa abrió en 2006 bajo el nombre Paquetá, de capitales brasileños. Desde entonces y durante más de una década, ensambló calzado para marcas líderes como Adidas, New Balance, Under Armour, Le Coq Sportif, Montagne, Hush Puppies y muchas otras. Con siete líneas de producción en tres turnos, se convirtió en el mayor empleador privado del distrito.
Durante 2016, ya con la gestión macrista, siguieron trabajando con los pedidos comprometidos el año anterior, pero en 2017 empezaron las dificultades. Fue el año de los tarifazos, que modificaron los costos de una industria intensiva en energía, toda vez que golpearon el poder adquisitivo de los trabajadores y se liberó la importación de pares terminados.
En 2018, previendo un futuro tan difícil como aquel presente, la casa matriz ordenó cerrar la planta de Chivilcoy. Esa decisión de hace seis años convirtió a Chivilcoy, de la noche a la mañana, en la ciudad con mayor desempleo de la provincia, generando una catástrofe social.
Así comenzó la primera aventura de Recce, que entonces era uno de los directivos. “La orden era liquidar todo, pero yo decidí buscar inversores, porque sé que los ciclos económicos en Argentina son pendulares”, explica.
En 2021, plena pandemia, logró la tan buscada repatriación de capitales. Paquetá pasó a llamarse Bicontinentar y era, es todavía, una empresa totalmente argentina. Operaba con una única línea de producción, pero el futuro parecía promisorio.
Según la empresa, el punto de inflexión fue diciembre de 2023. Hasta ese momento, la empresa se sostenía ensamblando calzado para grandes marcas internacionales. Pero, con el cambio de administración, sobrevinieron la caída de la demanda y el aumento de la importación de pares terminados. Lo mismo pero más rápido.
La ley que no fue
Recce, que representa a la empresa en la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), fue durante 2022 y 2023 uno de los principales impulsores del proyecto de ley de promoción de la industria del calzado, que logró media sanción en diputados. Luego, obtuvo rápido dictamen en senadores, pero no llegó a tratarse en el recinto antes del balotaje.
El proyecto pretendía, justamente, anticiparse a este escenario y evitarlo. Probablemente por eso, logró un consenso casi unánime en el sector. Lo militaron tanto la Unión de Trabajadores del Calzado de la Industria Argentina (Uticra) que conduce Agustín Amiccone, como la CIC, cuyo presidente es Alberto Sellaro, además de representantes de Curtidores y de la Cámara Argentina de Industriales Proveedores de la Industria del Calzado (Caipic), que preside María Martha Menini. Todos los eslabones de la cadena.
La ley, que llevaba la firma de la diputada Constanza Alonso (UxP), fue aprobada por Diputados en octubre de 2023, por 127 votos contra 88 y 2 abstenciones. Recibió entonces el respaldo del Frente de Todos, Provincias Unidas e Interbloque Federal, mientras que fue rechazada por Juntos por el Cambio y los libertarios.
Su objetivo de máxima era que Argentina, que cuenta con cueros e insumos básicos en una punta d ela cadena y con la tecnología y el personal calificado para operarla en la otra, comenzara a fabricar algunos polímeros y bienes intermedios de esa industria.
De esa manera, podía completar todo el ciclo de manera endógena y generar dólares vía exportaciones genuinas, en vez de consumirlos, y así mejorar la balanza comercial y asegurar la generación de puestos de trabajo de calidad y el fomento de mayor inserción internacional. Ese mercado hoy es dominado por México, Vietnam y China.
Las estadísticas de la cámara, que acompañaban el proyecto, demuestran que la importación no favorece el consumo, exactamente a la inversa de lo que difunde la vulgata neoliberal. Durante los años del macrismo el consumo cayó de más de cuatro a dos pares por habitante por año, lo que implica que muchos argentinos compraron dos y muchos otros compraron cero”.
Reconversión
Aún conscientes del escenario que se avecinaba, los directivos de Bicontinentar, alentados por Recce, ensayaron un cambio en el modelo de negocios. Así comenzó la segunda aventura. De ser una empresa completamente B2B, business to business, que en la jerga comercial designa a las firmas proveedoras de empresas, pasó a lanzar productos y marcas propias al mercado.
Para sostener esa patriada inyectaron capitales en julio, agosto, septiembre y octubre. Hasta que este martes, parte del directorio, amparado en estadísticas y proyecciones de distintas consultoras económicas, dijo “hasta acá” y generó la zozobra de los últimos días. Amicone destacó el esfuerzo de la empresa por seguir produciendo y manteniendo los puestos de trabajo. “Entiendo que el problema es de falta de espalda financiera y está buscando para salir adelante, en este contexto económico tan complejo, ¿dónde va a encontrar otro laburo la gente en Chivilcoy?”, se preguntó.
Según Recce, “la gente entiende porque mira lo que pasa a su alrededor, porque ve el contexto”. “Son muy pocos los que se enojaron con nosotros, la pregunta que nos hacen no es por qué estamos al borde de la quiebra sino cómo sobrevivimos”, resalta.
A la vez, señaló que “además de los provinciales, hubo funcionarios nacionales que se preocuparon por nosotros, esto me remite a la experiencia de 2018 cuando hasta las principales figuras del PRO local, como Sebastián García De Luca, se pusieron de nuestro lado para salvar la planta”. “Pero cuando el proyecto macroeconómico va para otro lado, la voluntad no alcanza, claro que era más fácil importar, pero todavía no nos rendimos”, dijo.
Con un último resto de esperanza, sostuvo que “un botín de fútbol es un artículo de primera necesidad, porque el pibe que tiene un solo par de zapatillas y lo usa para jugar a la pelota, lo rompe y no tiene con qué ir a la escuela”. “Sería ideal que pudiéramos seguir fabricando y la gente consumiendo”, aseguró.
El comunicado
El pasado miércoles, en el momento más álgido de la crisis, la empresa explicó la situación con un breve comunicado.
“Al día de la fecha la compañía tiene atrasado el pago de los salarios que debieron ser depositados el cuarto día hábil del mes de noviembre de 2024 y tiene también dificultades financieras para completar el pago de los insumos, indispensables para sostener la producción programada”, sostenía el texto difundido por la empresa, que daba cuenta tanto de las dificultades inmediatas como del complejo panorama.
“Lamentablemente, al día de la fecha no logramos el giro de capital suficiente para cumplir con el pago de los salarios y completar el pago de los insumos necesarios para mantener nuestra producción. Sin perjuicio de ello, la compañía se encuentra trabajando en un plan para hacer frente a las obligaciones para con todos sus trabajadores. Agradecemos los llamados de disponibilidad tanto del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires como del Gobierno Municipal de Chivilcoy y de la comunidad en general”, concluye.